Tú Siempre [Teen Wolf]

Capítulo 4

Malia

Me acerqué rápido a Stiles y me agaché a su lado, no había tiempo para mantenerme al margen como su ex novia, estaba sangrando demasiado. Yo también, pero yo podía sanar, en cambio él no.

-¿Puedes levantarte?- dije tocando su hombro.

-Sí. -se quejó- No.

Pasé su brazo derecho por mi hombro y lo ayudé a ponerse de pie.

-Braeden, estás herida también. - dije fijándome en su abdomen.

-No es nada, vamos, iremos al hospital.

Se adelantó y nos subimos a su auto. Ella conducía mientras que con Stiles nos fuimos en la parte trasera. Él llamó a Scott y nos dijo que había resultado el plan, Mason volvió a ser él mismo gracias a Lydia, qué alivio.

Luego llamó a Melissa, pidiéndole que tuviera unas camillas para mi, él y Braeden después de que la convencimos. Al llegar, un equipo médico nos esperaba y nos pusieron en camillas distintas a cada uno. Comenzaron a adentrarnos en el hospital y no perdí el contacto visual con Stiles sino hasta que nos llevaron a habitaciones separadas.

Estará bien, todo estará bien.

***

Desperté en la camilla del hospital, no debió pasar mucho rato desde que entré, pues seguía siendo de noche. Sólo tenía puesto mi sujetador y casi todo mi pecho y abdomen estaban vendados, gracias a mi madre que no pudo disparar un solo lugar.

Me senté en la cama y Melissa entró.

-Malia, ¿cómo te sientes?- dijo mientras me pasaba mi blusa.

-Bien. Ya no siento dolor.

-Me alegro de oír eso, ya estás sanando bien.-Asentí, me coloqué mi blusa y me bajé de la cama. Sentí una pequeña punzada, pero nada grave.

-Debo irme.

-Malia. -me detuve en la puerta y volteé- Él está en la habitación 13, a dos de esta.

-Gracias.- sonreí de lado y abrí la puerta- ¿y Braeden?

-En el piso de arriba. Despertó hace un rato pero la convencí de que pasara la noche aquí, después de todo son las 4 de la madrugada.

Asentí y salí con rumbo a la habitación 13. Vi que ningún doctor me estuviera viendo y entré, cerrando la puerta detrás de mi.

Ahí estaba él, seguramente anestesiado, o quizá simplemente durmiendo, pero estaba descansando. Su torso estaba descubierto, sólo con un enorme parche en el lado izquierdo de su pecho.

Me acerqué a él y me concentré en escuchar sus latidos. Estaban lentos, al igual que su respiración, pero no débiles, sino porque estaba durmiendo.

Ha pasado tiempo de la última vez que lo vi dormir. Me transmitía mucha tranquilidad escuchar sus latidos y respiración, haciéndose lentos mientras lo abrazaba por la espalda en su habitación.

Levanté mi mano para tocar la suya, pero me detuve en el aire. No quería despertarlo, pero no quería que pasara lo mismo que en casa de Scott cuando dudé en llamarlo, así que simplemente lo hice. Tomé su mano y la sentí tibia, aunque en comparación a mi piel todo me parece cálido.

Suspiró en medio del sueño y por un segundo sentí un leve apretón en mi mano que me hizo sonreír.

Sin soltar su mano me senté en la silla junto a su cama y, sobre mi brazo flectado en el borde de la cama, apoyé mi cabeza mirándolo un rato.