Todo iba tan normal esta mañana... Hasta llegué a pensar que sería uno de los días más comunes y aburridos, excepto por una cosa bastante inesperada.
Stella. La chica loca que siempre vestía raro, apareció luciendo un vestido casual color rosa, zapatillas blancas, cabello arreglado y maquillaje ligero. Supe en ese momento que algo no iba bien.
Y para terminar de armar el teatro, Sebas apareció a su lado sonriendo, le rodeó el hombro con el brazo y caminaron juntos como si nada hubiera pasado.
¿Qué demonios...
Sólo me dediqué a mirar en silencio como se reunían ambos con el resto de sus amigos. Definitivamente algo no va bien.
Camino disimuladamente al otro lado del pasillo, pasando cerca de ellos y logrando escuchar una parte de la conversación.
– Y entonces, par de tontitos, ¿Ya están saliendo? ¿Son novios? ¿O aún están en proceso? –pregunta emocionada Lara.
– Se podría decir que estamos en proceso... –responde Sebastián mirando dulcemente a Stella, ella sólo sonrió.
– Awww, amo verlos así, se ven tan tiernos, ¿Cierto, Kathe?
– Ajá, sí. Perfectos, hermosos, preciosos –dice de mala gana cruzándose de brazos.
– Eres una odiosa –bufa Lara mirando a su amiga– ¿Y tú qué opinas? –le pregunta a Marco.
– Déjalos en paz, cielo. Capaz que ahora ni quieren intentar algo porque los estás asfixiando –se ríe.
– Seguimos aquí, ¿Saben? –interviene Stella con una sonrisa divertida.
Aparté la mirada y seguí caminando, acelerando el paso.
Esto está mal.
¿O el que está mal soy yo por no aceptar que la chica que empieza a gustarme se está convirtiendo en otra persona?
Llego al campo de deportes y marco el número de Louis, por suerte, él contesta rápido.
– Organización anónima de escondite de cadáveres Aldridge, ¿Qué necesita? O... ¿Qué cadáver necesita esconder? –habla con voz seria y macabra.
– Si ibas a salir con eso, mejor ni te llamaba –digo perdiendo la paciencia. Él sólo ríe.
– Uy, perdón señor serio –se burla– Pero en serio quería saber qué se sentía decir eso.
– Pudiste habérselo dicho a tu queridísima prima que seguro ya te extraña.
– Ni hablar de esa loca. No sabes cuánto esperé volver a casa para librarme de ella hasta nuevo aviso.
– Bueno, pobre de ella, se quedará sin la única persona que recibe sus ataques de histeria.
– Pobre de mí que aún tengo el trauma del tacón que casi me mata.
– Si, como sea, no te llamé para hablar de tu prima loca y tu nuevo servicio de escondite de cadáveres. Tengo un pequeño problema que necesito contarte...
– Suéltalo, el tío Louis es todo oídos, bebé.
– ¿Tío Louis?
– ¡Habla ya! No puedes decir que tienes algo que contarme y después buscarle las cinco patas al gato –dice desesperado– Si vas a hablar sobre cosas estúpidas como la cucaracha que apareció en tu cama el mes pasado, juro que...
– Creo que me gusta Stella –digo rápido cerrando los ojos. Vaya, era más difícil decirlo en voz alta.
– ¿Pero qué...? ¿Me puedes explicar cómo no pudiste empezar por ahí, Cielo Azul? –pregunta fingiendo estar molesto– No, olvídalo, primero necesito que me recuerdes quién es Stella porque sinceramente no tengo idea de quién hablas.
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Sé mi cielo estrellado
RomanceA veces un cielo lleno de estrellas puede darte la misma alegría que sientes al saber que tienes a alguien que pueda devolverte la personalidad que perdiste al pasar por algo devastador. Eso mismo pasó con él, después de tanto esperar por algo que h...