Ya eran cerca de las 7:00pm cuando dimos por acabado nuestro tiempo en la laguna. El frío estaba comenzando a afectarnos.
- Siento que mis manos se congelaron -digo viéndolas con una mueca. Horam está arrasando con las pocas frituras que quedan a unos metros de mí.
Y sí, sigue sin camisa. Según él "Sólo está esperando secarse un poco para terminar de vestirse". Puras mentiras.
Sé que está disfrutando de incomodarme y hacerme parecer a un tomate cada vez que se acerca.
Tampoco es que me quejo de la vista...
Vestido sólo de la cintura para abajo, cabello mojado, gotas resbalando por su piel... No, no me quejo para nada de que esté así.
- No hace tanto frío - dice antes de meterse un puñado de Cheetos en la boca.
- Claro -ironizo- Y si no es mucha molestia para tu gran estómago, ¿Podrías dejarme al menos un poco?
- No -habla con la boca llena a propósito.
Ruedo los ojos. Parece un niño pequeño.
- Tengo frío -me quejo por cuarta vez seguida.
- ¿Y yo qué culpa tengo ahora?
- ¿Quién me lanzó al agua? -pregunto a la defensiva.
- ¿Quién estuvo a punto de ahogarme?
- Sí, estamos a mano. ¡Pero eso no quita que ahora no tenga nada para abrigarme!
Ahora es él quien rueda los ojos antes de recoger su sudadera y lanzármela en la cara.
- ¿Ya?
Observo la prenda antes de ponérmela con cuidado. Huele mucho a él, y eso es increíble.
- Ahora sí.
Horam se distrae unos segundos viendo fijamente cómo luzco con su sudadera puesta. Su mirada, y el cómo sus labios se empiezan en una sonrisa ladeada, me ponen nerviosa y pienso en volver a hablar para no sonrojarme.
- ¿Qué pasó con la pizza?
- Ella está bien, te mandó saludos. Mandó a decir que...
- No seas estúpido. Muero de hambre.
- Oh, vamos ¡Ni siquiera me dejaste terminar!
- ¡Bien! Continúa -digo exasperada. Sé que si no lo dejo seguir, será un tormento.
Él sonríe antes de hablar.
- Mandó a decir que usted, señorita Stella, luce increíblemente hermosa en este preciso momento.
Dejo de respirar por unos segundos, y siento que estoy a instantes de sufrir un infarto o de desmayarme.
- Ya sé que como poeta, te mueres de hambre.
¿Es en serio? ¿"Como poeta te mueres de hambre"?
- Ya sé que el agua te vuelve lenta, porque era un cumplido, no un poema.
Creo que mejor finjo desmayarme.
- Lo que hayas intentado decir, no te salió.
Horam me saca la lengua y le devuelvo el gesto.
Mientras espero a que él se termine de vestir, miro un mechón de mi cabello.
- ¿Crees que me vendría bien un cambio de look? -le pregunto de repente.
- ¿Ya te cansaste de colores cegantes que ahora quieres volverte emo? -pregunta poniéndose la camisa. Adiós a mi perfecta vista, fue hermoso mientras duró.
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Sé mi cielo estrellado
RomanceA veces un cielo lleno de estrellas puede darte la misma alegría que sientes al saber que tienes a alguien que pueda devolverte la personalidad que perdiste al pasar por algo devastador. Eso mismo pasó con él, después de tanto esperar por algo que h...