32.

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Unos gritos hicieron que me despertara de golpe. Fruncí el ceño, alarmada, y tomé una sudadera antes de salir de mi habitación. En el pasillo me encontré con Rachel, Dawn y Gar, quienes también habían oído los gritos, los cuales provenían de la habitación de Jason. Me apresuré a entrar en ella y me acerqué a él, sentándome a su lado en la cama.

— Jason.— llamé, observando preocupada como se movía de un lado a otro.— ¡Jason!— sacudí su hombro con fuerza, logrando que se despertara, sentándose de golpe y respirando agitadamente. Yo lo observé en silencio, extrañada ante la situación. Él me abrazó repentinamente, tomándome por sorpresa, pero no tardé en corresponder, acariciando su espalda.— Tranquilo, todo está bien.— lo reconforté, insegura del motivo detrás de sus gritos. Cuando estuvo más calmado nos separamos, y nuevamente lo miré.— ¿Qué pasó?— pregunté. Él suspiró y negó con la cabeza, como si quisiera sacudirse el miedo.

— Un mal sueño, nada más.— se limitó a responder, claramente evadiendo el tema. Decidí no insistir para no empeorar la situación; entendía perfectamente lo que le estaba pasando ya que me había pasado lo mismo un buen par de noches.

— Intenta dormir.— le dije, levantándome para dejarlo descansar, pero él me detuvo, tomando mi mano.

— ¿Puedes quedarte?— pidió. Yo asentí y volví a su lado, sentándome en la cama y apoyando mi espalda contra la pared. Él recostó su cabeza en mi pecho y yo lo rodeé con mis brazos, acariciando suavemente su cabello. No pasó mucho hasta que se quedó dormido, pero yo no pude pegar un ojo hasta poco antes del amanecer.

|• • •|

Desperté en una habitación que tardé un momento en reconocer. Jason no estaba, por lo cual me levanté a buscarlo, con el fin de asegurarme de que estuviera bien. Lo encontré en la sala de estar, parado frente a la ventana, observando la ciudad. Me acerqué a él y pasé mis brazos por debajo de los suyos, sujetando sus hombros y apoyando mi cabeza en su espalda.

— ¿Estás bien?— pregunté en tono suave. Él no respondió, y parecía que estaba en una especie de trance.— Jason.— llamé, nuevamente sin obtener respuesta. Lo solté de mi abrazo y me planté frente a él.— Hey.— chasqueé mis dedos para captar su atención. Él pestañeó repetidas veces, como si apenas notara mi presencia.

— ¿Qué?— preguntó.

— ¿Estás bien?— repetí mi pregunta.

— Si, estoy bien.— aseguró, pero yo sabía que esa no era la verdad.

— ¿Quieres contarme qué pasó anoche?— sugerí, pero él se apresuró a negar con la cabeza.

— No fue nada.— respondió. Yo suspiré con cierta frustración, pero una vez más decidí no insistir.

— ¿Ya desayunaste?— cambié de tema, acercándome a la encimera para preparar un café.

— No tengo hambre.— negó, dirigiéndose a la sala de entrenamiento y desapareciendo de mi vista. Yo me quedé unos buenos minutos observando el pasillo por el que se había ido, preguntándome qué tan malo podría haber sido su sueño, y tratando de pensar en alguna forma de lograr que me contara lo que le pasaba para poder ayudarlo.

ᴍᴏɴsᴛᴇʀs |JASON TODD|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora