Capítulo 30

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- Titi

- Maialen por quinta vez te digo, no. Y deja de insistir porque me voy a cabrear contigo y sería lo único que me puede faltar - dijo Samantha ofuscada por la insistencia de su amiga

- Es que estás muy cabezota y es mi deber decírtelo. ¿Estás segura que no harás nada? - siguió insistiendo a pesar de la reticencia de la rubia 

- ¿Qué quieres que haga? 

- Sabes perfectamente lo que debes hacer porque también sabes bien qué pasaría si no lo haces y te arrepentirás. Esa niña no tiene la culpa de lo que ocurrió 

- Ya, lo sé 

- ¿Entonces? ¿Por qué no vas?

- Si voy implica verlos y no puedo Mai, juro que no puedo hacerlo, habrá pasado un tiempo pero no soy capaz de tenerlos de frente y mantenerme fuerte. Ya no.

- ¿No crees que ella lo vale?

- Claro que sí 

- Entonces ve y resuelve esto. Eres la única que puede evitar que esa niña se aleje. Y si ves a Flavio, simplemente salúdalo, por cortesía. Ya luego te vas. Pero sabes que se deben una charla, quizás no hoy pero si pronto

- Está bien, ¿vienes conmigo?

- No Titi, tú sola debes afrontar esto y lo sabes - Samantha suspiró 

- De acuerdo, deséame suerte

- No la necesitas, todo irá bien

Samantha sacó fuerzas de donde no tenía y se levantó del sofá en el que estuvo sentada con su amiga que trataba de convencerla de ir al juzgado. En una hora comenzaba la audiencia que definiría el futuro de Luz y, por lo que le contó Maialen, había enormes posibilidades que no le den la custodia a Flavio a pesar de la autorización de Natalia porque él no estaba casado y su trabajo le implicaba mucho tiempo. 

Sí. Maialen. En los últimos dos meses todo lo que se enteraba sobre la vida de Luz era por ella porque desde hace dos meses que no cruzaba palabra con él. Ni con Natalia. 

Se vistió con un atuendo acorde para la audiencia, se maquilló y pidió un taxi. Se aseguró de tener los documentos necesarios para actuar en caso de que no fallaran a favor de Flavio y salió de su casa para subir al coche que la estaba esperando en su portal. 

Ya dentro, no pudo evitar pensar cómo su vida había vuelto a cambiar hace dos meses. Cómo la relación con Flavio había vuelto a irse por la borda pero, esta vez, por algo que no se esperaba. Cómo de pensar con él todo lo que harían ese verano tanto juntos como con Luz sólo se había limitado a ella encerrada en su casa, cuidando a su padre o llorando por lo injusta que estaba siendo la vida nuevamente. Cómo la confianza que había depositado en las personas que tenía a su alrededor se quebró de un día para otro. 

Cómo esa emoción de pensar que había encontrado a su hermana se esfumó. 

El día siguiente que se realizó las pruebas con Natalia decidió pasar por la casa de Flavio para darle una sorpresa. Un momento antes había estado con Natalia tomando un café porque ella se lo había propuesto y no tendría que hacer nada hasta por lo menos dentro de dos horas. Sin embargo, quien se terminó llevando una sorpresa fue ella. 

Estaba caminando por el parque que se encontraba justo antes de la calle donde vivía el moreno y alcanzó a divisarlo sentado en uno de los tantos bancos que había allí, estaba a punto de acelerar el paso, con una enorme sonrisa en su rostro, cuando vio que, por detrás de él, aparecía Natalia. Ella le tapó los ojos con el pañuelo que ella misma le había prestado una hora antes, se paró frente suyo y lo besó. 

Nada Es Lo Que PareceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora