Capítulo 18

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Hoy, después de tanto tiempo, escribí. Me había tocado realizar un taller grupal y por suerte, salimos muy bien. Estaba sumamente felíz, porque a pesar de que no podía leer continuamente, pude entender muchas palabras.

Mi padre había conseguido un departamento a una cuadra de aquí y eso me puso muy contenta. Claro, que mi tío dijo que podíamos quedarnos aquí, pero yo sé que no es lo correcto. Mi padre en algún momento querrá rehacer su vida, al lado de otra persona y no me opongo.

Es hora de comenzar de cero y ser felices.

- Anda a dormir, tienes clases. - Me dice mi tía con cariño y yo bufo.

- Sólo estoy esperando un mensaje de Tristan y me duermo. - Le digo con un puchero.

- De seguro ya se durmió, nena. Deja que descanse. - Me dice con dulzura.

- Está bien, lo haré. Buenas noches. - Le digo suavemente y ella me manda un beso antes de irse.

Me quedo mirando mi teléfono por un largo rato, pero no suena o llega algún mensaje de Tris.

Se habrá dormido?

Con el pensamiento de que capaz ya esté dormido, decido dejarlo pasar y encender el televisor. Aún no muero de sueño, así que quiero ver algo que me haga dormir. Estuve un largo rato viendo una película de comedia y claro, aguantaba las ganas de reír.

Sin embargo, de un momento a otro, la puerta de mi habitación es tocada con algo de desesperación y hago una mueca de confusión, ya que son más de las diez de la noche y creí que todos ya estaban dormidos.

En eso, mis ojos se fijan en que entra Dallas, mi padre, seguido de Tristan y éste último tenía la cara llena de golpes.

Pero qué rayos!?

Estaba a punto de pegar un grito de espanto, cuando Dallas me ruega que haga silencio.

- Shhh, están todos dormidos. - Me dice en voz baja y entran a mi habitación. Me levanto de la cama de un salto y Dallas deja a Tristan en mi cama.

Éste suelta un quejido de dolor y trago saliva al verlo tan mal.

- Traje el botiquín de primeros auxilios. - Dice mi padre mientras deja ma caja a un lado del cuerpo de Tristan.

- Tris, ven. Sólo subete un poco. - Le pido amablemente y él quita sus zapatos mientras se sube mejor a mi cama.

Quito el cabello de su rostro y mi padre me pasa un algodón con alcohol. Comienzo a limpiar sus heridas cuidadosamente y me di cuenta de que sus ojos se llenaron de lágrimas. De un momento a otro, comenzó a llorar y me quedé paralizada. Nunca lo había visto así.

- Soy un idiota. - Dice con la voz rota y yo niego con la cabeza.

- Shh, no digas eso. Tranquilo, déjame curarte y después hablaremos. - Le digo suavemente y dejo un beso en su frente.

Limpio sus mejillas al mismo tiempo en que Dallas sale de la habitación. Mi padre me ayuda a curar las heridas de Tristan y luego de un largo rato, Dallas entra con una bolsa de hielo en sus manos y un par de prendaa de ropa.

- La pondré con cuidado. - Le aviso a Tristan y pego la bolsa de hielo en su ojo.

- Duele, maldita sea. - Gruñe y yo acaricio su cabello.

- Lo sé, aguanta un rato así hasta que se baje la hinchazón. - Le digo lentamente.

- Quieres comer algo? - Le pregunta Dallas y Tristan niega con la cabeza.

- No, gracias. - Le responde con los ojos cerrados, cómo si tuviese pena de mirarnos.

- Yo me encargo de él, ustedes vayan a dormir. - Les digo a mi padre y a Dallas.

El cielo en tu miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora