◈♢Sakura contra la ira de los dioses♢◈

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Bailando entre rosas, las espinas en sus pies lastiman. La sangre se camufla entre el rojo de los pétalos de las flores, giro sobre sus pies, extendió sus manos y paro. Miró el cielo, era un día lindo, ya habían pasado algunos días, aunque muchos para los humanos ella los sintió normal. Zeus había llegado días atrás, y tan rápido como llego se fue. Parecía que estaba encarcelada en aquel lugar, parecía una niña regañada. Ares había sufrido un castigo doloroso, nada que la energía de la pelirrosa no curará, pero aún así en su espalda se encontraba una horrible cicatriz, una cicatriz que le dolía tanto a el como a ella. Fue exiliado y ya no se le permitió ver a la pelirrosa. Sakura estaba triste, Ares había sido su primer amigo, y por su culpa ya nunca más lo volvería a ver.

Ahora estaba ahí, auto-lesionandose enfrente de los azules ojos de la deidad del mar. Poseídos estaba vigilando sus movimientos, aunque no le dirigía la mirada, si fuera por el la dejaría a su suerte para que muriera, aunque eso lo llevaría a un castigo.

Camino nuevamente entre las espinas, dejo que su vestido de seda verde se manchara con su propia sangre, no le importaba. Pégasus camino hacia ella y aplastó las flores tanto que ya no lastimaría la piel de la muchacha, luego lamió sus heridas...

—Gracias.. –murmuro, dejó atrás el jardín de rosas y camino por el pasto verde hacia la entrada del palacio principal–

Una a una sus heridas se fueron curando, un hermoso resplandor verde cerró cada uno de sus raspones, asimismo el fuego verde se movió hacia el jardín de rosas y curo estás, regresando las a su antigua forma...

—No hay algo mejor que hacer que verme?? –preguntó irónica. Poseidón no le sostuvo la mirada–

—Ya estás contenta, no?. Que clase de juego estás haciendo?? Por tu culpa Ares fue desterrado del Olimpo.. –Sakura mordió el interior de sus mejillas–

—¡¡¡Y crees que no me importa!!! ¡Ares es mi amigo! –Poseidon no la volteó a ver– ..¡¡¡Mírame cuando te hablo!!! –grito molesta ya con lágrimas bajando de sus mejillas–

Sakura lo iba a tocar, no obstante Poseidón fue más rápido y la tomo de un brazo, la movió con brusquedad y la dejo tumbada en el suelo, luego colocó su tridente casi rozando el cuello de la chica. La pelirrosa no se movió, ni siquiera respiro, sus mejillas estaban rojas por las lágrimas y sus ojos hinchados...

—Todo eso que dicen de mi.. –murmuro, movió un poco su cabeza causando que unos mechones de su cabello taparan sus ojos– ..Que soy la diosa primigenia de Grecia, que por mi nacieron todos los dioses.. ¡Esa era yo pero no me siento así!

—No, nunca lo volverás a ser.. –y por primera vez en todos esos años sus ojos conectaron con los verdes de la pelirrosa– ..por qué tu no eres esa mujer que me dio a mis dos hijos, tú no eres la profetisa que fuistes antes.. no eres Gea...

—¿Qu-Que debo de ser? –una brisa fresca movió sus cabellos, el verde de sus ojos choco contra los azules de Poseidón–

—Nada, no aspires a ser una deidad que fuiste antes..

—No lo aspiro..

—Entonces no vuelvas a ayudar a los humanos.. –Sakura frunció el entrecejo–

—¡No! ¡Y-Yo.. yo no quiero, siento tristeza cuando los veo.. –retiro con cuidado la hoja del tridente y se sentó en sus pies– ..cuando sufren, cuando sus vidas se van rápidamente.. no puedo..

Poseidón se hincó enfrente de ella y levantó su mentón con una de sus manos...

—Tu no quieres ser Gea, pero aún así quieres ayudar a sus hijos.. Tienes un corazón noble.. –se acercó a ella y le susurro en el oído– ..Los de corazón noble mueren a menudo...

—Vas a matarme?? –pregunto con los ojos bien abiertos. Poseidón sonrió aún cercas de ella–

—Por que lo haría?? –susurro nuevamente en su oído, con su arrogante voz–

—¿Que es lo que quiere hacer?

—Descúbrelo Sa-ku-ra...

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Es lo le dio escalofríos por días. ¿Que es lo que exactamente quería Poseidón?. No sabía y eso le ponía los pelos de punta. Verlo enfrente suyo comiendo tranquilamente, que es lo que tramara?. Removió sus vegetales, pico una zanahoria y se la llevó a la boca. Mientras masticaba millones de teorías le llegaron a la cabeza, pero fue una la que se ganó su sonrisa más brillante...

—Entonces.. –dijo luego de comer, sonrió tiernamente y entrelazó sus manos– ¿Quieres ser mi amigo?

Poseidón no movió su tenedor, lo dejo suspendido en el aire. Era un dios serio pero aquello lo dejo en shock...

—¿Por qué piensas eso humana? –ella sonrió con los ojos cerrados. Poseidón era muy agrio, tanto que evadió la pregunta con otra–

—Me hubieras matado el primer día que llegaste a cuidarme, eso quiere decir que tienes un corazón cálido debajo de esa máscara de tipo rudo ¡¡¡Y quieres ser mi amigo!!! –esa chica tenía aire en la cabeza–

—Esto será un maldito dolor de cabeza...

En la que se había metido Poseidón.

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Espero que les haya gustado.