Capítulo 22

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Hay días que empezamos de tan mala manera que, conforme va mejorando al pasar las horas, no podemos creer que lo terminemos con una sonrisa en la cara. Como así también hay días en los que levantamos tan bien y las cosas fluyen tan positivamente que cuando te chocas con sorpresas no muy gratas parece que te tiraron con un balde agua helada. Justamente eso debieron vivir Samantha y Flavio. 

Una semana había pasado. Faltaba una para la presentación de los niños de la academia y ya habían conseguido el permiso para que Luz participara, claro que con el acompañamiento de la asistente social, quién también había permitido que fuera de vez en cuando a ensayar. Lo cierto es que la asistente social quedó mas que sorprendida con el talento de esa niña tan pequeña, sentía como si hubiera estado cantando desde muy pequeña, eso fue lo que la terminó convenciendo de que participara del show de ese lugar que descubrió e hizo crecer su talento. 

También había pasado una semana desde la salida del single de Flavio y lo bien que le estaba yendo era increíble. La discográfica estaba mas que contenta con lo que había logrado tanto en ventas como en cantidad de reproducciones en YouTube y Spotify. Los número eran una locura. Él, por supuesto, flipaba con aquello, cada rato preguntaba si todo iba como lo esperado porque él aún no lo entendía al cien por cien y no estaba del todo seguro de su talento. Lo que tampoco se imaginaba era que sus fans ya habían creado sus clubs para estar al tanto de todo sobre su carrera artística y para apoyarlo en la promoción de su carrera, no solo en España sino también en otros países de Europa e, incluso, América.  

Por supuesto que eso no lo haría relajar, claro que no, a partir de ahora trabajaría aún mas duro para sorprender a su público y no se arrepientan de haberlo elegido. Eso estaba seguro que no lo permitiría. Esa semana había realizado varias entrevistas con medios con los que no lo había hecho anteriormente y también le habían conseguido una presentación en un programa en vivo para que cantara su canción. Sólo él y el piano, ese momento fue tan mágico que ni él se lo creyó. Sus amigos, orgullosos, compartieron ese momento en sus redes sociales porque para ellos era una obligación que todo el mundo se diera cuenta que algo tan sencillo como lo que hizo él, te transportaba tanto. Ni que hablar que querían presumir que tenían un amigo con un talento increíble. 

Esos siete días que pasaron también les sirvieron para volver a unirse más, no como pareja, sino como amigos. Samantha estaba mas que segura que quería a Flavio y que no se conformaría por mucho tiempo solo con su amistad. Pero respetaría su tiempo, que también le ayudaba a ella para no volver a permitir que su mente le juegue una mala pasada. Cuando no estaban trabajando, aprovechaban para verse, al menos con que estuviesen juntos treinta minutos para ellos era más que suficiente, se necesitaban mutuamente, no confiaban en nadie más como lo hacían el uno en el otro, y nadie los entendía tanto como ellos lo hacían. 

Habían creado un vínculo tan fuerte que Samantha no quería que su mente interfiriera en ello. No de nuevo. 

Aunque, si lo pensaba más detenidamente, desde que había ido a su pueblo y había hablado con su madre y despejado sus dudas con la enfermera, había estado mas tranquila, aunque le hubiera gustado ver a su padre por una última vez, ver en sus ojos si seguía sintiendo lo mismo que hace ya tantos años atrás, si en algun momento había sentido un mínimo de arrepentimiento o si... algún día la había querido. Estaba segura que a su madre no la quería ver porque le había dejado todo mas que claro, pero no estaba tranquila al no saber nada de él. Después de todo era su padre, aunque hayan sido contadas las veces que se comportó como tal. 

En estos días, además, su mente se encontraba dividida en sus canciones y en el show. En 8 días, justo después del espectáculo, lanzaría un nuevo sencillo que le hacía mucha ilusión. Serían días intensos pero, si todo salía como lo estaba planeando, valdría muchísimo la pena y estaría muy feliz por ello. 

Nada Es Lo Que PareceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora