En esta historia representas a Marian Agreste, la hija adoptiva de Adrien Agreste. Te dedicas a lo mismo que hacía tu padre durante su adolescencia, que es el modelaje, salvo que tu padre es menos estricto que tu abuelo Gabriel.
Eres estudiante en e...
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【Marian's Pov】
Durante el descanso de las clases me reuní con Madeline para contarle todo lo que pasó entre Adrien y yo, por su puesto, tuvimos que hablar en un lugar donde apenas venían alumnos, el tejado de la escuela.
Nos sentamos en el suelo cerca de la puerta mientras que comíamos nuestros sándwiches y zumos que compramos en las maquinas expendedoras. En más de una ocasión Maddie pegó un chillido de la emoción.
―Mi madre... ― tragó con dificultad. ― Esta historia es mejor que cualquier telenovela que he visto. ¿Cómo se sintió, te dolió?
―Al principio fue un poco doloroso, pero al rato me sentía en el cielo. ― apoyé mi espalda contra la pared. ― Fue tan dulce, pero tan candente... no sé cómo explicarlo.
―Wow... no me lo creo. ― se limpió una lágrima imaginaria. ― Mi pequeña Marian ya no es virgen.
Solté una carcajada mientras que la empujaba levemente con el brazo.
―Por cierto. ― hice un sonido gutural mientras me giraba a verla. ― Si ambos ya estáis juntos, ¿qué harás con Luka?
Si, eso era un verdadero problema.
Él me ayudó de muchas formas con el tema de mi padre, además de que se ofreció a estar conmigo solamente para que me olvidara de él. Ha habido tantos momentos tiernos entre los dos, tantos abrazos, tantos besos dulces y castos... no sé qué le voy a decir.
―Primero debo pensar qué decirle, es un buen chico y me gustaría evitar hacerle daño. No quiero que me odie.
―Amiga, le conozco desde hace más tiempo que tú y te puedo asegurar que, hagas lo que hagas, él te va a querer. Te aconsejo que se lo digas cuanto antes. ― asentí.
―Por cierto, ¿qué tal todo con Joshua? ― arqueé una ceja.
―Pff... ya me parece aburrido, presumía de mucho músculo además de ser un obsesionado por el deporte, ahora, me he fijado de David.
―¿El chico del piercing en la lengua y que viste de negro? No sabía que te gustaban ese tipo de chicos Maddie. ― tomé un sorbo de mi zumo.
―Bueno, para gustos los colores amiga mía. ― se encogió de hombros. ― No te he preguntado pero... ¿cómo era su paquete? ¿Grande, mediano...?
―¡Maddie! ― exclamé avergonzada. ― Estamos hablando de mi padre un poco de respeto.
―Perdón, perdón. ― se rió.
Las clases habían terminado, me dirigí casa ansiosa por ver de nuevo a Adrien. Antes de volver pensé en comprar algún postre para la comida, hice una pequeña parada a la pastelería de la tía Marinette.
Entré por la puerta y nada más abrirla la campanilla que colgaba del techo sonó llamando su atención, ella estaba escribiendo en una libreta y levantó la cabeza para verme.
