CON ÉL.

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Capitulo 23

Después de salir de la cafetería fuimos al parque donde lo vi por primera vez y nos sentamos en una banca.
-Hannah...
-Escucha Ian...
Hablamos al mismo tiempo, extendí la mano en señal de que continuara, él negó con la cabeza.
-Primero las damas. -dijo y sonrió, le devolví la sonrisa y solté él aire.
-Ian...escucha, se ve que eres un chico grandioso y todo eso pero...
-Me estas bateando?
-¿ Qué? Yo... Ian - ¿ cómo demonios contestaba a eso? Bueno, con la verdad, supongo. Porque en realidad si lo estaba bateando.
-No digas más, lo entiendo.
- En serio? Gracias por entenderlo. Fue un placer conocerte.- instintivamente le tome la mano y le sonreí, él apretó mi mano y sentí una punzada en él estómago.
- Sí, no hay problema. Oye, ¿ que tal si mañana quedamos para comer? La comida Italiana es una de mis favoritas y pude ver que a ti también te gusta. ¿qué dices?
No comprendí, yo le acababa de decir que había sido un placer conocerlo en forma de despedida y él me invita comer.
- No comprendo, yo...Ian, creí que lo entendías.
-Oh sí, lo entiendo pero no lo acepto. No voy a renunciar a ti hasta por lo menos intentarlo.
-No me conoces.
-Y es por eso que estamos saliendo, para conocernos.
-No estamos saliendo -dije, estaba empezando a enojarme.
-Lo que tu digas. ¿ A que hora paso mañana por ti?
-Ian, creo que no me estas entendiendo.
-Ya te dije que sí, pero no lo acepto.
- ¡ Maldita sea Ian, no quiero una relación ni contigo ni con nadie! - grité y me levanté de la banca, empecé a caminar, Ian me alcanzó y me detuvo del brazo
-¿Por qué, Hannah? Y más vale que me des una buena razón.
-Porque...- comencé a hablar pero no encontré nada bueno que decir, ¿ cómo decirle todo lo que sentía sin contarle nuestra estúpida ruptura?- Porque no quiero. -levantó una ceja como diciendo, "¿en serio?"
-Eso no me vale como respuesta- dijo después de un rato.
-Pues que pena porque es todo lo que obtendrás.
-Entonces, te recojo mañana a las tres.
-No - dije secamente. Él sonrió de lado y me miró de manera sugerente.
-No te estaba preguntando.
Me rendí.
-No quiero sufrir.- dije en voz baja.
-¿ Qué ?
-Esa es la razón por la que no quiero una relación, no quiero sufrir. -agache la mirada.
-Eso es estúpido. - dijo en tono burlón. Lo miré confundida.
-¿ Qué dijiste?
-Que la razón por la que no quieres una relación es estúpida.
-Eres un idiota.
-Tal vez -dijo sonriendo - pero tu también.
- ¿ Me acabas de decir idiota?
- Tu empezaste.
- ¿Es en serio? - pregunté no creyendo la conversación tan tonta que estábamos teniendo.
-Escucha Hannah, tal vez tuviste una mala experiencia con alguien y en serio de corazón, lo siento. Pero no puedes dejar que eso afecte tu vida de tal manera que ya no quieras tener una pareja, puedes dejar pasar al amor de tu vida, no quiere decir que sea yo, bueno, si quieres, puedo ser yo -me guiño un ojo.- pero en serio, creo que debes intentarlo con otra persona. Yo, por ejemplo. - no pude evitar reírme. Suspire, este chico era increíble. Me miró a los ojos y, como era de esperarse, me perdí en el cielo que encerraba en ellos.
Quería decirle algo pero no encontré palabras.
Ian se acercó a mi aún sonriendo y me puse tensa cuando posó una mano en mi espalda justo a la altura de mi cintura y me apretó contra él, sentía que el corazón se me iba a salir del pecho. Con la otra mano tomó mi barbilla, me hizo alzar la cara y antes de que pudiera protestar puso sus labios sobre los mios, se abrió paso en mi boca y profundizó el beso.
Y pude responder a mi pregunta; sus labios tenían un delicioso sabor a cereza.

Desde ese día Ian fue a mi casa todos los días, a pesar de que en algunas ocasiones yo estaba de pésimo humor hundiéndome en tu recuerdo y lo trataba de una manera horrible, nunca me dejó. Y hasta hace dos semanas le hice caso a su consejo y lo intenté con alguien.

Con él.

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