En esta historia representas a Marian Agreste, la hija adoptiva de Adrien Agreste. Te dedicas a lo mismo que hacía tu padre durante su adolescencia, que es el modelaje, salvo que tu padre es menos estricto que tu abuelo Gabriel.
Eres estudiante en e...
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【Marian's Pov】
Comencé a preparar el desayuno, Adrien estaba todavía durmiendo debido a que ayer había tenido una reunión hasta muy tarde en la empresa y he querido dejarlo dormir un poco más. La verdad es que se veía muy lindo mientras duerme, sería malo perturbar su sueño.
Hoy había preparado un desayuno ligero, una ensalada de frutas, tostadas con mermelada y zumo de naranja. Colorido, dulce y sano.
Había finalizado la comida y ahora me dediqué a ponerlo todo sobre la mesa. En eso recibí un mensaje de Luka, me dijo que la tía Mari estaba mejor después de nuestra salida a la cabaña. Estaba de mejor humor y ya estaba volviendo a diseñar. Era agradable saber que se olvidara de ese momento tan frustrante.
De nuevo mi móvil sonó, pero en este caso me estaban llamando, miré el número. Era desconocido. Arqueé una ceja. Tal vez se trataba de una compañía de teléfonos, pero para asegurarme dejaré que la persona me conteste y ya la rechazaré.
Descolgué.
"..."
No se escuchaba nada, pensé por un momento que tal vez haya colgado así que quise mirar la pantalla y vi que comunicaba. Iba a contestar pero la voz del otro lado me desconcertó.
"No sé quien quiera que seas, pero escúchame bien..."
Me callé, en ese momento identifiqué la voz apenas dijo la primera palabra de la oración. Era Lila Rossi. No reconocía este número, obviamente porque no la tenía añadida a mis contactos, y por el tono de voz que ha empleado, está enfadada.
"Si algún día llego a cruzarme contigo y te veo con MÍ hombre, lamentarás haberte metido en su vida."
Colgué. Miré de nuevo el número que había sido añadido automáticamente a mis contactos, por consiguiente decidí bloquearlo para evitar que me llamara de nuevo, para después borrarla. ¿Cómo había conseguido Rossi mi número privado?
Esa mujer no parecía tan estúpida como creía, estaba descolocada. No tenía la más remota idea de cómo lo consiguió. Esto no me daba buena espina.
Los pasos de Adrien bajando las escaleras me alertaron por lo que guardé el móvil y me acerqué a la nevera para coger el zumo y así relajarme con el frío que desprendía. Eso me relajó un poco pero aún seguía ida por aquella amenaza.
―Buenos días princesa. ― me dio un beso en la sien.
―Buenos días. ― respondí acercándome a la mesa con el envase de zumo en mano.
―¿Pasa algo linda? Te noto ausente.
Intenté pensar en una excusa para evitar un bombardeo de preguntas por su parte. Lo mejor será no hablar de este tema con él, no quiero tener que se preocupe. De todas formas, terminará con Lila pronto, así que no hay necesidad de contárselo.
