◈♢Sakura contra la ira de los dioses♢◈

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El corazón noble de una diosa

Se hundió completamente en la bañera, la espuma le llegaba por debajo de la nariz, era mejor así, después de todo no quería tener aquel molesto ardor en su nariz y ojos. A los lados de la bañera le esperaba una toalla y un conjunto de ropa interior. Miró nuevamente hacia enfrente, el azulejo del baño era de un color blanco marfil, suspiro, no podía esconderse por siempre en el baño. Decidida a todo se paró y torpemente se envolvió en la toalla, luego seco todo su cuerpo y por último se pasó varias veces un aceite por la piel, de último se colocó la ropa interior que con anterioridad había escogido, tan solo un sujetador simple de color blanco y unas bragas de igual color...

-Bien.. -susurró por lo bajo-

Movió la manija del baño un poco nerviosa, tenía miedo, suspiro por segunda vez y termino por abrí la puerta. Nada. No había nada en la recámara que se le fue dada ya hace algunas semanas, camino tranquilamente hacia el armario, pero cuando iba a abrir las puertas sintió un ardor horrible en su espalda...

-¡¡¡Haaaa!!! -gritó al sentir los terribles dientes afilados de un enorme felino de pelaje obscuro con tres cabezas- ..Smoker!!!

El felino se apartó de su dueña y torció sus cabezas hacia un lado, al parecer estaba confundido...

-¡No muerdas! -ordeno, más la criatura no entendió y movió nuevamente sus cabezas hacia el otro lado. La pelirrosa bufo con cansancio- ..Luna, Estrella y Black, ustedes tres no muerdan!!

El felino maullo feliz, corrió hacia el otro lado de la habitación y cogió una enorme bola de estambre para posteriormente comenzar a jugar con ella. Sakura sonrió feliz, su pequeño cachorro aún era un mimoso que no aprendía modales, lo cual conllevaba a siempre salir con algunas mordeduras o rasguños, aunque rápidamente se curaban.

Hace ya algunas semanas que estaba en uno de los templos de Zeus, al parecer sola, ya que surgieron algunos problemas con los humanos y Zeus tuvo que ausentarse un largo rato. Al principio Sakura se sintió triste por estar sola en aquel enorme lugar, pero después encontró a varios amiguitos que le hicieron compañía, como aquel felino de tres cabezas.

Ya lista, vestida principalmente con una falda blanca larga y una camiseta corta de igual color, salió del enorme templo y corrió hacia el jardín trasero. En medio del pasto se podía ver a un caballo tan blanco como la nieve y con un par de alas en su lomo, Sakura corrió feliz hacia su encuentro, el caballo camino con tranquilidad hacia su amiga...

-Pégasus!! -de un saltó se montó en su lomo- ..vamos, es hora de ir con los humanos..

Así es, esa pequeña diosa era muy noble de corazón y, como en su antigua vida, veía atreves de los humanos, sintiendo toda su desesperación y sufrimiento. Aunque ella no lo quiciera decir era como Gea, ambas tenían un gran corazón que se preocupaba por todo ser viviente, no serían iguales en cuerpo, porque Gea tenía tremenda delantera, pero tenían los mismos ideales. Ambas pensaban que cualquier ser vivo tenía derecho de vivir hasta que sus cuerpos ya no pudieran más, nadie podía quitarles el derecho a vivir. Lo cual nos lleva a la muerte de Gea, ¿Porque murió? ¿Fue culpa de los humanos? ¿Ellos fueron quienes le quitaron la vida cruelmente?. El único que sabía la respuesta de aquellas preguntas era el mismísimo Zeus.

-Señora Gea, por favor detengase!!! -gritaba un tipo corpulento que custodia los alrededores del templo para que Sakura no escapara-

Sakura bufo molesta, tomo el cabello de Pégasus y con el dio orden para que perdiera al dios entre las nubes. El dios le siguió el paso sobre su propio corcel alado...

-Cierra la boca!! ¡¿Cuántas veces te lo tengo que decir?! ¡Me llamo Sakura!

El caballo de la chica dio algunos giros sobre las nubes, parecía que ya había perdido al otro dios, pero grande fue su sorpresa al sentir como su cuerpo era tomado por unas manos grandes. El dios de cabello rubio la había tomado de la cintura...

-Sueltame Ares!! ¡¡¡Quiero ir con los humanos!!! -gritaba y pataleaba pero nada surtía efecto-

Resignada, se dejó cargar hasta que volvieron nuevamente al templo. Ares la dejo en el suelo, levantó una ceja confundido. Sakura estaba de brazos cruzados y con un adorable puchero, además de estar viendo hacia otro lado. Ares sonrió...

-Me podrías recordar cuánto llevamos haciendo lo mismo?? -preguntó burlón-

-Dieciocho veces y no he ganado ninguna.. -respondio de mala gana- ..no te cansada de estarme cuidado, no eres mi niñero...

-Zeus me ordenó custodiar el templo y todo lo que haya adentro, osea usted, madre Gea.. -Sakura frunció más el entrecejo-

-¡¡¡No soy una diosa y mucho menos la madre de nadie!!!.. -el rubio suspiro. Sakura se encogió y luego se sentó en el pasto del patio, abrazo sus piernas y hundió su cabeza en el hueco que se creo-

Ares se sintió mal por ella, pero las cosas tenían que ser así, aunque Sakura se negara ella era la diosa Gea. Ares sentía el poder que emanaba el interior de la pequeña pelirrosa...

-¿Por qué quieres ir con ellos.. -aunque era una falta de respeto muy grande y posiblemente, si Zeus lo escuchará, sufriera alguna clase de reprimenda- ..Sakura?

Ella levantó el rostro y miró a Ares de cuclillas enfrente de ella..

-Solo, solo quiero verlos.. si soy una diosa, entonces de quién lo soy?? ¿Que es lo que tengo que hacer? ¿Cuál es el camino que tengo que tomar?.. los humanos, quiero verlos y estar para ellos..

Su corazón se encogió, escucharla hablar de eso era tan.. ni siquiera tenía una palabra para lo que sentía, el corazón de ella era muy noble pero a la vez tan ingenuo, no podía dejarla hacer aquello sola. Suspiro, sabía que si eran descubiertos el jefe de los dioses de Grecia, osea Zeus, lo iba a castigar de la peor manera. Para Zeus Gea era el ser más importante de todos en el mundo, y si le sucedía algo lo cielos temblarian.