Desde hace un año la vida de Samantha y de Flavio había estado llena de sorpresas, siempre había algo nuevo que les surgía y casi siempre eran cosas no tan gratas. Agradecían esos dias en los que había paz, en los que todo salía bien, en los que su vida era común y corriente.
Ese día no era uno de esos días de paz. Detrás de un suceso, en este caso la salud de Luz, vendrían muchas cosas más, una tras otra, cuál dominó.
Luz había pasado toda la noche en terapia debido a su alta temperatura. La fiebre no le bajaba y tenían miedo a que convulsionara. Le había entrado un virus que por su asma le había afectado mucho a sus pulmones, estaba muy débil, y de allí venía la fiebre.
Desde que la ingresaron no habían podido entrar a verla, estaban preocupados, pero también tenían la seguridad de que se recuperaría pronto, era un niña muy fuerte.
Toda esa noche Samantha no había dejado de pensar en el niño al que vio cruzar por frente suyo en camilla, al parecer estuvo en un incendio por el color de su piel y el respirador que habían puesto en su tan pequeña carita para mejorar su oxigenación.
Vio que lo sacaron de cirugía un par de horas después pero no se animo a preguntar, y aún seguía confusa por la ausencia de algún familiar que esperara noticias del doctor, tal como ella y Flavio toda esa noche
- Sam, ¿qué pasa? Te oigo pensar
- Hay algo que me inquieta Fla, pero no importa, solo debemos preocuparnos por Luz
- Cariño sea lo que sea me lo puedes decir, lo sabes ¿no?
- Por supuesto que lo sé, muchas gracias por estar tan atento siempre, pero mejor dejemoslo ahí, seguro es el cansancio. Iré a buscar un café que necesito despertar, ¿tu quieres?
- No cariño, gracias.
No quería café, ni nada para beber, no le cabía nada en su estómago de lo mal que se sentía, solo necesitaba despejarse, que su cabeza dejara de darle vueltas al asunto del niño porque seguramente solo era producto de la preocupación. Porque, en qué cabeza cabe que no haya ninguna persona pendiente de la salud de ese pequeño.
Sumida en sus pensamientos, no miró al frente y se topó con alguien, una persona a la que hace años no veía y agradecía eso profundamente, pero el mundo es tan pequeño que justo en esa ciudad, en ese hospital y a esa hora se lo tenía que cruzar.
Justo a él.
- Perdón, no era mi intención- se disculpó ella mientras recogía la carpeta del doctor que había caído al suelo
- No te preocupes, pero trata de no chocar con alguien más de ese modo porque te puedes lastimar
- Lo intentaré, gracias.
- Espera un momento - alcanzó a decir él antes que ella se fuera- yo te conozco
- ¿Ah sí? No estoy segura de ello - respondió muy segura pero se avivó a leer el nombre del médico en su credencial. Trató de ocultar la sorpresa, rogaba que solo se tratase de una coincidencia, es normal que haya personas que compartan mismo nombre y apellido pero, ¿realmente era coincidencia o tenía frente a sus ojos a ese tipo al que no veía hace mas de diez años? No lo sabía porque era tanto el tiempo que había pasado que no lo reconocería. Tampoco es que sea algo que quisiera hacer.
- Tu eres... espera si. Eres tú. Samantha, ¿no? Es imposible no reconocerte - y ahí se terminó de convencer que no era una coincidencia, realmente era él.
- Así es, pero yo no te reconocí a ti, tuve que leer tu credencial para saber tu nombre. Te imaginarás que no eres una persona a la que me alegro de ver
- Ja. No, ya sé que no te alegras de verme, pero yo sí. Estoy muy arrepentido de todo lo que sucedió, hace un tiempo que quería contactarte para disculparme
- Supongo que no esperas que te perdone así como si nada, mucho menos cuándo necesitaste que pasaran años para darte cuenta
- Lo sé Sam, lo sé. También sé que este no es el lugar para hablar de esto, te gustaría tomar un café conmigo más tarde
- De hecho no. - fue tajante, quería que el notara que no quería hablar con él. Por su culpa había sufrido mucho, la embarazó y se largó apenas supo la noticia, no sin antes obligarla a hacerse un aborto. Él mismo la llevó a un médico para que la hiciera abortar pero no se quedó. La dejó ahí. Sin saber que ella no lo había hecho. Braian era la última persona a la que querría ver, mucho menos juntarse a tomarse un café con él. Él y su abandono fueron también los causantes de haber perdido a su bebé.
- Al menos finge que lo piensas Samantha
- Braian tu eres médico, estamos en un hospital, dudo que no se me note en el rostro el desvelo que llevo encima, ¿no te pusiste a pensar la razón por la que estoy aqui? - sus palabras a él le cayeron como un baldazo de agua helada porque tenía razón, ¿tan estupido podía ser para no haberse dado cuenta?
- Lo lamento, es verdad, tienes razón. ¿Qué sucedió?
- Mi hija está internada porque tiene un virus que está afectando a sus pulmones, y su asma no ayuda a que ese cuadro mejore
- lo lamento mucho Sam, pero estoy seguro que se recuperará pronto
- Eso espero, gracias, ahora debo irme
- Está bien, luego hablamos, cualquier cosa que necesites no dudes en pedírmelo, te ayudaré sin dudar
Samantha asintió e intentó seguir su camino, pero ese pensamiento que tanto rondaba su mente se lo impidió
- Braian, espera, de hecho si hay algo que necesito, pero no es sobre mi hija
- Claro, dime
- Anoche ingresaron a un niño, diez o doce años masomenos, con varias heridas en su rostro y manos y cubierto de cenizas, ¿sabes algo de ese niño?
- Sé de quién me hablas, es mi paciente - su rostro se tornó serio - ¿qué pasa con el?
- Es que, no pudo evitar notar que no había ningún familiar acompañándolo
- Ya, es solo que... no tiene quién lo acompañe
- ¿De qué hablas?
- Mira, te digo esto solo porque eres tú porque no puedo hablar con alguien mas sobre otro paciente. Hubo un incendio en la casa del niño, sus padres... ellos no sobrevivieron, hicieron lo posible por salvar al niño pero ellos no lo lograron
- Madre mía, entonces él ¿quedó huérfano?
- Así es, por lo que me dijo la policía, ellos no tenían hermanos y sus padres murieron hace años. El niño simplemente quedó solito. De la noche a la mañana
- ¿Lo puedo ver?
- ¿Por qué? No entiendo tu interés Samantha
- ¿Cómo podrías entenderlo si no sabes nada de mi?
- Está bien, solo cinco minutos. Pero solo porque eres tú y no debes decir nada al respecto
- De acuerdo. Gracias.
El por qué lo quería ver ni siquiera ella lo sabía pero había algo que la hacía querer ver a ese niño, mas aún sabiendo ahora que ya no tenía familia. No se entendía a ella misma en ese momento, no sabía que estaba haciendo, ni sabía que haría una vez dentro de esa habitación.
...
Muy feliz año nuevo a todas!! Espero que les guste el cap, hora extraña, lo sé, pero ya lo quería subir.
Pronto habrá otro.
Un beso!!
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Nada Es Lo Que Parece
FanficLas apariencias engañan, es un dicho muy popular. Podemos aparentar ser alguien que no somos y demostrar algo que no sentimos por el simple hecho de querer ahorrarnos preguntas.