Al día siguiente era su día de descanso. Se levantó más temprano que de costumbre para hacer los arreglos necesarios para viajar a Londres lo antes posible.
Una vez que su coordinador de Médicos sin Fronteras dio su permiso, se acercó a una agencia de viajes para comprar un boleto de avión para el día siguiente. Se arriesgó a comprarlo aún sin contar todavía con la autorización de Marku Jovanović para ausentarse del hospital por unos días.
Fue a buscarlo por la tarde y para su sorpresa, el jefe le autorizó sin cuestionamientos los días de licencia que solicitó. Aunque a decir verdad, eso no le dio buena espina en absoluto a Maurice. Él sabía que el director no quería mantener a esta joven en el hospital y si ella había permanecido ahí todo este tiempo, era en gran parte gracias a él.
- "¿Y si hace algo para sacarla mientras no estoy?"- se preguntó.
Salió de la oficina del jefe y fue directo a la habitación de Aurora... ¿o debía ya comenzar a llamarla "Hermione"?
Cuando llegó a su habitación descubrió que la chica se hallaba sola. Vestida con la usual bata de hospital, su cabello castaño peinado en una trenza que caía por el lado derecho de su cuello y llegaba casi hasta la altura de su pecho. Estaba sentada en una silla junto a la ventana y miraba a través de ella la ciudad aún iluminada por los rayos del sol de esa tarde. En la mesita de noche había un reproductor de discos compactos que Maurice le había llevado días atrás y al escuchar la canción que sonaba en ese momento, el joven médico reconoció que se trataba de su CD de baladas románticas.
Él más bien era amante del rock y su colección de discos era prácticamente de ese género pero también contaba con uno que otro álbum de distintos tipos de música.
Carraspeó un poco la garganta para hacerse notar. La chica volteó y le sonrió al ver que él traía el usual ramo de claveles que alegraban su habitación.
- Creí que no te vería hoy- dijo. El corazón de Maurice dio un brinco al saber que ella se alegraba de verlo.
- Claro que sí...- titubeó él colocando las flores en la mesita de noche, como era costumbre- vine ayer por la noche pero ya estabas dormida. No quise despertarte.
- ¿Día difícil?- preguntó ella con curiosidad.
- Sí, un poco... pero mejor hablemos de cosas más alegres. ¿Ya escuchaste todos los CD's que te traje? ¿Alguna canción te suena familiar?
Aurora bufó y volteó los ojos un poco molesta.
- Oh, vamos... ya me estoy cansando de que todo el mundo me pregunte todo el tiempo si tal o cual cosa se me hace familiar... hasta ahora tú eres el único que no me hace sentir como una loca cuando hablamos. Por favor dejémoslo así.
- Lo siento, no quise molestarte- se disculpó Maurice.
- No lo hiciste- aclaró ella suavizando su tono- es sólo que... es frustrante. Cada vez que el detective Starova viene me hace un sinfín de preguntas, me presiona demasiado para que intente recordar cosas. Las sesiones con el doctor Kodheli también son horribles. Sí sabes que desde hace varios días me dejó como tarea hacer un diario de todo lo que sueño, ¿verdad?
ESTÁS LEYENDO
Regresa a mí
RomanceHermione sufre un fatal accidente que hace que sus amigos y su gran amor la crean muerta. Semanas después despierta en un hospital muggle sin tener idea de cómo llegó ahí. No recuerda ni siquiera su nombre y por las cosas que dice, los doctores teme...