Si bien Tim odiaba los días de entrevistas para el concurso, no podía negar que era divertido cuando ganaba un desafío y le permitían regodearse en su victoria.
—Te veías muy emocionado cuando entraron al restaurante, ¿puedes hablarnos sobre eso? Recuerda que esto va editado, así que debes hablar en tiempo presente —le indicó la entrevistadora. Todo el tiempo se lo decía a Tim, y él siempre lo olvidaba.
—Pues... admiro a los chefs del Providence, y había querido ir desde que lo inauguraron, así que estar justo aquí es increíble —respondió Tim.
—Vaya, te has vuelto bueno en esto con el tiempo, ¿eh? Antes apenas podía sacarte una frase completa —bromeó la mujer.
Él no supo cómo responder, así que hizo un esbozo de sonrisa y esperó por la siguiente pregunta.
—Ok, la última. ¿Qué opinas de Naoko? Vimos que al principio tuvieron problemas, pero terminaron ganando el desafío.
Desde que empezó la entrevista, Tim se temía esa pregunta. Puso en práctica su mejor cara neutral antes de responder.
—Ella es una gran chef. Tuvo... perdón, tiene una gran idea para el desafío, y me doy cuenta de que la opción más lógica es seguirle la corriente y esperar lo mejor.
—Bien, ¿podrías volver a decir eso último? —pidió la entrevistadora—. Pero esta vez pon cara de preocupación, como la que tenías en ese momento.
Después de repetir la última pregunta hasta que la mujer que lo entrevistaba quedó satisfecha, Tim por fin entregó su chaqueta del concurso al equipo de producción y dio por terminada su tortura. O eso creía.
Había sido el último en pasar ese día, así que ya a esas horas de la tarde estaba solo en los camerinos de caballeros, cuando la puerta se abrió.
—Kobayashi-san.
No tuvo que voltearse para saber quién era. Tan solo agradeció que ya se había puesto la camiseta.
—No puedes entrar aquí, Naoko —dijo él.
—Considerando que solo quedamos tres mujeres en la competencia, veo innecesario que tengamos camerinos separados —repuso ella—. Es algo sexista, ¿no crees?
—Te ahorras los comentarios pervertidos de Alessandro, al menos.
—Es cierto —le concedió ella—, no todos los chefs son tan caballerosos como tú.
—¿Puedo ayudarte en algo? —preguntó Tim. No quería estar allí a solas con ella, mucho menos después de su reacción tan impredecible al final del reto. Quería huir lo más rápido que pudiera, pero su cortesía no se lo permitía.
—No, solo vine a saludar. Después de todo, somos una pareja ganadora.
Él se encogió de hombros, ignorando la insinuación de la chef.
—Aún prefiero trabajar solo.
—Vaya, eso es demasiado ego para alguien que no hubiera ganado el reto sin mí —arguyó la mujer.
Y estaba en lo cierto. A pesar de que ambos hicieron la misma cantidad de trabajo y pusieron igual esfuerzo, fue la idea y el liderazgo de Naoko lo que hizo la diferencia.
—Tengo la corazonada de que ganaré el siguiente —repuso él, aparentemente sin perder la calma, pero con su confianza herida.
Terminó de atarse los zapatos y se levantó para irse.
—Mmm, yo no estaría tan segura...
Se detuvo a medio camino de la puerta. No le agradó el tono de Naoko. Ella no fue hasta allí solo para felicitarlo, eso hubiese sido demasiado simple. Y después de tanto tiempo conociéndola, tenía la certeza de que con Naoko Ishimura nada podía ser simple.
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Amor y Wasabi [TERMINADA]
RomanceTim Kobayashi es un joven chef que quiere ser el mejor. Sin embargo, su sueño se ve más lejano cuando lo despiden del restaurante donde trabaja y se conforma con dar clases de cocina. Su suerte parece cambiar de repente cuando conoce a Debra, una...