Camino rápidamente para llegar temprano a la presentación del inicio de clases, miro la hora en el reloj del pasillo y me doy cuenta de que aún faltan 20 minutos para empezar. Suspiro cambiando mi dirección a la máquina de refrescos, una vez que ya lo termino de beber, sigo mi camino hasta la sala de charlas.Sonrío para mis adentros, por fin llegaré antes a una de las presentaciones. Abro la puerta esperando ser una de las primeras en entrar, pero todas mis sonrisas se esfuman cuando me doy cuenta de que ya todo el mundo está ahí, incluyendo a mi mejor amiga.
Me quejo en voz baja y camino avergonzada bajo todas las miradas de desaprobación. No encuentro lugares en las primeras 23 filas, así que me toca sentarme en una de las últimas. Lo único bueno es que todos en esta escuela son alumnos aplicados y se sientan siempre adelante, por lo tanto me sorprendo al ver a un chico en un puesto delante de mí.
Lo miro tratando de entender porqué se sienta ahí si se nota que llegó hace un buen rato. Pero eso no es lo único que me sorprende.
Me emociono en cuanto veo que está leyendo mi libro favorito, uno que muy pocas personas conocen ya que es "algo antiguo para los jóvenes de ahora". Eso lo dicen las personas que no reconocen a un buen escritor demostrando sus sentimientos, porque prefieren los libros con una trama muy predecible y repetitiva.
Intento acercarme más para comprobar si de verdad es el libro Cielo de Esperanzas.
De tanto inclinarme hacia adelante, termino cayendo en la silla de al lado del chico -menudas sillas que se cierran con un mínimo movimiento-.
- ¡Lo siento tanto! De verdad, no fue mi intención caer aquí.
– Tranquila, son cosas normales que pasan en las presentaciones de inicio de clases –dice el chico, que amablemente estira su mano para ayudar a levantarme.
Avergonzada, me acomodo en la silla esperando que nadie haya visto mi horrible caída digna de ser publicada en YouTube con el título "Chica torpe se humilla a sí misma cayendo por ser tan metiche". Sí, eso sería perfecto para que todos lo vean.
Ya deja de pensar estupideces, Stella.
– ¿En serio te pasa siempre? –le pregunto.
El chico se ríe y cierra el libro que estaba leyendo. Vaya, así que sí era el libro que pensaba.
– Claro que no, ¿Quién sería capaz de caerse de esa forma sólo para ver al blanco de críticas en todo Richwood? –bromea.
– Oh –es lo único que digo.
Presto atención a la charla aburrida del director, hasta que dejo de escucharlo y miro nuevamente al chico que está a mi lado.
– Entonces.... ¿Te gusta Cielo de Esperanzas? –digo intentando sacar tema de conversación.
– Claro, es mi libro favorito.
– ¿De verdad? El mío también, me encantan los sentimientos que trasmite. Sobre todo porque es uno de los pocos libros que pueden hacerte sentir lo mismo que los personajes y.... –dejo de hablar– Disculpa, a veces me emociono cuando hablo sobre eso y estoy sorprendida de que haya alguien a quien le guste ese libro.
– Me pasa lo mismo, sólo que casi nunca expreso lo que pienso.
– ¿Ni siquiera cuando estás triste, enojado, contento?
– Solía hablar mucho sobre mis sentimientos, y había una persona en el mundo que decía que expresarme sin miedo era lo mejor. Yo ya no tengo con quién liberar mis emociones, pero supongo que tú sí –dice dándome una sonrisa triste.
Intento encontrarle algún sentido a lo que dijo al final, pero veo que ya todos comienzan a levantarse para largarse de aquí.
– Bueno, adiós. Fue divertido hablar contigo, soy Stella –digo. El chico intenta esconder el dolor y la sorpresa en su mirada, pero me doy cuenta.
– Soy Horam, mucho gusto –dice y sonríe, pero no fue una sonrisa de alegría. Sino una que reflejaba que algo le afectó– Por cierto, me gusta tu nombre. Una persona muy especial para mí también se llamaba así.
Sonrío y bajo hasta encontrarme con mi mejor amiga.
– ¿Dónde te sentaste? Marco y yo te guardamos un asiento, pero estábamos tan concentrados en la charla, que pensábamos que no llegaste –dice fingiendo estar preocupada.
Claro, estaban tan ocupados riéndose de mí pasando vergüenza al llegar tarde.
– Tuve que sentarme en las últimas filas, no fue tan malo. Conocí a alguien que también lee mi libro favorito, se llama Horam y...
– ¿Horam? ¿El chico de la otra sección que pasa todo el día intentando dar lástima con su patética cara triste? Ay, por Dios. En realidad eres más tonta de lo que pensé –rueda los ojos.
– Ya deja de juzgar a la gente, Lara. Él es agradable y no creo que alguien que haya pasado por algo doloroso quiera que todo el mundo le tenga lástima.
– Ya sabes cómo son todos aquí, si él no encaja pues es obvio que quiere sobresalir.
Lo que me hace pensar, ¿Por qué la sociedad de ahora sólo se preocupa por el estilo de vida o aspecto de los demás? Si no te gusta lo mismo que a todos, entonces ellos sienten que tienen todo el derecho del mundo de criticarte y juzgar por lo que aparentas por fuera.
– Bien, tú sigue diciendo lo que quieras. Yo no estaré perdiendo el tiempo hablando mal de alguien que no se lo merece.
Molesta por su forma de pensar, salgo de la sala de charlas para caminar a la primera clase del día. Lara corre detrás de mí.
– Perdón por decir eso, Stell. Te juro que no volveré a decir cosas malas de él, sé que te molesta porque tú eres casi igual.
Perdonala, no te enfades. No puedes perder a la única persona que te apoyó y te ayudó a superar lo que más te hizo sufrir. ¡La necesitas para estar bien!. Deja de ser tan egoísta.
Intento ignorar mis pensamientos, pero por más que intento, siento que tiene razón y que no puedo permitirme pensar sólo en mí. Sé que en el fondo Lara también me necesita, y que yo le importo.
– Bien, sólo fue una cosa del momento. Ya quedó olvidado.
Ella sonríe emocionada y me abraza.
– Créeme que ya nunca voy a pelear contigo por estas cosas.
Quisiera decir que eso es verdad, pero como siempre, caí de nuevo.
Después de esa pequeña reconciliación rápida, entramos a nuestra clase. Aún no llega el profesor, así que saco el libro de mi bolso y empiezo a leerlo.
"A veces la oscuridad de uno, puede ser la claridad de otro".
Leo esa frase pensando en Horam, tal vez él no sea como todos creen. A lo mejor sólo es alguien que no está de acuerdo con el patrón de perfección que todos aquí siguen y él no se molesta en intentar encajar. Como yo, pero con la diferencia de que me obligo a mí misma a camuflarme entre las vidas perfectas que todos en esta pequeña ciudad tienen para poder salir adelante y olvidar lo que me lastimó.
******
¡Listo! Oficialmente comienza ésta historia llena de pasados tristes y futuros esperanzadores 😂.Creo que pudieron entender un poquitín acerca de los problemas de Stella y Horam, y si no los entendieron tendrán que esperar unos cuantos capítulos para saber más o menos.
Y..... Las actualizaciones serán los lunes y viernes, así que no anden presionando 😒.
Byeeee.
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Sé mi cielo estrellado
RomanceA veces un cielo lleno de estrellas puede darte la misma alegría que sientes al saber que tienes a alguien que pueda devolverte la personalidad que perdiste al pasar por algo devastador. Eso mismo pasó con él, después de tanto esperar por algo que h...