Ya no te amo...

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-Me amas? -te pregunte albergando la esperanza de que tu respuesta fuera positiva, aunque en mi corazón, sabía lo que en realidad sentías. Me miraste a los ojos por un breve segundo después apartaste la mirada y te enfocaste en algo detrás mío, nuestra foto, supuse. Se te llenaron los ojos de lágrimas.
-No - susurraste, sino hubiera estado pendiente del movimiento de tus labios, probablemente no hubiera escuchado tu respuesta, y me odie por haberlo hecho. Mi corazón, sentí que alguien me lo arrancaba y entonces me di cuenta, que eras tú. Eras tú el que en ese preciso momento, me lo estabas arrancando, me estabas dejando sin alma.
No quería llorar, te lo juro que no quería, pero mis ojos no respondieron a mis ordenes y sentí un par de lágrimas en mis mejillas, creo que tardaron mas en salir que yo en limpiarlas.
-Esta bien -dije con un hilo de voz que me sorprendió porque sonó como si estuviera muy tranquila cuando por dentro me estaba muriendo.
-Escucha, yo...
-No, por favor, no no quiero tu lástima, no la quiero. - sin más tome mi bolso y me dirigí a la puerta, me gire para verte por ultima vez y me di cuenta de que no me mirabas. Tu vista estaba fija en la fotografía, era una foto nuestra, la forma en que la mirabas pareciera que al que le acababan de destruir el corazón era a ti. Y no era justo.
Así que me di la media vuelta, camine hacía donde estaba la foto, arrojando mi bolso al sofá en el camino. Tomé la foto y la arrojé al cesto para la basura. Tu me miraste sorprendido cono no creyendo lo que acaba de hacer.
-Ya no somos nada. No tiene caso que la conserves. - dije con la voz tan fría como me fue posible.
-Esa foto es mía, no es justo...
-No es justo?, no es justo, que? Ah? - y entonces exploté, las palabras empezaron a salir tan rápido que no pude detenerlas, mucho menos analizarlas antes de decirlas.
-Vamos, dime lo que no es justo!
Te quedaste callado, observándome.
-No tienes nada que decir? No? Pues yo sí. -di un paso adelante, mas cerca de ti y al momento me arrepentí de haberlo hecho, porque tu colonia inundó mis fosas nasales y me trajo tantos recuerdos. Pero los aparte tan deprisa como aparecieron. No me quitabas la mirada de encima y eso poco a poco acababa con mi valentía.
-Sabes lo que no es justo? -alce la voz con la esperanza de que si gritaba no se me rompería dando paso al llanto. -No es justo que me estés haciendo esto, no es justo que después de 5 años hayas decidido que ya no me amas. No es justo que yo haya dejado todo por ti, no es justo que me des la espalda en estos momentos. Y sobre todo, no es justo que me estés rompiendo el corazón. No es justo y no tenías ningún derecho.
Sin más me desplome en el piso y las lágrimas brotaron de mis ojos. Quería dejar de llorar pero no podía, una tras otra corrían por mis mejillas. Metí mi cabeza entre mis rodillas y sentí tu mano sobre mi espalda. Ese rose, ese simple rose erizaba mi piel. Me aparte bruscamente no tolerando tu tacto. Me levante, tomé mi bolso y lo último que escuche fue tu voz gritando mi nombre.

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