◈♢Sakura contra la ira de los dioses♢◈

◈◊-25-◊◈

—Mi nombre es Haruno Sakura, y soy una Kunoichi de otro mundo..

—¿Kunoichi?.. ¿Es algo de nipón, verdad?..

—¿Nipón? –la pelirrosa negó, la verdad es que no entendía que era nipón. Shiva asintió para que prosiguiera– ..En fin, creerás que todo es mentira.. –el dios afirmó con la cabeza– ..pero la verdad es que todo es cierto. Yo nací en Konoha, un aldea ninja de otro mundo, desde muy pequeña tuve una afinidad increíble con la naturaleza que me rodeaba, si estaba feliz las flores a mi alrededor crecían pero si estaba triste estás comenzaban a marchitarse, hasta hace poco no sabía el porque de esta peculiar habilidad, y no fue hasta que llegue a este mundo que entendí cual fue mi propósito en mi mundo..

—Y ¿Cómo llegaste a este mundo? Se supone que saliste de un árbol, como si siempre hubieras estado ahí.. –todo parecía tan irreal, incluso pensó que era una mentira, pero en los ojos de la pequeña deidad no se veía ninguna clase de malicia–

—La verdad es que ni yo entiendo eso, en mi otro mundo mori a mano de mis compañeros.. –Shiva abrió un poco sus ojos. El largo cabello de la chica se movió a la izquierda por una ráfaga de viento que lo golpeó–

—Tus amigos te asesinaron, ¿Por qué?..

—Me interpuse en medio de ellos..

—Entonces, si por lo que entiendo sobre tu antigua vida; tu fuiste una diosa en tu mundo pero no lo sabías.. –ella asintió, Shiva prosiguió– ..¿Por qué un par de humanos te mataron?..

—Supongo que ellos llegaron a un estado "Divino".. por lo que entendí en la guerra.. –Shiva izo mueca de confusión, Sakura le explicaría luego– ..ambos eran reencarnaciones de dos jóvenes en guerra..

—Me duele la cabeza.. –ahora ya no entendía, se perdió en guerra y nuevamente en reencarnaciones, se supone que el es el dios del panteón Indú, entonces por qué no puede creer en reencarnaciones–

—Es natural, te estoy contando algo que puede ser completamente irreal. Créeme, yo también estuve así cuando recordé y entendí mi antigua vida.. –Se sentó en el verde pasto al igual que el más alto, ambos sintieron la calida brisa de las montañas tocar su piel– ..¿Vas a avisar sobre mi condición a los demás dioses?

—Aun no lo sé.. ..¿Has.. –la pelirrosa lo volteó a mirar– ..¿Has intentado regresar a tu mundo?

—Durante mi estadía en este mundo he intentado de todas formas regresar a mi mundo, pero al parecer es inútil.. hace poco me resigne a nunca volver..

—¿Tomarás el lugar de Gea como tuyo?.. –la pelirrosa lo miro con asombro–

—Es lo más probable.. no quiero parecer ningún parásito pero no hay de otra..

—¿Quién más lo sabe?.. –Sakura volteó a ver el horizonte–

—Ademas de ti, Poseidón..

Ambas deidades miraron el horizonte al mismo tiempo que sentían el aire acariciar su piel. Sakura por más que se sentía tensa con todo lo que había explicado, sentía que podía estar en confianza con el dios Indú, era cómodo estar junto a el.

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Cómo muchos creerán Sakura no nació de su madre, por así decirlo, no fue engendrada al modo tradicional. Mebuki y Kizashi eran una pareja como cualquier otra, jóvenes y con una esperanza de poder tener una familia numerosa, pero no todo es miel sobre hojuelas, Mebuki no podía tener hijos por una deficiencia en uno de sus genes. Intentaron todas las cosas a su alcance, pero nada funcionaba. Mebuki sentía que era defectuosa, sentía que si no le podía dar un hijo a su esposo entonces no servía para nada, pero Kizashi no la sentía así, para el Mebuki lo era todo. Así que ambos ya cansados de intentar todo lo que estaba a su alcance comenzaron a ir aún más lejos, todos los días a la misma hora iban a un pequeño santuario ya abandonado a rezarle a los dioses para que les concediera el milagro de ser padres, ayunaron por semanas, rezaron largas horas, lloraron montones de lágrimas, pero nada sucedía. Si había un dios que les permitía a sus seguidores la inmortalidad a cambio de sacrificios humanos, entonces podía haber uno que les diera tan solo una pequeña luz de esperanza. Fueron largos años, aproximadamente siete, pero cuando sus esperanzas estaban por terminarse una luz brillo en aquel santuario, una pequeña ramita de cerezo creció delante de sus ojos. Era eso, era esa pequeña ramita la que les decía que aún había esperanzas. Ambos la cogieron con delicadeza y la llevaron a su jardín, la plantaron con cuidado y la cuidaron durante semanas, le daban agua, posaban sus hojas, ponían abono en su tierra y hasta le rezaban. Cada día la ramita iba creciendo, cada vez se hacía más grande, fue así hasta que se volvió un imponente árbol, un hermoso árbol de cerezos. Cómo siempre lo hacía por las mañanas Mebuki salió a darle agua al árbol, pero grande fue su sorpresa al encontrar aquel árbol marchito, tiro el cubo donde traía agua y cayó de rodillas al suelo, todo el empeño que habían instalado en aquel hermoso árbol había perecido. Pero no era así. Kizashi salió y al ver el estado de su esposa entro en rabia, miró aquel árbol que tanto había cuidado y golpeó su tronco, golpeó tan fuerte la madera que la traspaso. Fue en ese instante que una pequeña manita había tocado la del mayor, Kizashi retiró su mano asustado, y como si fuera un reflejo involuntario un pequeño llanto se escuchó dentro del tronco. Mebuki miró con lágrimas aún bajando de sus mejillas a su esposo, Kizashi miró el árbol con curiosidad y luego a su esposa. Ambos entendieron lo que tenían que hacer, con fuerza aplicada comenzaron a romper el árbol, como si de un cascarón se tratara. Y cuando por fin lograron abrirlo por completo quedaron estupefactos, delante de sus ojos una hermosa bebe de piel de porcelana, hermosos mechones rosados y unos brillantes ojos verdes lloraba sin control, o fue así hasta que la mayor la tomo en brazos. Fue así como nació Sakura, de ahí también su nombre.

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Espero que les haya gustado.
Aquí unas imágenes para su disfrute 😘