Capítulo 4

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Los días siguientes de esa semana fueron duros para ambos. Samantha se estaba amoldando a su nueva rutina ya que ahora trabajaría en la academia casi a diario. Flavio, por su parte, debía acostumbrarse a esa nueva rutina de vivir solo con su sobrina, de un día para otro se había convertido en una especia de padre para esa niña, y se estaba agobiando. Ambos se estaban agobiando. Era todo tan nuevo entre ellos que no sabían siquiera si lo estaban haciendo bien. 

Después de una semana, las cosas para Flavio se habían complicado aún más. No tenía trabajo y no sabía si podría conseguir alguno cuyos horarios fueran los mismos en los que su sobrina fuera al colegio, se estaban quedando sin dinero y el dinero del seguro que le correspondía a Luz solo podría cobrarlo cuando ella cumpliera los 18 años. Estaba preocupado por ello, pero lo que más afligido lo tenía era ella, cuando comían juntos hablaban, se reían, se contaban cosas para conocerse un poco mas, pero después era como si ella no estuviera. El la llamaba y ella no respondía, o le hablaba cuando estaban en diferentes habitación y no obtenía respuesta alguna. Y no lograba entender el porqué. Lo habló con una psicóloga y le dijo que era normal, estaba pasando por la perdida de sus padres y quizás esa era su manera de procesarlo. Era algo de lo que no estaba seguro, pero si se lo decía un profesional, era por algo.  

Al día siguiente, Flavio salió en busca de trabajo, pero no tuvo suerte. Eran trabajos que requerían que fuera mañana y tarde y la remuneración no era demasiado buena ni le alcanzaría para solventar todos los gastos. Dos días después, seguía igual, y se estaba desesperando, necesitaba un trabajo urgente, entonces decidió llamar a Gerard para ver si él podía ayudarlo en algo

- Hola amigo, ¿qué tal todo?- le dijo una vez le atendió la llamada 

- Hola Gerard, no tengo muchos ánimos de hablar así que te responderé que estoy bien

- Y yo no te insistiré, además sería muy tonto de mi parte preguntarte que te pasa

- Gracias por entenderme

- Siempre Fla. ¿En qué te puedo ayudar? No tienes ganas de hablar así que... no des vueltas y dímelo, lo que necesites 

- Hace días que busco trabajo Ge, y no tengo suerte con nada. O la paga es poca o las horas son demasiadas. Necesito algo que no me complique en el cuidado de Luz

- Oye, que tonto soy, ese día que nos encontramos y que bueno... pasó lo que pasó... me contrataron en una academia nueva como profesor de guitarra. Apenas abrieron la escuela, quizás necesiten personal. Podría hablar con alguien y ver si hay algo para ti

- Sería genial, pero apenas te contratan, no vaya a ser que piensen que te quieres aprovechar

- Para nada Fla, la dueña es muy simpática y las chicas con las que trabaja también, seguro no habrá problema, mañana hay reunión, ahí aprovecharé para hablarle

- Te estaré agradecido toda la vida si lo consigues Gerard, de lo que sea, aunque sea para limpiar, no me importa pero necesito algo urgente 

Esa noche de se fue a dormir un poco tranquilo, no sabía porqué pero sentía que su amigo podría conseguirle algo, de igual manera seguiría averiguando, nunca está de más 


Al día siguiente, mas precisamente un miércoles, Samantha se estaba preparando para la reunión que tendría con sus nuevos empleados, utilizar esa palabra le chocaba un poco, no se acostumbraba a la idea de ser ella la jefa y eso era lo que más le agobiaba, además de todo el papeleo que debía llevar, Mai ya comenzaría su trabajo como profesora la semana siguiente y con el trabajo en la discográfica no le quedaría tiempo a nada, lo mismo sucedía con Eva, aunque su amiga tampoco se daba bien con la burocracia. No le quedaba remedio más que encargarse ella de todo. 

Nada Es Lo Que PareceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora