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El mayor error de Gea, la tristeza de Amaterasu y el consuelo de volverla a ver.

El sol había sido creado así como la tierra, independiente la tierra tomo un camino diferente al del sol, no obstante siempre estaría ahí, vigilandola por si acaso.

Sol era menor a Tierra, Sol brillaba para ella, para brindarle la nutrición necesaria a sus hijos y también para verla mas hermosa, llena de vida. Sol siempre estaría ahí para Tierra, jamás se iría lejos de ella, y si su luz se extinguiera entonces la llevaría consigo. Porque Sol amaba a Tierra, aunque está no lo amaba, ella prefería cuidar de sus hijos.

Así nació el amor de Amaterasu por Gea, pero no precisamente así...

Ambas deidades eran demasiado jóvenes cuando interactuaron por primera vez. Los jefes de sus Panteones se reunieron una vez más para decidir el destino de la humanidad y que harían con algunos dioses y titanes, Urano era un sujeto arrogante que merecía ser destronado. Gea estaba enojado con el, maldita fue la hora en que se "unió" a el, bueno, en aquel entonces aún era una diosa muy joven.

Ella no tenía voz ni voto en el Valhalla, por Caos!!! Ella parió a los principales dioses del panteón Griego que a su vez crearon a los demás dioses, pero que se le podía hacer, incluso en aquellos tiempos abundaba la distinción de géneros. En fin, como no tenía nada que hacer camino por los enormes jardines que ahí se encontraban, admiraba las hermosa flores y aspiraba su aroma, amaba como todo fluía en paz.

Lejos de ella se encontraban tres niños, eran lindos y muy risueños, la mayor de los tres parecía tímida y por eso se oculto detrás de un pilar. Gea miró aquella acción y camino hacia ella, su largo cabello rosado bailaba con la brisa al igual que su suave túnica...

—¿Por qué te escondes pequeña?.. –preguntó a la menor. Sus hermanos se acercaron a la mayor, parecían un poco más atrevidos–

—Por que es una llorona.. –dijo el menor de los tres, la pequeña rubia dejó caer silenciosamente unas cuantas lágrimas. Gea miró mal al pequeño bravucón–

—Es no se debe de decir, pide disculpas.. –el pequeñín parecía arrogante pues cruzo sus brazos y parecía que no se iba a disculpar con su hermana–

—Es cierto hermano menor, no deberías de ser así.. Ama-chan no te trata así.. –dijo el de piel pálida, al parecer parecía ser el de en medio y el más sensato–

—¡¡¡Siempre todo gira entorno a ella, por eso me cae mal!!! –tras lo dicho el pequeño arrogante salió corriendo lejos de ellos–

—Lo lamento señora, tengo que ir por mi hermano menor.. –el pequeño de piel pálida hizo una reverencia y comenzó a correr para alcanzar al menor–

Amaterasu amaba a sus hermanos, pero Susanoo siempre la trataba de forma fría y cortante, ella no sabía porque es que la trataba así.

Gea miró a la menor y la tomo en brazos...

—Tus padres están en el salón??

—Si, papá está ahí.. –dijo ¿Triste?, Más bien era confusión–

No entendía por qué es que se refería a "sus" padres, que ella recuerde solo tenía uno, el que siempre cuidaba a sus diferentes hermanos y hermanas. Bueno, aún eran algo jóvenes para contarles lo que le sucedió a su madre, por el momento solo tenían uno...

—Su cabello es muy lindo.. –dijo la menor cogiendo un mechón de su rosado cabello. Gea sonrió–

—Gracias, Tu tienes unos preciosos ojos castaños.. –la menor sonrió, jamás alguien había halagado sus ojos–

Desde ese entonces Amaterasu y Gea se hicieron muy buenas amigas. Amaterasu siempre iba al Olimpo con la mayor y casi siempre se escapaban para jugar o hacer algunas otras cosas. Pero un día, cuando Amaterasu ya era mayor y el Olimpo era regido por un nuevo líder, ocurrió algo que afectaría tanto a humanos como dioses. Gea había muerto.

Amaterasu callo en una gran depresión, tanto o más que aquella vez cuando descubrió los trozos de su caballo celestial esparcidos por su hogar, se escondió y el sol dejo de brillar, o al menos no como antes lo hacía. Quiso saber que era lo que los humanos tenían como para robarse a su querida Gea, tan especiales eran?? ¿Porque la mataron?. Entonces tuvo una gran idea, se disfrazó como humana y camino con los humanos, interactuó con ellos e hizo muchas amistades, pero por más que se sentía a gusto con ellos no entendía porque eran tan especiales para Gea. Dejo su gremio sin despedirse y regreso a su hogar en las alturas para comenzar a gobernar.

Por más que trataba de olvidarla no podía, se había "enamorado" de Gea. Tiempo después se volvió una gobernante fuerte y paciente, aún cuando su hermano menor era un grano en el trasero, y casi nunca iba a las juntas en el Valhalla, pues estás le recordaban cuando conoció a Gea. Siempre veía a los humanos desde su trono en lo más alto de las montañas, siempre con odio y desprecio, como no cuando ellos habían causado la muerte de su querida. Amaterasu estaba triste por la muerte de Gea.

Pero...

No todo estaba perdido, aquel día en el Valhalla (que por pura casualidad decidió ir) presenció la resurrección de la madre tierra, nació de aquel árbol de cerezos como si siempre hubiera estado ahí, rompió la cáscara del árbol y salió desnuda. Ahí estaba Gea, pero parecía distinta, tal vez su pecho era más pequeño pero en todo era igual, su cabello, sus ojos, su expresión maternal al ver a sus hijos, ella era su amada.

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Espero que les haya gustado 🌸🖤

◈♢Sakura contra la ira de los dioses♢◈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora