Capítulo 5

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- Titi, ¿y esa sonrisa? - preguntó Maialen cuando la vio salir de su oficina con una tímida sonrisa dibujada en su rostro

- ¿Sonrisa? ¿De qué hablas Mai?

- Eso, saliste con una sonrisa de esa oficina, ¿te cayó bien Flavio? 

- ¿Tú qué opinas? - dijo preocupada porque lo había contratado sin siquiera consultar con su amiga que la estaba ayudando en todo

- A mi me cayó bien, parece muy majo, ¿lo vas a contratar?

- Uf, menos mal, te pregunto porque ya lo contraté y temía que no te cayera bien

- Genial, ya no lidiaré mas con esos papeles. ¿Cuándo empieza? 

- Hace dos minutos. Me dijo que no tenía problema de comenzar ahora así que ya está con los papeles, pero se retira pronto porque debe ir a por su sobrina

- ¿La cuida? - preguntó curiosa, ella era así y Sam lo sabía 

- Más que cuidarla, creo que está a cargo de ella Mai. Me dijo que no tenía con quien quedar al regresar del cole y necesita trabajo urgente

- Ay pobre, se ve que es muy jóven, debe ser difícil eso

- Seguro que sí, se me ocurrió algo Mai, voy a buscar mi bolso, tú si quieres vete a casa. No queda mas que hacer 


Luego de un tiempo, Samantha se dirigió nuevamente a su oficina donde había dejado a Flavio. Grande fue su sorpresa al notar que no había ningún papel sobre el escritorio de todos los que había dejado y Flavio estaba terminando de cerrar uno de los cajones

- ¿Y los papeles? - fue lo único que se lo ocurrió preguntar cuando volvió a cruzar mirada con el chico

- Los acabo de guardar en el cajón. Maialen me alcanzó unas carpetas para que colocara allí los papeles y ya los guardé por orden alfabético, clases a las que se inscribieron y los que aún deben confirmar la inscripción en otra carpeta a parte. Ya  no tendrás ningún problema con ellos siempre y cuando nadie los desordene - respondió sonriente ante la sorpresa de su jefa

- Madre mía, y con Mai llevamos sin poder hacerlo hace una semana. Definitivamente somos inútiles - dijo sonriendo

- ¿Qué mas hago?

- Por hoy es todo, se te hará tarde para buscar a tu sobrina si no te vas ahora 

- Eso es verdad, no lo había notado. Muchas gracias, mañana apenas la deje vengo para aquí Samantha. ¿Puedo llamarte así verdad?

- Claro que sí, mañana te espero esa hora entonces 

- Hasta mañana,  Samantha 

- Hasta mañana, Flavio - el chico estaba por cruzar la puerta cuando recordó porqué había ido ahí en un principio- Espera, casi lo olvido, ten - le dijo tendiendo un sobre para que lo recogiera

- ¿Y esto? 

- Es... no me malinterpretes por favor. Es un adelanto de tu sueldo. Al menos de esta semana. Dijiste que necesitabas el trabajo urgente y supuse que sería porque necesitas dinero. No es limosna ni nada parecido, es un adelanto que sé que aunque lo necesitaras no lo pedirías porque apenas comienzas - dijo casi sin respirar temiendo que el pudiera enfadarse

- Samantha yo...

- Por favor, acepta - el estiró su mano lentamente para tomar el sobre y se quedó con la mirada baja observándolo,  no se animaba a mirarla a ella y no podía creer que esa mujer que apenas lo conocía estuviera haciendo eso por él 

Nada Es Lo Que PareceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora