Que asco

542 54 4
                                    

—Nos pueden ver —reí, alejándome de Luke, pero sus brazos me detienen, abrazándome por detrás para luego levantarme, haciéndome girar un par de veces y luego bajarme, para hacerme girar en mi lugar y así quedar frente a frente.

—Que nos vean —me besó—. Ya no hay nada que ocultar, ¿o sí? —sabía que lo que tenía en mente arruinaría el momento, pero era sábado, lo que significaba que Julie no tenía clases y estaba en casa, haciendo que la probabilidad que viniera al garage y nos viera juntos, fuera aún mayor.

—Julie está en casa.

—¿Y? —su pregunta sonó desinteresada, y alzó sus hombros, demostrando que así era.

—¿Y? —mi pregunta, a diferencia de la suya, sonaba como todo lo contrario, alterada—. Luke, sabes que Julie aún siente algo por ti —me sentía culpable ¿Y cómo no? Prácticamente le había bajado el andante a mi amiga.

Andante que, por cierto, a ella le gustaba de verdad.

—Está bien, no le diremos nada... ¿Y a los chicos? —reí ante la emoción al hacer la pregunta, más que de esta como tal; parecía un niño pequeño.

—Da igual —reí, y él de inmediato me tomó entre sus brazos luego de escuchar mi respuesta, mientras me hacía girar, provocando un pequeño grito ahogado de mi parte. Mis piernas se enredaron en su cuerpo, al igual que mis brazos en su cuello.

Sin embargo, mi estómago se revolvió más una vez que echó su torso hacia delante, provocando que, prácticamente, estuviera colgando de su cuerpo, por lo que me sujete con más fuerza en él con mis piernas, para evitar caer de espalda al suelo.

—No voy a dejar que te caigas —me besó rápidamente y luego se alejó, sin embargo, como Luke había pasado sus manos desde mis muslos hasta mi espalda, sujetándome, me sentí con la seguridad suficiente para pasar mis manos desde su cuello hasta sus mejillas y besarlo nuevamente, pero esta vez de una forma más prolongada, para finalizar con varios besos pequeños antes de separar nuestros rostros y él, volver a levantar su torso, y a mí con él.

—Isa, ya sé que... —rápidamente Luke me soltó. No sé cómo logré caer de pie y con mi trasero. Miré a la entrada del garage y ahí se encontraba Reggie junto a Alex.

—Ay, no —murmuré, sin que esto fuera audible para alguno de los presentes.

—¡Por fin! —exclamaron los chicos, pero incluso estos se sorprendieron de lo que hubieran dicho al mismo tiempo. De manera rápida miré a Alex en forma de regaño, casi como si mi rostro pudiera decir "cállate" y luego miré a Luke, quien miraba casi de la misma forma a Reggie.

—¿Tú sabías? —se preguntaron ambos, nuevamente al mismo tiempo.

—Luke me dijo que solo me lo iba a decir a mí.

—Creí que Isa me lo había dicho solo a mí —habló Alex al mismo tiempo que Reggie, solo que esta vez no habían dicho la misma frase, pero sin duda, en el fondo, ambos decían lo mismo.

—¿Le dijiste a Alex y no a mí? —nuevamente ambos hablaron a la vez, solo que Alex le hizo la pregunta a Luke, refiriéndose a Reggie .

—¿Le dijiste a Alex? —me preguntó Luke.

—Tú le dijiste a Reggie —contraataqué.

—Sí, pero... —levanté mis ceja, como si estuviera incitando a que dijera algo de lo que se pudiera arrepentir—. Olvídalo —después de todo la única que no sabía, ni sabe, sobre esto es Julie. Y como si Reggie me leyera la mente, su siguiente pregunta es:

—¿Julie no sabe o sí?

—No —responde inmediatamente Luke.

—Y tampoco lo puede saber.

—No aún —termina de decir Luke, luego de que yo haya continuado su frase.

—Terminan la frase del otro —exclama Alex con ternura.

—Muy bien, hay que dejar algo claro —Reggie se acerca a nosotros—.Luke, te juro que si le haces daño, estarás muerto.

—Ya lo estoy —le responde con burla.

—Estarás exiliado —se corrige Reggie. No hago más que reírme ante la amenaza de Reggie y le sacó la lengua a Luke, burlándome de éste—. Y tú —está vez Reggie me mira a mí—. Te juro que si le haces daño a Luke, serás exiliada —esta vez la amenazada era yo, con la misma amenaza que Luke había recibido segundos antes.

Intento aguantar mi risa lo que más puedo, pero a pesar de que no estallo en risas, en mi cara se forma una mueca. 

Asiento con mi cabeza, ya que estaba segura que, si hablaba, explotaría de risa. Esta vez el que me mira es Luke, quien repite mi gesto anterior, y me saca la lengua, burlándose de mí. Giré mi rostro y llevé una de mis manos a mi boca, tratando de aguantar la risa.

Piensa en otra cosa, Isabella.

Pero en cuanto me giro nuevamente, veo el rostro serio de Reggie. Casi como si estuviera diciéndome con su rostro si acaso la situación me daba risa y, si soy sincera: sí, lo hacía.

No aguanté más y, literalmente, exploté en su cara. Detrás de Reggie vi como Luke y Alex se reían, pero de una forma más silenciosa.

—Perdón —reí más fuerte y, como si fuera una invitación para que los otros dos chicos también lo hicieran, Alex y Luke se unieron a mis carcajadas.

—Cuidado con tus babas —Reggie se limpia con asco las gotas de saliva que ni siquiera me había dado cuenta que habían saltado.

—Perdón —repetí, pero mi risa hacía que la situación no tuviera nada de seriedad, ni siquiera parecían disculpas de verdad.

—Se supone que tus babas deberían estar en Luke, no en mí —sentía que, instantáneamente luego de que me dijera eso, mi rostro comenzaba a arder. Estaba segura de que estaba roja, roja como un tomate y, al parecer, Luke lo notó, porque inmediatamente se colocó junto a mí, abrazándome por la cintura. 

Luke había venido a mi rescate. 

—Y lo estaban, hasta que ustedes llegaron —eso no fue un rescate, precisamente. 

Ay, Dios. Que vergüenza.

Sentía que cómo el calor subía aún más a mi rostro. Si hay algo más rojo que un tomate, yo era ese algo en este instante.

Nunca más permito que Luke venga a mi rescate.







After DeathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora