◈♢Sakura contra la ira de los dioses♢◈

◈◊-17-◊◈

𝐸𝑙 𝑑𝑖𝑜𝑠 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑎𝑏𝑢𝑛𝑑𝑎𝑛𝑐𝑖𝑎, 𝐺𝑎𝑛𝑒𝑠ℎ𝑎.

La pequeña deidad de la abundancia no encontraba a su mamá ni a su papá, por más que gritaba sus nombre nadie respondía. No fue hasta que un relinchido lo hizo saltar del susto que se dio cuenta de que no estaba solo en aquel lugar. Camino con cautela hasta donde escuchó aquel sonido, estaba atento a cualquier cosa que apareciera, no obstante lo que encontró fue simplemente un caballo blanco con alas...

—T-Tu.. eres Pegaso??.. –preguntó temeroso del animal. El caballo asintió y levantó una de sus alas para que viera lo que cubría. Ganesha abrió los ojos impresionado– ..¿Una humana?¿Que haces con una humana?.. si los otros dioses se enteran que te dejaste montar por una humana, te irá muy mal.. –el caballo negó y relincho mientras lo apuntaba con su cabeza– ..¿Yo? ¿Que quieres decir?¿Que la cuide?.. –asintio y lanzo otro relinchido– ..no puedo, ella es una humana, si me ve.. me irá muy mal con papá.. –el equino nuevamente relincho, está vez más fuerte. Ganesha saltó asustado y retrocedió unos cuantos pasos– ..B-Bien, pero solo traeré agua..

[...]

El era la pequeña deidad de la abundancia del panteón Indú, hijo del mismísimo Shiva y de su bellísima esposa Parvati. Entonces, ¿Por qué servía agua a una inconciente humana?. La respuesta era sencilla, por ser tan joven aún no tenía el derecho de entrar a las conferencias del Valhalla, por eso no se enteraba de las noticias de los distintos panteones, y mucho menos de la llegada de un nuevo dios, en este caso de la madre del panteón Griego. El no conocía a Gea, si, escucho el nombre de boca de su padre pero nunca su apariencia, por eso no sabía cómo se veía.

Ganesha camino hacia la humana y dejo una hoja de palma con agua cercas de su rostro, luego se apartó como si está le fuera a morder. El caballo relincho y lo apunto con su cabeza, Ganesha negó repetidas veces, causando que su trompa se moviera como péndulo...

—No, ¿Que tal si me lástima?.. –esta vez fue turno del equino para negar. La pequeña deidad suspiro por su trompa, lo cual ocasionó un sonido chistoso– ..Bien..

Con cuidado el pequeño Ganesha la tomo de la parte superior se su cuerpo y la colocó sobre su regazo, luego aproximo la hoja de palma a su boca...

—Vamos humana, toma agua.. –dijo con suavidad. La pelirrosa abrió un poco su boca y dio un sorbo al agua–

—Gra-Gracias..

Si le hubieran dicho esa mañana que estaría dándole de beber agua a una humana se reiría en su cara, pero ahí estaba, dándole de beber agua a una humana con lindo cabello. La joven sonrió y entre-abrió sus ojos. La belleza que vio Ganesha no la pudo comparar con otra cosa, esos ojos verdes que brillaron por los débiles rayos del sol que se filtraban por las copas de los árboles, simplemente fue un espectáculo para sus propios ojos, ver el verde de sus ojos le trajo una inmensa paz. Con cuidado la volvió a colocar en el suelo y retrocedió algunos pasos...

—Humm.. –Pegaso levantó la cabeza con dirección hacia el. Ganesha parecía avergonzado ya que movía sus deditos al igual que sus pies, típico comportamiento de un niño– ..tra-traeré un poco de fruta para cuando despierte, ¡Pero solo eso!..

Pegaso sonrió al verlo correr en dirección a la selva. Todos caían ante los encantos de la deidad de cabello rosado.

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Supuso que comerían las mismas cosas, ¿no?, Se supone que los dioses crearon a los humanos a su semejanza, entonces por que comerían diferente??. Con un poco de torpeza escalo un árbol que tenía unas frutas con picos, a los humanos les gusta ese tipo de frutas, ¿Verdad?. Cogió unos frutos antes de caer sentado al suelo, se levantó y sobo su retaguardia, a papá le daría vergüenza si lo viera hacer eso por una simple humana. Recogió cada una de las frutas que habían caído y luego las guardo en una de sus telas, a modo de bola improvisada, a mamá le daría ternura si lo viera hacer esas cosas por una humana, era muy dulce. Camino tranquilamente hacia unos arbustos y luego los movió con fuerza para que se desprendieran algunas vallas, eran azules y parecían moras, las moras eran dulces y muy nutritivas!!!. La humana se daría un festín con todas las cosas que recolectó para ella. Y decir que hace unas horas se encontraba llorando y gritando el nombre de sus padres, simplemente porque se perdió en la inmensidad del svarga. El nuevo Ganesha se estaba burlando de su antiguo yo, ahora se sentía como todo un aventurero!!!...

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Al despertar sus ojos vieron un manchón color rosa palo, aunque fue un simple vistazo quedó confundida, ¿Quién era aquel que la ayudaba?. Fueron minutos o quizás horas para cuando despertó de nuevo, está vez ya más compuesta de sus cinco sentidos. Bajo la cabeza triste, aún recordaba la muerte de su peludo amigo, su tristeza se convirtió en confusión al ver unas cuantas frutas y vallas arriba de una manta. Volteó de izquierda a derecha, ahora con su cabeza levantada, pero no había nadie cercas...

—Gracias.. –Pegaso, de quién apenas se estaba dando cuenta de su presencia, relincho hacia uno árbol– ..estás ahí??..

—S-Si.. –dijo temeroso. La pelirrosa sonrió–

—Por que te ocultas??.. –preguntó divertida pues el pequeño individuo que la había ayudado había revelado su presencia–

—L-Los humanos son malos.. –la rosada infló sus mejillas molesta, aunque no lo parecía–

—No es cierto, hay algunos buenos..

—T-Tu eres una humana buena??.. –preguntó mostrando un poco de su rostro. La pelirrosa colocó un dedo sobre sus labios, como dando a entender que estaba pensando muy profundamente–

—No, no soy una humana buena.. –dijo y sonrió al ver al pequeño temblar detrás del árbol, o la mitad que se veía– ..soy una Diosa buena..

Ganesha cayó de la impresión, se levantó de inmediato y se colocó firme...

—S-Si eres una diosa, pruébalo.. –exigió de manera infantil. Sakura sonrió y tocó el suelo a su derecha, las plantas a su lado comenzaron a crecer y formaron un pequeño arbusto con algunas flores– ..si lo eres.. –dijo impresionado–

—Un gusto, mi nombre es Gea, pero llámame Sakura, porfavor llámame así..

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Espero que les haya gustado. Adoro al pequeño Ganesha ♥✨