El ruido de las cortinas corriéndose la sobresaltó y automáticamente abrió los ojos. Era Rosemary, la sirvienta, quien había entrado a la habitación para llevarle una bandeja con el desayuno.
- Me espantaste...- dijo Aurora enderezándose. Al hacerlo, notó que ya había amanecido. Debían ser las siete de la mañana.
- Le pido una disculpa, señorita- dijo la muchacha acercándole la bandeja a la cama.
- No hay cuidado- contestó Aurora soltando un bostezo y tomando en sus manos la taza de café caliente. Aún estaba adormilada.
En ese momento entró por la puerta la abuela Margaret, aún con su gran bata de dormir y su canosa cabellera recogida en una trenza.
- Hoy es el gran día, querida- anunció alegremente, aproximándose a la cama- come tu desayuno porque necesitarás fuerzas. Tenemos tan sólo cuatro horas para alistarte, todos esperan tu llegada a la iglesia antes de las doce.
La abuela Margaret le sonrió dulcemente y besó su frente.
- Nos vemos en un rato- le dijo antes de retirarse.
Hacía apenas una semana que Maurice le había propuesto matrimonio y ella había aceptado sin cuestionamientos. Si algo había aprendido desde que despertó del coma, era que la vida podía ser demasiado corta. Desde el día que decidió dejar atrás su pasado y no mortificarse tratando de recuperar los recuerdos perdidos de una vida aparentemente triste y llena de conflictos, decidió que disfrutaría cada día al máximo. Sus días con Maurice hasta ahora habían sido maravillosos así que cuando él le hizo la gran pregunta, ella no encontró motivos para negarse. Él era un hombre noble, generoso, inteligente, divertido. La hacía sentir segura y protegida y además estaba dispuesto a ofrecerle una nueva vida llena de momentos felices. ¿Qué podría salir mal?
Tras darle el "sí" a Maurice, habían hablado sobre simplemente ir ellos dos solos al registro civil y casarse sin hacer gran alboroto para luego escapar de viaje durante un par de meses. Pero las cosas comenzaron a tomar otro rumbo cuando bajaron a la fiesta de cumpleaños de Sir Ferdinand.
********** Flash Back **********
Maurice estaba tan entusiasmado que no pudo esperar para darle la noticia a su abuelo. Intentó hacerlo de manera discreta pero la tía Helen alcanzó a escuchar y prácticamente lo gritó a los cuatro vientos, ocasionando que los invitados a la fiesta e incluso los fotógrafos dedicados a cubrir eventos sociales de fin de semana captaran la primicia.
La noticia no fue tomada bien por el padre de Maurice, quien no se molestó siquiera en disimular el desagrado que a primera vista sintió por Aurora y lanzó un comentario despectivo. Pero Maurice se plantó firme ante Lord Edward y estuvo a punto de suceder un enfrentamiento entre padre e hijo de no ser porque Lady Margaret intervino y logró disipar la tensión que comenzaba a formarse en el ambiente. Momentos después, la fiesta que originalmente estaba planeada para ser el cumpleaños de su marido se volvió también en una celebración del compromiso de su único nieto varón.
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Regresa a mí
RomanceHermione sufre un fatal accidente que hace que sus amigos y su gran amor la crean muerta. Semanas después despierta en un hospital muggle sin tener idea de cómo llegó ahí. No recuerda ni siquiera su nombre y por las cosas que dice, los doctores teme...