Capítulo 31

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Malia

Ha pasado una semana desde la graduación y ya entregué mi postulación a una universidad en Francia de docencia universitaria, pero aún no recibía una respuesta.

¿Que si estaba nerviosa?

Completamente.

-Mal, las respuestas de universidades siempre demoran en llegar, no te preocupes.

Estaba en el desayuno con mi tía, mi padre había ido de pesca y estábamos las dos juntas en mi casa. Había comido apenas media tostada y no soltaba la taza de té, aunque estuviera casi llena.

-Pero, ¿y si no quedo? ¿Qué voy a hacer?

-Mal, te has esforzado bastante y tengo la certeza de que te aceptarán, pero -puso una de sus manos sobre la mía- si no llegaran a hacerlo, pensaremos en algo y lo solucionaremos. Estás muy joven y aún queda tiempo.

Intenté sonreír, pero no sé si lo logré. Todos mis amigos tenían su lugar asegurado en una universidad y yo no, era la única que no sabía.

He estado dándole tantas vueltas al asunto que debo parecerme a Stiles.

***

-Hum, ¿te encuentras bien?

-No.

-¿Es por Francia?

-Sí.

Stiles detuvo el auto a un lado de la carretera y sentí que se volvía a mirarme, pero yo seguía mirando hacia afuera. Está de más decir que durante el trayecto apenas respondía monosílabos a lo que Stiles me hablaba. Realmente estaba pensando demasiado.

-Hey -tomó mi mano y entonces me volteé a verlo-, las respuestas siempre llegan tarde y si no llegase, lo resolveremos, como siempre lo hacemos.

-Pero todos ustedes ya tienen su lugar asegurado en una universidad, soy la única con posibilidades de quedarse aquí estancada.

-No lo harás, saldrás adelante, sé que sí. Pase lo que pase, no te quedaras estancada.

Sonreí un poco y bajé la mirada. Me tomó por las mejillas y dejó un beso en mi frente, entonces levanté la mirada y me topé con sus ojos.

-Tienes la capacidad para salir de cualquier problema, Mal, y sé que, pase lo que pase, lo superarás.

Volví a sonreír y lo besé. Pese a que dije que debía volverme más independiente, seguía siendo muy bueno para mantenerme en paz, o para algo más.

No era la primera vez que teníamos sexo a un costado de la carretera en medio del bosque, y seguramente tampoco la última. Además, no lo habíamos hecho desde el día de la graduación, aquel momento cuando le dije que me acompañara a buscar el regalo que mi tía y papá tenían para él: un bolso para la academia donde podría llevar sus materiales.

Luego de aquel íntimo momento, siguió conduciendo hasta el cine, donde casi no alcanzamos a entrar porque nos atrasamos debido a nuestra parada, pero igualmente alcanzamos a ver Guardianes de la Galaxia vol.2.

Sí, Stiles también me había contagiado parte de su admiración por los superhéroes, películas fantásticas y de ciencia ficción, y la verdad no me arrepentía de nada.

Al salir ya estaba oscuro, así que pasamos por Scott a la escuela. Él seguía trabajando y Lydia se había ido de vacaciones con su familia, no volvería hasta una semana antes de comenzar la universidad.

***

Una semana después de aquel día, cuando la ansiedad casi me consumía por completo y me levantaba más tarde de lo normal, bajé a desayunar a medio día y encontré el correo sobre la mesa.

Tú Siempre [Teen Wolf]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora