Nuestro amor es más grande que esto

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Remus no cabía en sí de felicidad, ¡Hermione había aceptado irse con él! De su mente habían desaparecido todos los reproches que hacía un par de horas todavía tenía por creer que ella pudiese haber sido capaz de fingir su muerte y engañarlo, incluso se sintió culpable por haber dudado de ella aunque fuese por un momento.

Llevaba ya algunos minutos sobrevolando la campiña inglesa sin rumbo fijo. Al emprender la huida no tenía muy claro hacia dónde dirigirse, lo único que le importaba en ese momento era rescatar a Hermione de seguir viviendo en la mentira creada por Maurice McLaggen.

A la vez que él también recordaba aquél episodio cuando huyeron de Hogwarts la noche de San Valentín un par de años atrás, pensaba en todo el lío que debió haber causado con los muggles en Lancaster, especialmente los policías que lo vieron elevar la moto voladora pero confiaba en que Sirius podría arreglar ese caos. La sensación de sentir a Hermione pegada a su espalda, sujetándose a él hacía que eso en realidad le importara muy poco.

Y de la nada, ella rompió el silencio:

- Remus, espera. Por favor detente... - le pidió con un poco de ansiedad. Desconcertado por la repentina petición de Hermione, comenzó a descender la moto hacia una vereda en medio del campo y se detuvo a la sombra de un gran árbol.

Después del torrente de recuerdos que acababa de golpear su mente tras su singular huida, había quedado con un sinfín de preguntas que hacerle a Remus; tenían muchas cosas que hablar y aclarar

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Después del torrente de recuerdos que acababa de golpear su mente tras su singular huida, había quedado con un sinfín de preguntas que hacerle a Remus; tenían muchas cosas que hablar y aclarar. ¿Cómo la había encontrado? ¿Por qué no la había buscado antes?

- Ayúdame a bajar- dijo Hermione. Temeroso de que ella hubiese cambiado de opinión respecto a huir con él, la ayudó. Entonces todas las incógnitas carecieron de importancia para la castaña. En ese momento, más que respuestas, ella lo necesitaba a él.

Sin más preámbulos lo besó e instintivamente Remus la estrechó con fuerza, respondiendo con gran intensidad a ese beso, sintiendo que una parte de su alma regresaba a él con este ansiado reencuentro de sus labios. Una inmensa felicidad explotó en su pecho al tener nuevamente a su amada en brazos y poder saborear la dulzura de sus besos, besos que hacía apenas unas horas creía que jamás volvería a probar.

 Una inmensa felicidad explotó en su pecho al tener nuevamente a su amada en brazos y poder saborear la dulzura de sus besos, besos que hacía apenas unas horas creía que jamás volvería a probar

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