La cura

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Noche de luna llena en una pequeña isla del mar Egeo.

- Vamos... inténtalo otra vez. Concéntrate- le ordenó el doctor Psihas al gran lobo gris que tenía enfrente. Éste soltó un aullido pero no logró regresar a su forma humana- aún no lo dominas... no te esfuerzas lo suficiente- le recriminó el anciano- ¡Usa tus emociones! Esto no es tan distinto a conjurar un Patronus, no entiendo por qué no lo consigues...

El lobo se movió agitado de un lado a otro, sin quitarle la mirada de encima al alquimista. Éste siguió hablando:

- Lupin, no cualquier hombre lobo tiene el potencial que tú tienes. Vamos, concéntrate... Han pasado ya tres meses, ¡tienes que superar lo de la muerte de esa jovencita! Ella jamás volverá a estar a tu lado y ¿sabes qué es lo peor de todo? Que eso no habría sucedido si tú hubieras sido lo suficientemente fuerte como para alejarte de ella la última vez que la viste... así ella no habría intentado venir a buscarte- le dijo cruelmente el doctor Psihas.

Todas y cada una de sus palabras taladraban el corazón y la mente del lobo. ¿Quién se creía ese hombre para hablarle así? Una intensa furia comenzó a correr por sus venas y por unos segundos su visión se nubló y cayó al suelo. En cuanto recobró la vista vio a Yraclis Psihas mirándolo con asombro.

- ¡Por fin lo lograste!- exclamó y soltó una carcajada de gozo.

-...- Remus se miró las manos y se percató de que nuevamente se había transformado en hombre.

- Lo siento, muchacho- dijo el doctor Psihas acercándose al hombre que estaba arrodillado sobre la arena de la palaya y jadeaba- no fue mi intención decir esas cosas hirientes pero tenía que llevarte al límite

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- Lo siento, muchacho- dijo el doctor Psihas acercándose al hombre que estaba arrodillado sobre la arena de la palaya y jadeaba- no fue mi intención decir esas cosas hirientes pero tenía que llevarte al límite... ¡mírate! ¡Lo conseguiste! Vamos, hazlo otra vez...

Entonces Remus, a voluntad, se volvió a transformar en lobo nuevamente, en control absoluto de su instinto salvaje. Por fin todo el trabajo, esfuerzo y desvelos de los últimos dos años en el laboratorio del doctor Psihas habían dado frutos.

- ¡Esto es excelente!- celebró el doctor Psihas. Y Remus volvió a transformarse en humano, con la misma facilidad con la que un animago alterna entre su forma humana y su forma animal.

- No puedo creerlo...- dijo con la respiración entrecortada a causa del esfuerzo que acababa de realizar- funcionó...

- Hasta ahora todo indica que sí. La primera fase de la prueba está superada, con este último suero que elaboramos lograste transformarte a voluntad en plena luna llena. Vayamos al laboratorio, debo tomar otra muestra de sangre y escribir el informe de esta noche para enviárselo al profesor Dumbledore y los demás. También necesitamos ver si puedes transformarte sin necesidad de que haya luna.

El doctor Psihas le pasó a Remus una túnica para que cubriera su cuerpo desnudo y se encaminó al laboratorio.

- Te alcanzo en un momento- dijo el licántropo. Necesitaba unos momentos para recuperarse.

Se cubrió con la túnica y se sentó sobre la arena a contemplar el maravilloso espectáculo del sol comenzando a asomarse en el horizonte. Sin duda los amaneceres en esa isla eran de los más bellos del mundo.

Mientras el sol salía, pensaba con melancolía en lo mucho que le habría gustado presenciar algo tan maravilloso con Hermione entre sus brazos. Y qué decir de compartir con ella el gran avance que acababa de tener en esta luna llena. Seguramente ella habría brincado de alegría, sin duda habría sido un momento muy feliz para ambos...

 Seguramente ella habría brincado de alegría, sin duda habría sido un momento muy feliz para ambos

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Entonces a lo lejos divisó un ave que volaba en dirección a él. El corazón le dio un brinco en cuanto reconoció a la lechuza parda, aquella a la que le había encomendado una misión meses atrás. ¿Traería consigo una respuesta?

El ave aterrizó a su lado y lo contempló con sus grandes ojos amarillos. Rápidamente Remus, con el corazón latiéndole intensamente, la revisó, rogando en silencio encontrar una carta o aunque fuera un pequeño trozo de pergamino... pero nada. El ave ululó suavemente como si se disculpara por no traer la respuesta que él tanto ansiaba y nuevamente emprendió el vuelo, llevándose consigo la alegría que recién acababa de experimentar por el éxito de la cura.

Intentó en vano reprimir un sollozo, pero un amargo llanto se apoderó de él al ser golpeado por la realidad que había querido evitar durante los últimos meses: Hermione no sobrevivió al accidente.

De pronto el hombre desapareció y en su lugar se veía a un lobo gris aullando desconsoladamente.

De pronto el hombre desapareció y en su lugar se veía a un lobo gris aullando desconsoladamente

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N/A: **se escucha el sonido de mi corazón rompiéndose**. Lo siento chicas, es necesario un poco de drama en esta historia. :) 

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