La Paciente X

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En el hospital había sido un ajetreado día, como de costumbre... ése era el día a día de la enfermera Ajkuna Kasemi, quien trabajaba ahí desde hacía casi tres décadas. Estaba sentada en una banca cercana a una ventana que dejaba ver un panorama de la ciudad de Pristina; desde el cuarto piso la vista era linda.

Dio un sorbo a su café, el cual saboreaba a pesar de que no era muy bueno; de igual manera saboreaba esos quince minutos de descanso que tenía antes de continuar sus rondas.

Al mirar hacia la entrada del hospital alcanzó a distinguir a un hombre que llevaba un ramo de flores en las manos. Eran como los claveles que usualmente adornaban el cuarto 423.

- "Al menos Dios le ha enviado un ángel a esa pobre chica"- pensó la enfermera Kasemi

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- "Al menos Dios le ha enviado un ángel a esa pobre chica"- pensó la enfermera Kasemi.

Y es que desde que había llegado al hospital, nadie se había acercado a preguntar por ella o reconocerla. Recordó el día en que la pobre joven había sido diagnosticada.


********** Flash Back **********

Fue hasta diez días después de que la paciente había sido llevada al área de terapia intensiva que el doctor Aaron Horowitz, neurocirujano a cargo del caso de aquella misteriosa mujer, determinó que podía ser trasladada a una habitación de cuidados intermedios en el cuarto piso del hospital.

Al igual que el doctor McLaggen, el veterano doctor Horowitz formaba parte de las filas de Médicos Sin Fronteras.

- Enfermera Kasemi- la llamó el doctor Aaron Horowitz- mande a traer al resto del equipo.

Así lo hizo la mujer y a los pocos minutos entraron en la habitación 423 el doctor Mclaggen, seguido de la ginecóloga Irina Landowski, el cardiólogo Matthias Radic, y Kassia Dervishi, la pediatra. Ajkuna Kasemi cerró la puerta de la habitación y permaneció de pie junto a ella.

- La paciente continúa en estado de coma- informó el doctor Horowitz y tomó un poco de aire antes de explicar a su equipo el extraño resultado de su diagnóstico- el último electroencefalograma que le realicé muestra que hay algo de función neurológica pero no responde a ninguno de los estímulos que se le realizaron.

- ¿Eso quiere decir que hay ausencia de respuesta voluntaria?– preguntó la doctora Landowski. Era una guapa mujer a la mitad de sus cuarenta.

- No hay consciencia;simplemente ella no despierta. Y sus funciones vitales se redujeron al mínimo-finalizó Horowitz.

 Y sus funciones vitales se redujeron al mínimo-finalizó Horowitz

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