Capitulo 12
Después de que decidieran en que bar nos veríamos con los demás abogados, cada quien partió en su coche.
Ian tenía un precioso auto, era un Mustang clásico del 65, era espectacular.
Íbamos de camino y note a Ian nervioso, abría y cerraba las manos en torno al volante. Y pensé que, al igual que yo, él tenia mucho que procesar. Por ejemplo; que el hombre que le rompió el corazón a su novia trabaje para él. Yo estaría más que nerviosa.
-Ian, ¿ estás bien con todo esto? -le pregunté en voz baja, él me miro por una fracción de segundo y fruncio el entre cejo.
-¿A qué te refieres? - estaba segura de que sabía a lo que me refería. Aún así le conteste.
-Sobre Alex y que trabaje en el mismo lugar que tú. Y que seas, prácticamente, su jefe.
Se quedó callado un momento como analizando la pregunta.
- ¿Por qué me preguntas eso? -me dijo después de un rato.
-Pues porque te noto ansioso- dije señalando sus manos que apretaban el volante con fuerza y de inmediato aflojó el agarre.
-Es verdad -su voz sonó calmada, agotada. Sabía que esto no iba a ser fácil, iba a decir algo cuando Ian habló.
-Estoy ansioso por ti, Hannah- suspiró. Eso me tomó por sorpresa
-¿Por mi? -no pide evitar preguntar, se giró hacia mi y sonrió, después volvió a fijar su vista en el camino.
-Estoy preocupado por ti, Hannah, haber visto a Donovan de nuevo debió ser duro para ti y no imagino al enterarte de que estaba comprometido con esa chica a tan poco tiempo de haber terminado. -dijo con voz dura y puso cara de asco cuando dijo tu apellido -si enterarte de que tenía novia fue difícil,, supongo que saber eso aun más.
Analicé sus palabras un momento.
-Yo te tengo a ti
-No es lo mismo y lo sabes
- Y, ¿por qué no? -dije con voz seca y me arrepentí al momento. Ian no tenía la culpa de lo mal que me sentía en esos momentos.
-Porque tu aún lo quieres- dijo con voz triste y se me hizo un nudo en la garganta.
-Ian...
-No, Hannah, lo siento. No quiero presionarte, solo olvida lo que dije.
-Te quiero, Ian -dije antes de poder detener las palabras, tratando de arreglarlo, como si se pudiera arreglar, continúe -no de la forma en que tu me quieres pero te quiero y me importas. Ian sonrió pero no llegó a sus ojos.
-No quiero tu lástima, Hannah, no la quiero.
Sentí como si me apachurrarán el corazón al escuchar eso, pensando en que, meses atrás, yo te había dicho esas mismas palabras.
-Tu sabías muy bien a lo que te enfrentabas cuando me conociste, Ian, sabías lo rota que estaba y aun así...
-Me quedé a tu lado -me interrumpió -porque te quiero.
Me escuecieron los ojos por las lágrimas, sin embargo, no derramé ninguna.
-Así es, te quedaste y sabías muy bien lo que yo sentía. Nunca te mentí Ian, así que no quieras hacerme sentir culpable.
-¿Crees que es eso lo que quiero?
No respondí, él suspiró
-Hannah, lo siento, no quería hacerte sentir mal. Yo solo estoy preocupado por ti.
-Lo sé y yo por ti...
-¿Por mi? - dijo con sorpresa en su voz, asentí
-No quiero lastimarte, no quiero hacerte sufrir.
Separó una mano del volante, tomó una de las mías y se la llevó a la boca para darle un tierno beso.
-Estaremos bien, cariño - dijo y me dio una sonrisa genuina.
Cuando llegamos al bar y nos bajamos del coche, abracé a Ian con fuerza y me correspondió.
Me dio un beso en la frente y cuando iba a alejarse lo jale de la corbata y le dí un beso, uno largo, cargado de emociones. Cuando nos separamos, ambos respirábamos con dificultad.
-Wow, no es que me queje ni nada por el estilo, pero, ¿por qué ha sido eso?
Le sonreí con picardía.
-Digamos que fue un beso de reconciliación.
-Bueno, nena, entonces tendré que hacerte enojar más seguido.
Me reí, le guiñe un ojo y entramos al bar.