El criminal más buscado

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- Hola Edmond, qué gusto verte- saludó Maurice al anciano que conducía su auto- gracias por venir a recogerme.

- También me da mucho gusto verlo, joven Maurice- respondió Edmond Wayne. Él había trabajado toda su vida como mayordomo en la casa de Sir Ferdinand McLaggen en Lancaster y por lo tanto, conocía a Maurice desde muy pequeño.

Maurice le tenía una gran estima a este hombre, quizás por el hecho de que de niño y adolescente convivió más tiempo con él que con su propio padre. Y desde que Edmond se había jubilado y mudado a Londres para estar cerca de sus hijos, ocasionalmente seguía trabajando para Maurice, ya fuera manteniendo en orden la pequeña casa que éste poseía en Londres o haciendo encargos que de vez en cuando Maurice le solicitaba.

Algo que a Maurice le hacía mucha gracia era que Edmond llevaba el mismo apellido que su súper héroe favorito: Bruce Wayne.

- Llévame a Scottland Yard, por favor- le pidió Maurice- te pagaré el taxi desde ahí para que regreses a casa.

Después de media hora, Maurice entró al edificio de la Policía Metropolitana de Londres. Tras una estancia de casi quince minutos en el retén de seguridad que había para entrar, el guardia lo condujo hasta un cuarto en el tercer piso, lleno de computadoras y aparatos.

Al verlo entrar, Dave Spencer sonrió. Era más alto que él, también de tez blanca. Su cabello rubio oscuro y también tenía una barba a medio crecer cubriéndole el rostro. Su vestimenta rayaba un poco en lo desaliñado; unos jeans y una playera de su banda de favorita: The Beatles.

 Su vestimenta rayaba un poco en lo desaliñado; unos jeans y una playera de su banda de favorita: The Beatles

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- Qué tal, hermano- se levantó de su lugar y fue a darle un fuerte abrazo a su amigo.

- Qué hay, Dave... cuánto tiempo sin vernos- contestó Maurice dándole unas fuertes palmadas en la espalda- te ves bien.

- Me da gusto que hayas venido. Llegas a buena hora, la mayoría de mis colegas acaban de irse.

Eso era bueno, así Maurice podría hablar con su amigo completamente en privado. Ocupó la silla que Dave le indicó, junto a la de él.

- ¿Ya me vas a decir por qué tanto misterio?- preguntó sin andarse con rodeos- ¿qué es tan loco y peligroso que no me pudiste decir por teléfono?

- Ahora lo verás por tí mismo- respondió Dave abriendo en su computadora la fotografía de Aurora que días atrás Maurice le había hecho llegar- ésta es la foto que me enviaste...

- Sí, la hurté de su expediente médico. Se la tomaron a los pocos días de que llegó al hospital- confirmó Maurice.

- Para empezar, ¿cómo supiste que es británica? ¿Ella te lo dijo?- preguntó Dave.

- No, yo lo supuse por su forma de hablar.

- Bien, ahora verás lo que hice... ingresé la foto en el sistema de personas desaparecidas y no hallé nada, ningún reporte. Luego la ingresé en el sistema de reconocimiento facial y hubo coincidencia gracias a un pasaporte emitido en 1993 que está en la base de datos- explicaba Dave al tiempo que movía cosas en el ordenador. "Buscando" se leía en la pantalla.

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