V: Y, por cierto, que le jodan

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TaeHyung, por su parte, pensaba en JungKook, quería disculparse con el chico. Había sido muy duro, no podía borrar de su mente la imagen de JungKook llevándose las manos a la cara.

Aprovechó su hora del descanso y fue a la Universidad del chico, ni siquiera sabía cómo le encontraría allí, pero no le importaba. Reconsideró pedirle a su hijo ayuda, pero no quería involucrarle en aquello.

Cuando llegó, buscó aparcamiento cerca del lugar y fue andando hasta el campus. La verdad es que pasaba desapercibido. Muchos alumnos de allí tenían su edad. Sintió nostalgia: le encantaría volver a la Universidad, hacer un Máster, quizás alguna especialización que le permitiera avanzar en su carrera. Pero eso ahora era inviable. Si EunHyung no obtenía buenos resultados, no obtendría beca para el año que viene y, sólo el hecho de pensar en la matrícula de su hijo, hizo que se su sangre se helara.

Iba caminando, pensando en el futuro de su hijo cuando chocó con alguien.

- ¡Lo siento!
- Iba sin mirar, la culpa es mía.

TaeHyung miró a la persona con la que chocó. Tenía el pelo negro, parecía más joven que él y era más bajito que él.

- Pareces perdido.
- Lo estoy- reconoció, con una sonrisa- ¿estudias aqui? ¿Podrías ayudarme?

El chico sonrió.

- Min YoonGi, profesor de Historia e Historia de la Filosofía a su servicio. ¿En qué puedo ayudarte?
- Oh, no pensé que eras profesor.
- Ya... a mis alumnos también se les olvida...
- Y a los amigos de mi hijo se les olvida que yo soy padre...- dijo, en un suspiro.
- ¿No eres alumno?
- No, lo más probable es que sea el padre de uno de tus alumnos.
- Ahora sí que estoy impresionado. ¿Me vas a decir tu nombre?
- Kim TaeHyung.
- Encantado, TaeHyung. ¿Quieres cenar conmigo mañana? Es viernes, tendremos tiempo.

TaeHyung lo consideró. YoonGi era de su edad y solo era una cena.

- Claro, te doy mi telefono y quedamos.

Se intercambiaron los teléfonos y YoonGi le indicó a TaeHyung dónde estaba el edificio de Filología.

- Gracias. Hablamos luego, pues.

TaeHyung entró en el edificio de Filología, esperando ver a JungKook en algún pasillo. Finalmente, lo encontró con un chico de pelo rubio oscuro, hablaban y reían. Buscó alrededor de él, pero no vio a su hijo, lo cual le parecía raro. EunHyung le había comentado que habían solucionado las cosas.

JungKook, de pronto, se fijó en él, pero sin dar muestras de haberle reconocido, besó al chico rubio con el que estaba hablando.

TaeHyung se quedó en shock. ¿Qué hacía JungKook besando a otro chico?
Cuando se separaron el chico rubio se abalanzó sobre JungKook y éste le empujó contra la taquilla y profundizó el beso.

No sabía porque, pero aquello le molestaba y le molestaba mucho.

- Esto es un sitio público- dijo una voz conocida.

Su hijo los había separado, pero no parecía molesto.

- Estás celoso- dijo JungKook.
- Lo siento, pero JiMin no entra en mi canon de belleza- replicó EunHyung.
- Más para mí- dijo JungKook.
- Todo tuyo- replicó JiMin- y, por cierto, he hablado con Irene.
- ¡No!
- Le gustas, EunHyung, le gustas desde que te vio...
- No estoy preparado...
- Solo es ir y hablar con ella- dijo JiMin- así empezamos JungKook y yo.
- ¡Mentira! ¡Vosotros ya os teníais ganas!
- Bueno, JungKook es irresistible, sólo un idiota no le tendría ganas. En fin, hay que ser retrasado para rechazarle. Además, es una persona increíble.

Y aquellas palabras hicieron mella en TaeHyung, sentía que iban directamente hacia él.

- Oh, Irene viene hacia aquí.
- Hola, chicos.
- Hola.
- ¿Qué tal?

Todos respondieron salvo EunHyung, que miraba sus zapatillas.

- ¿Cómo estás?- le preguntó Irene, directamente.
- Bi-en.
- Estábamos hablando de ti- dijo JungKook.
- ¿Ah, sí?- dijo la chica con interés.
- Sí- apoyó JiMin- como tú eres mi mejor amiga y EunHyung es el mejor amigo de JungKook podríamos salir los cuatro.
- Será divertido- dijo JungKook.
- Por mi estupendo- dijo Irene.
- ¿Mañana a las ocho?- preguntó JiMin.
- Sí, sería estupendo.
- Vale- susurró EunHyung.
- Nos vemos a las ocho- dijo Irene.
- Os dejo, tengo que entregarle un trabajo al profesor Min- dijo JiMin- ¿vendrás hoy a mi casa?- añadió, dirigiéndose a JungKook.
- Por supuesto.

El chico dejó el grupo y procuró no fijarse en el señor Kim que seguía allí, sin embargo, no duró mucho allí. No tenía sentido acercarse a JungKook y perdirle perdón por sus palabras cuando era obvio que no le habían dolido porque el chico ya estaba en una relación con ese joven, JiMin. Aquello le enfadó y salió de allí pensando que JungKook le había tomado el pelo.

JiMin, por su parte, tenía algo más en la cabeza: su trabajo de Historia de la Filosofía. Suponía el treinta por ciento de la nota final y, si no lo aprobaba, no podría presentarse. Le preocupaba que su situación con el señor Min influyera en su nota.

Llegó al despacho de su profesor y llamó.

- Pase.

Cuando JiMin entró, YoonGi se alteró.

- Te dije que dejaras de persegurme- le dijo en un susurro, molesto.

JiMin le lanzó el trabajo de sesenta páginas, encuadernado, a la cara.

- Espero que lo corrija entero, porque para eso pago ésta Universidad, para que usted me enseñe, si está manchado de sangre, no es mi problema. Y, por cierto, que le jodan.

JiMin salió de allí y se fue a su casa. Quería llamar a JungKook, pero no para follar con él, quería contarle su historia, pedirle consejo.

•••

A la hora de la salida, Irene se acercó a JungKook y EunHyung.

- ¿Habéis visto a JiMin?
- No desde el descanso- dijo JungKook.
- No se ha presentado en clase y no me contesta al teléfono. Si le llamas tú...

JungKook llamó y el chico contestó.

- Estoy en mi casa, ¿podrías venir?
- ¿Estás bien?
- ¿Podrías venir tú solo?
- Voy.

Irene miró a JungKook.

- Quiere que vaya yo solo.
- Llamame cuando puedas, estoy muy preocupada.

Su mejor amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora