- ¿Estás seguro de que quieres hacerlo así?- preguntó Yraclis Psihas por enésima vez.
- Sí, estoy seguro- respondió Remus- es algo que necesito hacer...
- De acuerdo, estimado amigo. Entonces es hora de despedirnos. Te veré hasta la próxima luna llena en la mansión de Darius Schulz.
- Gracias por todo, Yraclis. Sé cuánto esfuerzo le has dedicado a esto, jamás podré pagártelo.
- No digas eso, muchacho. Tú también fuiste parte de este logro. Eres la clave para la cura de la licantropía y me encargaré de que el mundo lo sepa... pero basta de sentimentalismos. Tu carruaje aguarda. Te deseo un feliz y seguro retorno a casa.
Ambos hombres se despidieron con un fraternal abrazo y Remus abordó el carruaje tirado por un par de majestuosos pegasos que lo llevaría a Atenas.
El conductor del carruaje dio la orden a las bestias y éstas comenzaron a trotar hasta elevarse por el cielo estrellado. Aún era de madrugada y la vista de esa pequeña isla griega donde había pasado los últimos dos años de su vida era preciosa.
Tenía sentimientos encontrados; por fin podía volver a casa. Después del exitoso resultado que Remus tuvo en la última luna llena, el doctor Psihas determinó que ya no tenía más caso seguir reteniéndolo en el laboratorio. Seguiría estando bajo observación por unos meses más pero ese trabajo ya lo haría Albus Dumbledore en Inglaterra en conjunto con el sanador Darius Schulz.
Y ahora que por fin era libre para volver, Remus no se sentía tan feliz como creía que se sentiría... su principal motivo para regresar ya no estaba. ¿Qué haría ahora? El profesor Dumbledore lo había contactado hacía unos días para ofrecerle regresar a dar clases en Hogwarts pero eso en definitiva no era una opción para Remus; no se creía capaz de volver a vivir en el lugar donde nació su romance con Hermione. Sería muy doloroso pasar sus días entre los muros que fueron testigos de su historia, simplemente no lo resistiría.
Unas horas más tarde el carruaje aterrizó en una calle de la Atenas mágica. Cambió algo de dinero mágico por moneda muggle y se dispuso a salir de ahí. Su destino: el aeropuerto.
ESTÁS LEYENDO
Regresa a mí
RomanceHermione sufre un fatal accidente que hace que sus amigos y su gran amor la crean muerta. Semanas después despierta en un hospital muggle sin tener idea de cómo llegó ahí. No recuerda ni siquiera su nombre y por las cosas que dice, los doctores teme...