Cap. 14

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– ¡Corre más rápido, Stella! ¡Ya nos va a alcanzar! –grita Horam.

– ¡Apenas hice el intento hoy por correr en educación física! ¡Estoy muriendo! –grito cansada.

– ¡Más les vale correr! ¡Si Galila se entera de que alguien sabe sobre su secreto, me van a matar a mí! –grita Farina a tan solo metros de nosotros. Sí que es rápida esa loca.

Seguramente se preguntarán, ¿Por qué Horam y yo huímos de una tal Farina que está enojada?

Digamos que es una interesante historia que se resume a un estúpido culpable: Horam.

Todo comenzó así....

  3:40pm en Richwood 

– Entonces.... ¿Paso el viernes a las 5:30pm por tí? –pregunta Sebas con su hermosa sonrisa.

– Estaría perfecto –acepto mirándolo como tonta.

– Buscaré más tarde qué películas podemos ver y luego te aviso, ¿Te parece?

– Pues...

De repente, siento cómo alguien me jala del hombro y me empieza a arrastrar lejos. No me da tiempo de protestar.

– ¡Ella te hablará luego, niño bonito! –exclama Horam aún sin soltarme.

Reacciono y me suelto de su agarre.

– ¡¿Pero qué te pasa?! ¡Estaba hablando con él! –exclamo molesta.

– Agradece que te salvé de otra humillación.

– ¿Qué? ¡No iba a pasar otra humillación! –reclamo.

– Dios, pero que ingenua eres. Con razón pasas vergüenza siempre.

– ¡No soy ingenua! Termina de hablar, me estresas.

– Cabe destacar, que el ser humano maneja sus emociones, lo que significa que uno mismo escoge cómo reaccionar ante las situaciones. Así que la frase correcta sería: Ante tus acciones, yo decidí estresarme –corrige con una sonrisa de autosuficiencia.

Lo miro incrédula por toda su explicación, hasta que comienzo a exasperarme más.

– ¡¿Y tú cómo sabes eso?! ¿Eres especialista en eso o qué?
– En realidad, se le dice investigar para no ser un mediocre, es algo sencillo. Inténtalo algún día, Estrellita –guiña un ojo y yo me contengo de no ahorcarlo.

– Hoy estás payaso, de verdad que me estresas.

– La frase correcta sería: Hoy estás de un buen humor excesivo, y ante esa acción, yo decidí estresarme –vuelve a corregir con paciencia.

– ¡Deja de corregirme! ¡Me des.... –me callo al ver su mirada y su sonrisa de "Si te equivocas otra vez, juro que te daré una charla"– ¡Ante tus estúpidas acciones yo decidí desesperarme!

– Bueno, por lo menos aprendiste a hablar. Eso es un avance.

– Horam, te voy a pedir calmadamente que dejes de echarme en cara que sabes más que yo, porque ante esas acciones yo voy a decidir enojarme y ser la responsable de tu fallecimiento. Así que se te agradece tu colaboración –hablo educadamente para que él no vuelva a sacar sus argumentos de cómo hablar a la perfección.

Él se ríe de mi intento de ser cortés.

– Mis más grandes felicitaciones por aprender...

– ¡Qué te calles! ¡Entiéndelo! –exclamo.

Sé mi cielo estrelladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora