En esta historia representas a Marian Agreste, la hija adoptiva de Adrien Agreste. Te dedicas a lo mismo que hacía tu padre durante su adolescencia, que es el modelaje, salvo que tu padre es menos estricto que tu abuelo Gabriel.
Eres estudiante en e...
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【Marian's Pov】
Kagami se sentó en el sofá y yo le había traído una taza de chocolate con unas galletas de chocolate. Sentía mucha curiosidad por saber por qué estaba aquí y por qué quería verme. ¿Será tal vez que Adrien la envió para que me cuidara hasta que llegara? La verdad, no tendría sentido, porque habría enviado a su guardaespaldas o ha Nathalie. Pero si ese fuera el caso no me habría mandado el mensaje, además de que estoy acostumbrada a que llegue a casa hasta las tantas de la madrugada.
Me puse una bata fina de color rosa grisáceo con diseños de cuadrados. Me senté en el sofá contrario y para matar la incomodidad iba de vez en cuando dando sorbos a mi chocolate. Pero el silencio no duró más tiempo porque la Sra. Tsurugi habló.
―Sé que debes estar preguntándote el por qué estoy aquí tan tarde en vuestra casa.
―Lo cierto es que si. ― respondí sincera. ― Además de que, no la conozco demasiado. Mi papá me habló de usted, pero, sigue siendo una desconocida para mí.
Su mirada mostraba tristeza, miraba fijamente su taza con aire ausente. ¿A caso, dije algo que la hiciera sentir mal?
―¿Dije, algo malo...?
―No, estás en lo cierto no me conoces, pero yo si te conozco a ti. Sé todo sobre ti. ― pausó un momento. ― Es muy duro, decirte esto Marian.
―¿De qué habla? ― pregunte algo preocupada y ansiosa.
Todo este misterio me estaba poniendo de los nervios, quería saber el motivo por el cual esta mujer se ha presentado en casa y por qué quiere hablar conmigo. Tenía el corazón a mil y me temblaban las manos por la ansiedad.
Todo lo que por el momento sabía de ella gracias a Adrien, es que fueron compañeros de esgrima en el instituto. Que pertenece a una familia respetable y acaudalada. Que es lesbiana. Además, va y dice que me conoce, que lo sabe todo sobre mí. ¿Por qué? Kagami tomó aire antes de comenzar.
―Antes deja que empiece por el principio. ― dejó su taza sobre la mesa y prosiguió a hablar con una postura calmada y recta. ― Pertenezco a la familia Tsurugi, a nivel mundial, somos muy conocidos por nuestras excepcionales habilidades en el deporte de esgrima, sobre todo mi madre; Tomoe Tsurugi. Al igual que mis padres, soy una empresaria de renombre y ante todo nuestro honor y deber familiar es lo más importante para nosotros. En Japón, el honor es lo más importante para nosotros. Por lo que desde que era una niña, me inculcaron la gran responsabilidad de liderar algún día el clan Tsurugi, esto al ser yo hija única.
Escuché atentamente a Kagami. Decía todo esto con cierta firmeza y sin un atisbo de duda, era como si fuera un robot.
―Mi madre me entrenó, me enseñó lo que era más importante en la vida y me preparó para que en el futuro liderara a la familia cuando me sucedieran. Para ello, debía ingresar en la mejor escuela de esgrima que hubiera, la de tu padre.
