Trato de no soltarme a llorar cuando veo a mi padre entrar a la casa de mis tíos, pero fué imposible. Corro hacia él para abrazarlo fuertemente y él me devuelve el abrazo con mucho cariño.- Te extrañé mucho, papá. - Le digo llorando y él acaricia mi cabello con cuidado.
- Yo mucho más, pequeña. Ya estamos juntos, eso es lo que importa. - Me dice con dulzura y me sonríe con algunas lágrimas en sus ojos.
Los demás saludan a mi padre con un abrazo y luego vuelvo a abrazarlo, lo cuál hace que se ría a carcajadas.
- No voy a irme, Callie. Tranquila. - Me dice riendo y yo cierro mis ojos por unos segundos.
- Es que en serio te extrañé mucho. - Le digo con la voz entrecortada y él deja un beso en mi frente.
- Yo igual. Pero te cuento que conseguí un departamento muy hermoso para los dos. - Me dice emocionado. - Aún no me lo han podido entregar, pero te aseguro que te va a gustar. - Agarra mi mano y caminamos hasta el sofá de la sala.
- No importa cómo sea, papá. Me conformo con lo que sea. - Le digo sonriendo.
- Lo sé, nena. Pero podríamos ir a verlo mañana temprano o cuando quieras. - Me dice sonriendo.
- Si, mañana los puedo llevar. - Nos dice mi tío con amabilidad.
- Muchas gracias por todo. - Le dice mi padre y yo sonrío. - Por cierto, te traje algo. - Me dice mientras busca algo en su bolso y apenas lo saca, me lo extiende.
- Papá... - Le digo lentamente y trato de no llorar otra vez.
- Sé que tal vez te haga recordar cosas que no quieres, pero sé que te gusta mucho y sólo pensé en traerlo.- Me dice con nostalgia.
- Gracias por traerlo, me encanta. - Le digo mientras abrazo el peluche de perrito entre mis manos.
Tiene razón en que no me trae buenos recuerdos. Todo lo que estaba en esa casa me recuerda a todo lo que tuve que sufrir durante años. Es horrible recordar todo cada vez o todos los días.
Pero en verdad amo este peluche, aunque suene muy infantil. Recuerdo que mi padre me lo compró cuando tenía doce años porque siempre le decía que quería un perro, pero a mamá no le gustan los animales y nunca pudimos tener uno.
- Hablaste con el abogado? - Le pregunta mi tia con angustia y mi padre suelta una suspiro.
- Si, pero dijo que no podemos hacer nada hasta tener pruebas. - Le dice con rabia. - Lo mejor que podemos hacer es ayudar a Callie a que trate de superar todas esos recuerdos y seguir con la vida. - Pasa un brazo por mi hombro.
- No te ha enviado más mensajes? - Me pregunta Dallas un poco nervioso y yo niego con la cabeza.
- Tiene dias que no lo hace, pero tengo miedo. Ni siquiera puedo decir que voy a salir con mis amigos porque ella podría estar acá, pero entonces me tengo que ocultar? - Les pregunto cruzandome de brazos.
- Tienes razón, cielo. No es justo para ti y te mereces lo mejor. Sal y diviértete. - Me dice mi padre sonriendo.
- Uh! Justamente mañana hay fiesta. - Dice Dallas con emoción.
- Pero mañana es miércoles. - Le digo con confusión.
- Si recuerdas que van a fumigar la Universidad? - Me pregunta elevando una ceja y yo chasqueo la lengua.
- Vaya, lo tienes todo controlado. - Le digo impactada y todos se ríen.
- Una fiesta será perfecto para ti! Y es la primera vez que vas a una. - Me dice mi padre entusiasmado y yo sonrío levemente.
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El cielo en tu mirada
Teen FictionLa vida de Callie cambiará drásticamente, cuando su padre la envía con sus tíos a la ciudad de San Diego en California. Con traumas en su cabeza por culpa de su pasado, ella deberá luchar contra sus miedos para recuperar su felicidad.