Sin trucos de magia

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- ¿Cómo fue que me encontraste?- preguntó Hermione adormiladamente después de unos instantes de permanecer abrazados en silencio; él acariciándole la espalda, ella recargada en su pecho, escuchando los latidos de su corazón regresar poco a poco a la normalidad. Alzó la mirada hacia el rostro del licántropo y sonrió divertida al verlo con los ojos cerrados y una boba sonrisita en los labios. Estaba completamente relajado, su mente concentrada en el presente, en la dicha de estar con Hermione en la cama.

- Tonks te vio en una revista muggle esta mañana- respondió Remus y acto seguido preguntó con genuina curiosidad:- ¿Aurora Wayne? ¿De dónde salió ese nombre?

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- Tonks te vio en una revista muggle esta mañana- respondió Remus y acto seguido preguntó con genuina curiosidad:- ¿Aurora Wayne? ¿De dónde salió ese nombre?

Ahora sí, después del desborde de pasión que tuvieron, ambos morían por saber lo que había sucedido en la vida del otro en los últimos meses. Se sentaron en la cama y semi cubiertos con las sábanas comenzaron a charlar. Hermione estaba a mitad de su relato acerca de cómo fue que había adoptado el nombre de "Aurora" cuando de pronto en la habitación apareció un halo de luz plateado que tomó la forma de un ciervo.

- Es el patronus de Harry- dijo Hermione casi sin aliento, sorprendida y feliz por haberlo reconocido.

- La señora Granger se encuentra con nosotros- la voz de Harry retumbó en el lugar. Escuchar la voz de su amigo después de tanto tiempo, sumado a la noticia que acababa de recibir conmovió tanto a la castaña que casi rompe nuevamente en llanto- y ya sabemos dónde se encuentra el señor Granger. Mione, deja que nosotros nos encarguemos de traerlo a casa. Nos vemos pronto.

- Ahora lo recuerdo- dijo ella con la voz entrecortada- vi a mi madre en una librería hace unos cuantos días pero no sabía que era ella. Quiero decir... tuve una extraña sensación al verla y hablar con ella, fue un sentimiento de alegría que ni yo podía explicar pero creí que serían ideas mías...

Bajó la mirada con un poco de tristeza, reprochándose a sí misma el no haber creído en su intuición durante los últimos meses y haber permitido que los demás a su alrededor, incluyendo Maurice, la convencieran de que su imaginación le jugaba malas pasadas cuando en realidad sí estaba comenzando a recordar cosas.

Remus la tomó de la barbilla y le sonrió.

- Creo que en el fondo sí se reconocieron; ella de alguna manera se las ingenió para contactar a Harry. Esta mañana llegó su carta a Grimmauld Place pero no quería decirte nada hasta estar completamente seguro de que sí se trataba de tu madre.

- ¿Dónde estuvo todo este tiempo? Pasé los últimos dos años recorriendo la mitad del mundo buscándola a ella y a mi padre... ¿y por qué ella sí pudo reconocerme y yo a ella no?


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