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Arami

—No, Tanaka —reí— no necesito un sicario... ¡Dile a Noya que tampoco necesito un cuchillo! —se oían voces de fondo, dándome consejos, supongo—. Tanaka, tranquilo... voy a estar bien. Solo necesito decirle unas cositas... ¡No lo voy a asesinar, Daichi! —hablé al oírlo del otro lado del teléfono.—. Por dios, voy a colgar luego les hablo. Adiós.

Guardé el celular y dejé que ellos solos sigan hablando y gritando en el gimnasio.

Inspiré hondo y miré el edificio.
Respiré profundo pero no porque estaba tratando de juntar valor, si no, para controlar mis ganas de volver esto, una escena de crimen en la cual seguramente iría a la cárcel por años y no pueda ver ni tocar ni apreciar a mis maravillosos voleibolistas favoritos. Eso si que no, jamás de los jamases.

Saqué la llave que aún tenía conmigo, que no se porqué pero me sirve ahora, y entré al edificio.

Mientras el ascensor subía pensaba una y otra vez. "No lo mates, no lo mates"

Coloqué mi oreja en la puerta para verificar si se encontraba ahí y sí, lo estaba.

Objetivo confirmado.

Abrí la puerta y este me miró asustado y con sorpresa. Lo primero creo que fue porque no se esperaba que alguien pudiera abrir su puerta, pienso que esperaba que fuera un ladrón pero no, mucho peor. Soy yo.

—Manten tu distancia si no quieres que te met-

—¡Arami! Veo que recuperaste tus recuerdos... que bien —dijo en un falso tono de alegría.

Me fue imposible no hacer una mueca de asco u odio, creo que no habría diferencia ahora.

—Te vas a ir y te vas a alejar de mi y de mis chicos para siempre o juro por dios que te-

—¡Hey, tranquila! Yo solo te hice un fa-

La palma de mi mano impactó fuertemente y secamente en su mejilla, con fuerza. Mi palma quedó ardiendo del impacto.
Si nos vamos a interrumpir mutuamente, bien, que así sea, pero a los golpes.

Tom me miró con los ojos bien abiertos y tocando donde lo golpeé.

—Te hice un favor. Te ahorré muchísimos problemas en los que podrías haber estado envuelta, te di tranquilidad, te alejé de ellos y-

—Ese es el problema. Y no fue así. Te aprovechaste. Te aprovechaste de mi y decidiste por mi sin mi consentimiento, eso es lo peor de todo, Tom.

—¡Te quería! ¡lo hic-

—No me vengas con esa estupida frase. No eres quien para decidir por y sobre mi, es mi vida y yo decido en que me meto. Si ellos causan problemas bien, es mi decisión. Decide sobre tu vida, Tom. Digo, si es que la tienes —dije con burla.—. Pero no quiero que te metas nunca más en mi vida ni en la de ellos. Te quiero lejos. Ellos son lo más importante para mí ahora y siempre.

—Tch. Estas haciendo una mala elección, __(tn). Yo fui lo mejor que te pasó.

Reí.

—Voy a ignorar eso. Quiero irme en buenos términos, digo, si es que se puede hacer —hablé con enojo.

—Escuchame, escuchame un segu-

—Eso es por ellos. Por todo lo que les hiciste pasar aprovechándote de mi y manipulandome como si fuera un muñequito de plástico —escupí tras estamparle a puño limpio en la cara.

<<Dios, Yuuji, ¿cómo hiciste eso? Seguí tus consejos pero igual me duelen los nudillos>>.

Rió seco.

—Veo que el chico del piercing te dio consejos.

—Y no quieres escuchar los que me dieron los de Karasuno —contesté seca.—. Adiós, Tom. Espero que te vaya para la mierda en la vida.

Me fui. ¡Me fui como una campeona!

¡Sigo teniendo ganas de arrancarle la cabeza por todo lo que le hizo pasar a los chicos utilizandome pero me contuve!

Pero me siento mejor. Más aliviada al haberle pegado y dicho todas esas cosas. Siento que merecía aún más pero... Ushijima, Daichi y Kita me pidieron que no me sobrepase.

Malditos y sexys responsables.

•••
¡hola y adiós!

Mundo invertido 2 || Haikyuu y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora