14.

3.6K 362 11
                                    

Las puertas del elevador apenas se habían abierto y Dick no tardó en abalanzarse sobre nosotros, notoriamente enfadado.

— ¿Dónde demonios estaban?— preguntó.

— Relájate, solo fuimos a buscar mi ropa.— respondí, aparentando estar despreocupada para no dejar ver la mezcla de emociones que los papeles que había encontrado me habían provocado.

— ¿"Solo fueron a buscar ropa"?— repitió con incredulidad.

— Si, no esperabas que fuera a usar la ropa de Jason por siempre, ¿verdad?— palmeé suavemente su hombro antes de rodearlo para ir a dejar mi bolso en mi habitación. Entré en esta y dejé el bolso sobre la cama, suspirando para sacudirme un poco la tensión. Volví a la sala de estar pero me detuve al inicio del pasillo, tratando de oír lo que Dick le decía a Jason.

¿Tienes idea de lo que podría haber pasado si alguien los veía?— cuestionó Dick.

Por supuesto que si, no soy un idiota como todos aquí parecen creer que soy. respondió el más joven, igual de molesto que su antecesor.

No es una broma, Jason. No pueden salir así sin más, y mucho menos sin avisar a nadie. insistió.

No eres mi padre, Grayson, no puedes decirme qué puedo hacer y qué no. Estoy harto de que todos me traten como un niño, ya soy grande. le recordó Jason.

No salen sin avisar, esas son las reglas. ordenó Dick.

Bruce no me controla, ¿y crees que tú puedes hacerlo? soltó una carcajada irónica.

Si no te gustan mis reglas, puedes volver con Bruce. No dejaré que te pongas en peligro como lo hiciste, y mucho menos dejaré que pongas en peligro a Kayla. negó el mayor.

¿Qué demonios se supone que significa eso? cuestionó el reprendido.

Ella no sabe los riesgos que implica ser como nosotros, y no estoy dispuesto a dejar que lo aprenda por las malas simplemente porque tú no mides las consecuencias. respondió Dick, caminando lejos antes de darle tiempo a responder. Cuando Jason se adentró en la sala de estar yo me acerqué a él.

— Lo siento si te metí en problemas.— me disculpé.

— No te preocupes, no me afecta lo que me dice. Soy un adulto y yo decido qué hago y qué no.— negó con la cabeza.

— Aún así, lo siento.— repetí, dirigiéndome al sofá y dejándome caer sobre este.— ¿Cuántos años tienes a todo esto, adulto?— pregunté, pronunciando la última palabra con un ligero tono de burla. Él sonrió levemente, acercándose a mi y sentándose a mi lado.

— Veinte.— respondió. Yo alcé una ceja, demostrando que no me tragaba eso.— ¿Qué? ¿No me crees?— sonrió nuevamente.

— Por supuesto que no.— respondí. Él sacó su billetera de su bolsillo y me tendió su tarjeta de identificación. Yo la tomé entre mis manos, nuevamente alzando mis cejas, pero esta vez por incredulidad.

— Realmente creí que tenías, no lo sé, dieciséis.— admití, soltando una risa nerviosa.— ¿"Jason Peter Todd"?— repetí lo que mis ojos veían.

— Jason está bien.— respondió, tomando la tarjeta de entre mis manos y guardándola nuevamente en su billetera.— ¿Qué hay de ti? ¿Cuántos años tienes, niña?— preguntó, emulando mi anterior tono de broma.

— Dieciocho.— respondí, alzando la cabeza para demostrar seguridad. Él imitó mi gesto de desconfianza.— ¿Quieres ver mi tarjeta de identificación?— cuestioné. Él rió antes de negar con la cabeza.

— Está bien, te creo.— afirmó.

ᴍᴏɴsᴛᴇʀs |JASON TODD|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora