Capítulo 1

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- Cielo, quieres comer algo? - Me pregunta mi tío amablemente cuando cruza la puerta del jardín y yo niego con la cabeza.

- Gracias, pero no tengo hambre.- Le digo en voz baja y sigo observando el oscuro cielo.

Las estrellas se veían mucho más brillosas ésta noche y no podía apartar la mirada de ellas. Amaba mirarlas. Siempre pasaba mia noches viendo el cielo y por un segundo, me imaginaba una vida diferente.

Odiaba mi vida.

Era tan aburrida, obscura, amarga y muy triste. Mi madre me odia y me hace la vida imposible desde que nací. Siempre me agredía de forma verbal, pero desde hace unos cuantos años comenzó a golpearme. Mi padre no sabía cómo reaccionar ante la situación e hizo lo primero que se le ocurrió

Enviarme a otra ciudad.

Me mudé a California, a casa de mis tíos por parte de mi padre, ya que ellos saben la horrorosa situación. Me dieron un hogar y por suerte me siento tranquila aquí. Sin embargo, hay veces en las que no puedo dormir.

- Callie... - Me llama mi primo Dallas con voz suave y siento que se sienta a mi lado.

- Hey, qué tal? - Le pregunto desanimada y él me regala una sonrisa algo triste.

- Estoy preocupado por ti. - Me dice agarrando mi mano y mis ojos se llenan de lágrimas.

- No quiero hablar de esto, por favor. - Le ruego cerrando los ojos por un breve segundo.

- Pero tienes que comer algo, pequeña. Qué tal si salimos a beber algo? Conozco un lugar en donde venden unas muy buenas malteadas. - Me dice apretando mi mano.

- Gracias, pero no tengo ganas. - Suelto un suspiro.

- Está bien. Estaré en mi habitación por si me necesitas. - Deja un beso en mi mejilla y luego entra en la casa.

Mi mente recuerda todos esos momentos de tristeza, que me hacen sentir aún peor de lo que ya me siento y cuando cae la primera gota de mis ojos, las demás ruedan por sí solas. Me dolía todo y no lo digo por los golpes en mi cuerpo. Lo digo porque me destroza que mi propia madre sea de esa manera conmigo. Ella no era así, no sé qué ocurrió que ahora pareciera que solo me quiere muerta.

Para no seguir pensando en este tema, decido subir a mi habitación para ver algunos de los vídeos que he hecho, los cuales están en mi computadora. Sonrío levemente cuando veo el rostro de mi padre en uno de los videos y luego veo el siguiente, ya que me duele no estar con él ahora mismo.

Dijo que iba a arreglar todo con su abogado y su trabajo para mudarse acá en San Diego. Me gustaba ésta ciudad por la playa y su clima soleado. No soy de salir mucho, pero definitivamente me gustaría cambiar eso en mi vida. El problema es que todo se acumula en mi mente y no me permito avanzar.

Llevo una semana aquí en casa de mis tíos y aún no había salido a ningún lugar. Sólo me quedaba encerrada en mi habitación y luego en la noche voy al jardín para mirar el cielo.

Sabía lo preocupados que estaban mis tíos, al igual que mi primo Dallas y lo más que podía hacer por ellos, era intentar comer algo. Así que me dirijo a la cocina y me encuentro a mis tíos riendo de algo.

- Cariño! Cómo estás? - Me pregunta mi tia corriendo hacia mi y me dá un abrazo.

- Hola, tía. Estoy bien. - Le digo con una sonrisa, pero creo que se ve más cómo una mueca.

- Es cuestión de tiempo, tranquila. - Me dice acariciando mi mejilla. - Vas a querer comer algo? - Me pregunta esperanzada.

- Si, sólo un poco. - Le digo lentamente.

El cielo en tu miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora