18: Por culpa del vino

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[Advertencia antes de iniciar el capítulo]

No soy asidua a escribir notas al inicio, pero en esta ocasión me pareció pertinente.

En este capítulo Debra tendrá pensamientos bastante horribles sobre sí misma y su imagen. Así que, si son sensibles ante estos temas les sugiero que lean con precaución.

.

El día anterior, Tim y Debra se dieron cuenta de que seguir con las clases de cocina tal como lo habían estado haciendo no era buena idea. Esa tarde se la pasaron en el auto conversando, riendo, y sí, besándose. Lo último que hicieron fue cocinar, y Tim se negaba a seguir cobrándole a Debra si de ahora en adelante invertirían así el tiempo de sus clases.

La solución de la mujer fue simple, y después de mucha insistencia, él aceptó.

Debra le enseñaría a patinar y él le enseñaría a cocinar.

Así que allí estaba ese viernes, llegando a la entrada del nuevo departamento de la mujer, tocando la puerta y aguardando.

Pero quien le abrió no fue quien él esperaba.

—Hola... tú debes ser Kate —saludó, incómodo.

Una niña de ocho años, rubia igual que Debra, lo veía desde abajo con una mirada acusadora.

—Sí, ¿quién eres tú? —preguntó la niña, cruzando los brazos.

—¡Kaate! ¡¿Es Tim?! —se escuchó la voz de Debra dentro del departamento.

—¡¿El que se parece a Jackie Chan?! —respondió la niña, indiscretamente.

—¡No se parece! —la regañó Debra—. ¡Pero sí, es él! ¡Hazlo pasar!

—No me parezco a Jackie Chan. Él es chino, yo soy de ascendencia japonesa —le explicó Tim a la niña.

Pero Kate solo le sacó la lengua y le dejó pasar. El departamento de Debra era pequeño, acogedor y un tanto desordenado, quizá gracias a la hija. La ventana de la sala estaba abierta, desde donde se escuchaba el tráfico y los gritos de los niños de un parque cercano. Era un lugar muy distinto al suyo, donde todo estaba impecable, pero vacío, aburrido y silencioso.

Tomó asiento en el pequeño sofá marrón. Kate, por otro lado, se quedó de pie, observando.

—¿Sabes kung-fu? —preguntó la niña.

—No, ya te dije que no soy Jackie Chan —respondió Tim con paciencia.

Nunca fue bueno hablando con niños, y eso se notaba más que nunca. Fue una suerte que no duraran mucho tiempo a solas.

—¡Tim, hola! —Debra apareció tras una puerta, presumiblemente la de su habitación—. Llegaste antes.

—Sí, no hubo tanto tráfico como pensé —se excusó él, levantándose para saludarla con un beso en la mejilla.

—Veo que ya conociste a Kate.

Ambos adultos voltearon hacia la niña, que los examinaba todavía con los brazos cruzados y el ceño fruncido.

—¿Ahora él es tu novio? —inquirió la niña.

—¡Katherine! No seas maleducada —la reprendió Debra. Era extraño verla en su papel de madre.

—¿Por eso me vas a dejar con los vecinos? ¿Porque sales con Jackie Chan? —continuó la niña, molesta.

—Cariño, solo van a ser unas horas. Y te llevas bien con las hijas de la vecina, te divertirás más que con la señora Hudson —la intentó convencer Debra.

Amor y Wasabi [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora