II: Yo jamás me fijaré en un niño como tú

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TaeHyung llegó a su cuarto rondando la frase que el amigo de su hijo le había comentado, ¿cómo se atrevía el muy descarado? Se tumbó y escuchó a su hijo reír con JungKook. Desde la lejanía le pareció escuchar la voz de JungKook y su risa, el joven tenía una voz bonita.

Suspiró. 

Muy en el fondo sabía, que si no tuviera las cargas que tenía, no hubiera dudado en involucrarse con el chico. A final de cuentas, era una persona joven, había tenido a EunHyung con tan sólo quince años, ahora tenía treinta y cinco, acabó la carrera un poco antes de que su hijo entrara en la Universidad y hacía muy poco tiempo que vivían solos porque, hasta no hace mucho, vivían con los padres de él para ayudarle.

Se giró y miró la fotografía que tenía en su mesita de noche, era una foto de su hijo cuando nació. Aquel niño le complicó la vida a un límite que jamás había sospechado, pero era lo que más amaba. A día de hoy cambiaba todo el sexo del mundo y las relaciones pasajeras por ser padre joven. 

Su hijo tenía veinte años, era un universitario, era joven y solían hacer cosas juntos, de hecho, aquel fin de semana habían quedado para ver un partido de baloncesto.

A la mañana siguiente, TaeHyung madrugó, dejó el desayuno preparado para su hijo y para JungKook. Como no sabía qué podría desayunar el amigo de su hijo, preparó tostadas, sacó aguacate, nueces, mantequilla y mermelada. Dejó que ellos se sirvieran lo que quisieran.

Tras dejar una nota a su hijo, como todos los días cuando no podía despedirse de él, salió a trabajar. Curiosamente no estaba preocupado como otros días cuando le dejaba solo, sabía que aquel día se encontraba con su amigo. Sin embargo, le preocupaba que ambos no se levantaran para ir a desayunar.

Su preocupación fue en vano, pues el despertador de EunHyung sonó a la misma hora de siempre y el de JungKook sonó tres minutos después.

- Te dejaré mi baño e iré a ducharme al baño de mi viejo- dijo EunHyung.
- Tu viejo es demasiado joven para que le llames viejo, ¿cuántos años tiene?
- Treinta y cinco.
- ¡Pero tú tienes veinte!
- Mi padre se dio mucha prisa...

Riendo, ambos se dirigieron cada uno a un baño y, a los quince minutos, se reencontraron en la cocina con sus abrigos y mochilas. Allí estaba el estupendo desayuno que el señor Kim había preparado.

- ¿Tu padre siempre hace ésto?- preguntó JungKook, extasiado.
- Sí, claro que sí- respondió EunHyung. No le cabía en la cabeza que un padre no lo hiciera- ésta vez se ha excedido un poco, supongo que es por ti.

JungKook alzó la mirada.

- ¿Por mi?- dijo, con una sonrisa.
- Sí, como no sabía qué te gusta para desayunar, habrá sacado varias cosas...
- Oh...

Desayunaron y JungKook se fijó en las entradas para el partido de baloncesto que había en la nevera.

- ¿Vas al baloncesto con tu padre?
- Sí, hacemos un montón de cosas juntos- dijo. Le miró- tú y tus padres...
- Tú y tus padres...
- Mi madre me pide que la lleve en coche a la compra- replicó JungKook, riendo- no me importa, la verdad, suele consentirme y comprarme cosas ricas- añadió. EunHyung le miró y sonrió- mi padre y yo solíamos hacer muchas cosas juntos. Éramos como tu padre y tú. De hecho, hubiera sido bonito salir los cuatro a ver algún partido...
- ¿Qué pasó?
- No le gustó que no me gustaran las chicas.

Por la forma en la que JungKook dijo que era gay, a EunHyung le quedó claro que él aun no lo había terminado de asimilar.

- Puedes hablarlo conmigo, lo sabes ¿verdad?
- Lo sé, no diré que mi padre me trata mal, ¿sabes? Sólo que es diferente... sé que me quiere y supongo que es necesario que se acostumbre.
- No lo dejes estar- dijo EunHyung- porque si lo dejas estar, será peor. ¿Por qué no sacas entradas y vienes al partido con mi padre y conmigo? Podríamos ir los cuatro, para que tu padre vea que no haces cosas raras.
- Sí, además se lo diré así "papá, ven conmigo a un partido de baloncesto con mi mejor amigo y su padre, para que veas que no hago cosas raras".

Su mejor amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora