Sir Ferdinand entró a su biblioteca privada con la intención de darle una última revisión al pequeño discurso que había preparado para el brindis que habría en honor a su nieto Maurice y Aurora una vez que ya estuviesen casados.
Notó que en uno de los sillones había una pequeña libreta en cuya tapa estaba impreso un retrato de William Shakespeare. Era un diario de bolsillo que Aurora había comprado en la tienda de souvenirs del Museo Británico días atrás.
Sir Ferdinand recordaba haber visto a la chica entrar a la biblioteca con esa libreta en varias ocasiones, cuando su mujer y su hermana le daban un respiro en medio de todo el ajetreo por los preparativos de la boda.
Sintiendo curiosidad, Sir Ferdinand se tomó el atrevimiento de echar un vistazo al diario, en cuyas páginas había algunas anotaciones hechas con una linda caligrafía manuscrita. De un momento a otro, el anciano se sumergió en la lectura de esas notas y se olvidó del discurso que quería revisar.
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Cuando Maurice se dio cuenta, ya eran casi las once de la mañana y él seguía en la sastrería Stanbury and Firth. Debía darse prisa para regresar a casa.
El smoking que mandó a confeccionar para la boda ya estaba listo, únicamente hubo que hacer un ligero ajuste en las mangas del saco.
- Le deseo mucha felicidad en su matrimonio, joven Maurice- le dijo el señor Stanbury a modo de despedida mientras Maurice acomodaba cuidadosamente el traje en la parte de atrás de su auto.
- Muchas gracias Paul. Como siempre, hiciste un excelente trabajo en tiempo récord- respondió Maurice subiendo al auto.
Condujo lo más de prisa que pudo de regreso a casa de sus abuelos. Cuando cruzó la reja de entrada a la mansión, pudo apreciar que montones de personas iban de un lado a otro en el enorme jardín, montando las mesas y la decoración para la recepción que se llevaría a cabo después de la ceremonia religiosa.
La mañana estaba soleada y templada. Todo apuntaba a que el clima seguiría de maravilla a la hora del festejo.
Detuvo el auto frente a la entrada principal de acceso a la casa y vio que Gordon, el mayordomo, aguardaba ahí.
- Joven Maurice, su abuelo desea verlo en la biblioteca- le informó en cuanto puso un pie fuera del vehículo.
- Gordon, no puedo ahora, vengo con el tiempo muy justo.
- Me temo que su abuelo insiste en que es importante- enfatizó el mayordomo.
- De acuerdo. ¿Te importaría llevar el smoking a mi habitación?
Gordon asintió y Maurice se dirigió rápidamente a la biblioteca. Imaginaba que su abuelo querría tener una charla tipo "padre e hijo" antes de la boda. De hecho no habían tenido oportunidad de tenerla porque él estuvo toda la semana fuera pero a Maurice realmente le preocupaba que en menos de una hora debía estar en la iglesia.
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Regresa a mí
RomanceHermione sufre un fatal accidente que hace que sus amigos y su gran amor la crean muerta. Semanas después despierta en un hospital muggle sin tener idea de cómo llegó ahí. No recuerda ni siquiera su nombre y por las cosas que dice, los doctores teme...