◈♢Sakura contra la ira de los dioses♢◈

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Nunca como ellos

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—Ajajajaja.. ¡Los humanos son tan tontos!

—¡Creen que con solo orar aremos milagros por ellos!

—¡Jajajajaja!

—¡Simples escorias!

Las auras obscuras molestaban su visión, simples sombras de ojos rojos que expresaban con viles palabras el veneno que salía de sus bocas. Orgullosos dioses de quinta que solo por estar un escalón por encima de ellos se creían con el derecho de pisotearlos. Simples basuras que no merecían tener el título de dios.

Camino exasperada hacia la salida de aquel hermoso templo. Una pequeña reunión que habían tenido por culpa de un accidente con los dioses en occidente. Poseidón había ido en lugar de Zeus y por consiguiente Sakura también. Desde que ocurrió el "incidente" ella no hablaba con Zeus o estaba cercas de el, tenía que estar alguien más con ellos si estrictamente tenían que verse.

La reunión había comenzado. Sakura exploraba el lugar donde estaban, unas hermosas islas flotantes del tamaño de una ciudad y algunas más pequeñas, todas conectadas por teleféricos. Aunque había otros medios de ir de isla en isla, con unos pequeños carruajes que eran empujados por pegasos. En fin, habían muchas cosas que Sakura nunca pensó ver. No obstante siempre había otro lado de la moneda. Y es que los dioses en aquel lugar eran muy arrogantes y se negaban rotundamente a voltear a la tierra. Solo eran dioses ignorantes.

Suspiro por sexta vez en el día y siguió caminando. El camino era empedrado, a los lado de las calles habían muchas tiendas o puestos ambulantes, habían desde puestos de helados hasta tiendas de ropa muy elegante. Sakura observó su vestimenta, traía puesto un vestido largo de seda blanco con algunos detalles en dorado y un cinturón de oro, su cabello estaba peinado con dos largas trenzas y lleno de flores. Se veía bonita pero quería comprar algo mas así que ingreso a un local.

...

—En que la puedo ayudar.. –dijó la dependienta detrás del mostrador sin siquiera tomarle atención, al parecer odiaba su trabajo, luego levantó la mirada– Ge-Gea-sama!!! –sus ojos prácticamente salieron de sus cuencas–

—Hum?? –estaba nerviosa, aún le costaba adaptarse a su status social–

—Ge-Gea-sama!! ¿Cómo le puedo ser de ayuda? –dijo inmediatamente saliendo de detrás del mostrador, hizo cincuenta reverencias para luego quedarse inclinada. Sakura río despacio. La mujer estaba sudando frío–

—Necesito ropa.. –dijo amablemente. La dependienta quedó pasmada por su aura calida, millones de corazoncitos aparecieron a su alrededor–

—S-Si.. –literalmente floto en estado chibi más adentro de la tienda. Sakura la siguió un poco incómoda–

...

—Vestido??

—Tengo muchos.. –rasco su nuca apenada. La dependienta dejo de lado la sección de vestidos–

—Pantalones, shorts, pescadores??

—No me gusta tener las piernas descubiertas.. –la dependienta asintió, siguieron su recorrido–

—Faldas?? Hay faldas largas..

—Esas!! Me gustan esas!!! –apunto a unas lindas faldas anchas y largas hasta los tobillos–

—Perfecto!! Con unos tops se verá espectacular Gea-sama!

...

—¿Esto es ropa interior, verdad? –la dependienta siguió el punto a dónde apuntaba la pelirrosa–

—Ha?.. No, son bikinis. Se utilizan cuando te metes a la piscina o cuando vas al mar.. –dijo feliz mostrándole algunos modelos. Sakura se quedó pensando unos cuantos minutos–

Un foco apareció arriba de su cabeza y sonrió de lado a lado. El mar!!! ¡¡¡Quería ir al mar!!!. Y que mejor que con el dios del mar?!!!...

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La dependienta se había ofrecido a cargar sus bolsas pero ella se negó rotundamente, aún le faltaban lugares por explorar y no podía dejar que la amable mujer cargará todas sus bolsas. Caminó siendo seguida por las miradas de algunos transeúntes, no era muy común ver a una pequeña chica cargando muchas bolsas, y tampoco era muy común ver a la madre Gea-sama cargar algo y pasear como si nada.

Los dioses aún no se sentían cómodos ante el aura celestial de Gea, era pacífica pero a la vez peligrosa, blanca y a la vez negra. Era aterrador solo voltearla a ver, aunque había uno que otro que si tenía el suficiente coraje como para levantar la vista.

Sakura camino hasta uno de los teleféricos e ingreso, no había nadie salvo el operador. La gran máquina comenzó a moverse a una velocidad constante, ni tan rápida pero no tal lenta. Ella admiraba el paisaje sobre las nubes, era tan majestuoso, digno para una pintura famosa. Su atención se dirigió al final del teleférico, una isla algo grande situada al sur de la isla central. Quería ir y ver lo que le esperaba, tal vez explorar los lugares verdes o simplemente pararse a tomar algo.

...

Por suerte antes de llegar a las islas flotantes Poseidón le dio un saquito con monedas de oro y le permitió explorar el lugar, aunque le advirtió que si no sentía su presencia iría personalmente hacia ella y cortaría su garganta. Ella sabía que todo lo que decía era de broma, verdad?. En fin, al terminar su recorrido en el teleférico pago con una moneda al operador y bajo del vehículo. Nuevamente un extenso camino de piedras le daba la bienvenida a una isla que parecía algo anticuada, no obstante era hermosa. Está vez no habían grandes tiendas ni lugares lujosos, solo pequeños restaurantes, un enorme mercado donde los vendedores vendían su mercancía más fresca y en el centro de la isla se encontraba una plaza con una fuente en medio. Sakura quedó maravillada con la vista, cogió sus bolsas y emprendió camino hacia el mercado.

Lo sabía y no le importa. Las personas que pasaba se hacían aún lado y se inclinaban respetuosamente. Ella sabía que por ser protegida de Zeus y ser prácticamente la madre de todo el panteón griego era una deidad muy respetada aún lejos de su territorio. Ella lo sabía y aún así se sentía triste. Suspiro nuevamente.

Un pequeño golpe la saco de sus pensamientos. Todos se sorprendieron al ver lo ocurrido. Al parecer un pequeño niño había chocado contra la deidad de cabello rosa. Sakura se inclino y ante la mirada de los demás dioses ayudo al niño a pararse, palmeó su cabeza y siguió su camino.

Ella no era como los demás dioses, era buena.