Capítulo 2

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Stiles

Malia accedió a que la fuera a dejar a su casa, incluso yo mismo me sorprendí cuando se lo propuse. Terminamos hace apenas unos días atrás, pero no puedo evitar pensar que fue una ruptura extraña. Es decir, no estaba pensando con claridad, estaba el tema de Donovan y luego lo de mi padre.

Me sentía agobiado. Supongo que me descargué con ella cuando la dejé en el auto. Esto no quiere decir que me arrepienta, ¿o sí? No importa ya, pero aún me preocupo por ella.

Ella sabe cuidarse sola, me lo ha demostrado mil veces, pero me gusta acompañarla y que ella me acompañe. Sé que debería alejarme un poco de ella, pero me sigue costando, ya que estamos en la misma manada y que han pasado muchas cosas, entre ellas el rescate de Lydia.

Aún recuerdo cuando todo esto empezó y me gustaba Lydia. Con el tiempo se volvió como mi hermana y sé que para Scott también. Realmente somos los únicos que quedamos desde el inicio.

Cuando la rescatamos me preocupé mucho por ella, estaba agonizando y casi se va, pero logró sacar esa fortaleza, que sabemos que tiene, para quedarse y seguir luchando. Ahora está con nosotros, bueno, en estos momentos seguramente está con Parrish, se nota a leguas que se miran distinto desde que Lydia lo ayudó con su condición de Sabueso Infernal y de que él ayudó en el rescate.

Malia va mirando por la ventana abierta, cerrando los ojos en intervalos. Le gusta el sonido de la lluvia y la naturaleza en general; después de todo, vivió en ella por 8 años. Le queda bien el corte de cabello, aunque nunca se lo dije, no sé por qué.

El viaje fue silencioso y un tanto incómodo, pero ya no tanto como antes. Me gusta su compañía, no sé porqué me molesté cuando Scott la llamó para que ayudara a buscar la que creíamos que era la última quimera, después de todo Malia fue de gran ayuda. Es fuerte, posee habilidades sobrenaturales y es inteligente, aunque no se da cuenta de ello.

-Gracias. -dijo cuando llegamos. Abrí los ojos y la miré con algo de sorpresa- Por traerme.- hizo otra pausa- Sabes que no sé cómo expresarme bien.

Sonreí de lado, sin mostrar mis dientes, y ella me miró.

-De nada. Gracias a ti por intentar que Braeden me diera una pistola.

Ella soltó una pequeña risa, pero con un aire sarcástico, mientras miraba sus manos.

-Fue un fracaso.

-¿El que se me cayera la pistola?

-Además de ello.-suspiró y miró hacia afuera otra vez- No pude detenerla y perdimos a Mason.

-No es tu culpa.

-Pero ya es segunda vez que logra escapar. Tengo que enfrentarla en algún momento.

-Lo sé, y te ayudaremos. Te ayudaré.

-No,-me miró- tú tienes que cuidarte, mantenerte a salvo. No puede sucederte nada.

Quise preguntar, pero la seguridad con la que dijo lo último me hizo quedarme con las palabras en la boca.

-Nos vemos, Stiles.

Se bajó del auto y caminó rápidamente hasta su casa. Seguramente el señor Tate estaría preocupado.

Conduje de vuelta a mi casa, probablemente mi papá estaría aún en la comisaría, así que tome un vaso de jugo del refrigerador, subí a ducharme, me coloqué pijama y me acosté.

Me quedé mirando al techo un momento, asimilando todo lo que acababa de pasar en las últimas horas. ¿Cómo era posible que Mason fuera la quimera? Y ¿Cómo era posible que la Loba del Desierto me quisiera muerto a mi específicamente?

¿Acaso sabrá que la investigué? No, no es posible. Me coloqué de lado y, a pesar de tener mi almohada, de estar en el centro de la cama y del agotamiento que sentía, me costó conciliar el sueño.

Malia

Mi papá estaba esperándome, preocupado. Le había enviado un mensaje cuando iba en el auto con Braeden a la casa de Scott. Por suerte no fue al partido de lacrosse, ya que iba a salir con sus amigos, pero escuchó lo que había sucedido en la escuela, así que apenas entré, lo vi dormitando en el sillón.

Me acerqué lentamente a él y puse mi mano en la suya, que estaba en su rodilla.

-Malia.-se sobresaltó.

-¿Por qué no vas a dormir?

-Te estaba esperando.- dijo incorporándose y yo sonreí un poco.

-Ya estoy aquí. Vamos, ve a dormir.

Nos levantamos juntos del sillón y empezamos a caminar a las escaleras.

-¿Estás bien? Supe que algo pasó en la escuela.

-Sí, estoy bien. No sé bien lo que pasó, había mucha gente y mucho ruido, por eso nos fuimos a casa de Scott, que es la más cercana.

Mentirle a mi papá se había vuelto casi costumbre, pero no era algo que me gustara demasiado. Una parte de mi quería contarle, pero la otra me decía que él no estaba preparado para esas cosas, pues aún a veces lo veía mal por lo que pasó hace años, aunque esas noches solitarias bebiendo cada vez eran menos recurrentes. Así que espero que el momento de revelarle la verdad no esté tan lejano.

-Ah, me alegro que no les haya pasado nada, ni a ti ni a tus amigos.- Ya le había dicho que había terminado con Stiles, así que él había elegido no mencionarlo tan directamente, cosa que agradecía.

-Sí, yo también.

Ya habíamos llegado arriba así que le dije buenas noches, me besó la frente, como siempre hace, y me fui a duchar. Dejé que el agua bajara por mi cuerpo y en mi cabeza apareció Stiles.

Recordé aquel día cuando terminamos y encontró a su padre donde Theo le dijo. Al día siguiente fui a verlo al hospital, luego de que encontráramos a la otra quimera, aunque Stiles no me quería ahí.

Melissa me dejó pasar, así que avancé por el pasillo, pero cuando estaba en la puerta pude ver por la ventana a Stiles durmiendo con la cabeza en la cama de su padre. Me quedé mirándolos a ambos por unos segundos y me prometí que no dejaría que nada les sucediera, ambos eran muy importantes para mi. El sheriff comenzó a moverse y cuando abrió los ojos yo me aparté de la ventana bruscamente y, a paso lento, salí de cuidados intensivos.

No puedo dejar que nada le pase a Stiles, debo protegerlo, incluso de mi madre. Sobretodo de mi madre.

Al salir del baño me coloqué pijama, me sequé un poco el cabello y me metí en la cama. Apenas toqué las sábanas, el cansancio que venía aplacando todo el día apareció y me dormí casi enseguida.

Tú Siempre [Teen Wolf]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora