Ian me miraba fijamente, yo no era capaz de hablar. Aún seguía llorando, trataba de controlarme pero no podía, las lágrimas seguían saliendo, a pesar de eso, Ian no se me acercó ni intentó consolarme. Simplemente estaba parado lo más lejos de mí, observándome.
Yo quería que me abrazara, necesitaba que me abrazara, que me besara, necesitaba sentir su tacto, pero él simplemente me miraba.Por fin logré tranquilizarme.
--Ian ...
-- Te traeré un vaso con agua. -- me interrumpió y se fue a la cocina, dejándome sola.
Cuando regresó me entregó el vaso con mucho cuidado para no tocarme, dejé el vaso en la mesita y me puse de pie frente a él.
--Ian, háblame. -- desvío la mirada.
-- Tengo que tomar aire. -- dijo seriamente.
--Ahora? -- dije tratando de acercarme a abrazarlo, me detuvo tomándome de los hombros, bajó su cabeza para darme un beso en la frente y se fue a la habitación a cambiarse, cuando salió por la puerta ni siquiera me miró. Se fue.
Así, sin decir adiós, sin decirme si iba a volver o se iría a su departamento. No dijo nada, simplemente se fue.
Me quedé ahí de pie, no creyendo que me hubiera dejado sola.
Empecé a dar vueltas por la sala, qué debía hacer, llamar a Ian, ir a su apartamento, salir a buscarlo, qué carajos se supone que debo hacer.
Comprendía todo, lo comprendía a él, yo sabía que todo lo que habíamos pasado era demasiado y rebasaba los límites de cualquiera pero lo amo, y quiero creer que él a mi. Tenía que darle su espacio, pero me asustaba la idea de perderlo, tal vez esté en casa de Sandra o tal vez en la de su padre, no sé me ocurre otro lugar a donde haya ido.
Quizá va a dejarme, puede que se haya hartado por fin de mi.
Oh Dios, no, por favor que eso no haya pasado.
Tome mi celular y le marqué, para mi mala suerte el celular sonó en la otra habitación. Lo había dejado.
Necesitaba hablar con alguien, así que llamé a mi mamá. Cuando llegó me miraba con mala cara, cuando le conté todo lo que había pasado, su mirada se volvió peor.No dirás nada? -- pregunté, sabiendo que se moría por decir algo.
--Eres una estúpida! -- gritó y me sorprendió, jamás me había insultado.
--Caroline!
--Que Caroline ni que nada. En primer lugar soy tu madre! Y en segundo lugar, eres una estúpida. Lo tenías todo, un hombre que te quiere o te quería mejor dicho, y ahora por tu estupidez y por tu maldita indecisión lo has perdido! Claro que se va a ir a los brazos de Sandra, ella no tiene un ex que se la vive jodiendola y más que eso, estoy segura que ella no le sigue sus estúpidos juegos!
--Basta! No te llamé para que me reprocharas todo lo que he hecho.-- grité -- Sé muy bien los errores que cometí, no necesito que vengas a decírmelos de esa manera! Lo único que me importa ahora es Ian.
-- Claro que ahora sólo te importa él, porque estás a punto de perderlo, sino es que lo has perdido ya. -- me dijo mirándome directo a los ojos. Rompí en llanto una vez más. Aunque me doliera todo lo que Caroline me decía, era cierto. Sólo yo tenía la culpa de lo que estaba pasando. Sólo yo.
Caroline se sentó juntó a mi y me abrazó.
--Lo lamento, cariño. He sido demasiado dura, lo lamento tanto.
-- Está bien, tienes razón. Soy una estúpida.-- dije entre sollozos. Mamá me abrazó más fuerte.
-Alex te lastimó? -- me preguntó después de un rato, mientras me revisaba. Tenía unos ligeros moratones en las muñecas.
--Por suerte Ian estaba aquí, no sé de que habría sido capaz si me hubiera encontrado sola. -- se me hizo un nudo en la garganta de tan sólo imaginarlo.
Caroline estaba a punto de hablar cuando se abrió la puerta y entró Ian, estaba recién bañado, podía oler el jabón hasta donde yo estaba, llevaba traje y su maletín, tan guapo como siempre. Me levanté de un tirón y me acerqué para abrazarlo, pero me detuve en seco cuando me miró y muy serio me dijo:
-- Vístete, iremos a que levantes una demanda.Me quedé petrificada al escuchar lo que Ian decía. Quería que te demandara.
Caroline se acercó a mi despacio y mirando a Ian habló.
--¿En serio crees que es lo más conveniente? -- terminando de decir eso, me miró preocupada. Yo aún no podía reaccionar.
--¿Conveniente? -- dijo Ian con voz baja pero aún así se notaba el enojo en ella. --Este idiota vino a meterse a la casa de su hija, a golpearla y sabrá que más cosas quería hacerle creyendo que estaba sola. ¿Y usted pregunta que si es conveniente? -- Ian estaba que echaba chispas. Respiré hondo para poder hablar.
-- Mamá,¿ podrías dejarnos solos? -- Caroline estaba sorprendida por la forma en que Ian se había dirigido a ella. Me miró por un segundo.
-- Iré a la cocina.-- dijo suavemente.
--No, es mejor que te vayas a casa. --susurre.
--Hannah... -- empezó a hablar mirando a Ian con desconfianza. Ian sonrió, pero de una manera algo escalofriante.
--No se preocupe señora, no todos los ex's de Hannah somos iguales.
Ignoré todo lo que dijo, lo único que pude escuchar y que resonó en mi cabeza fue la palabra "ex". ¿A qué se refería con eso? ¿ Me estaba terminado? ¿ Por fin se había dado cuenta de que no valgo la pena? Las piernas empezaron a temblarme, sentía como mis manos sudaban, mi cabeza quería explotar, mi respiración se aceleró. Mamá me tomó del brazo y me sacudió.
--Hannah, cariño, ¿te encuentras bien?
-- Mamá, vete, por favor. -- dije con dificultad. Ian me miraba pero no se me acercó.
--Hannah...
---Mama, ¡ por favor ! -- Caroline me dió un beso en la mejilla, tomó su bolso y se fue.