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—¿Qué fue eso? —El agarre de Caleb en mi brazo era fuerte, lo suficiente para que me molestara, pero sin llegar a doler.

—Una canción —respondí obvia.

—Eso ya lo sé. Me refiero a tu actitud.

—¿Acaso quieres que me pare de manos también? —Intenté soltarme, pero hizo su amarre más fuerte—. Ya suéltame.

—Mañana harán un dúo con Jasper.

—¿Qué? No. Me trajiste aquí como solista, seguiré como solista.

—En primer lugar, recuerda quien está a cargo del lugar; así que yo soy quién decide lo que pasa en este lugar, incluido con quién cantas. Segundo, hay rumores de que tú y él son pareja, o que se verían lindos como pareja.

—¿Y? 

—Hay que mostrarle al público lo que quiere ver.

—¿Y eso es a Jasper a mí en un escenario? Es estúpido.

—Piensa lo que quieras, de todas formas lo harán.

—No creo que él quiera. —El silencio de Caleb me dio a entender que él no entendía a lo que me refería—. Me odia —aclaré obvia—. Y por si no ha sido claro, es mutuo. Ni siquiera se me ocurre una mínima idea de cómo las personas llegaron a pensar que somos novios.

—¿Tu punto? 

—¿Cómo se supone que finjamos ser novios si nos odiamos?

—Eso es problema suyo, pero lo harán.

—Él no va a querer.

—Ya aceptó.

En shock, amigos, en shock. 

¿Cómo es posible que Jasper aceptara? 

—No lo creo.

—Pues créelo. Ya aceptó —. Tomé aire, juntando la suficiente fuerza para soltarme del agarre de Caleb.

—Como sea —.Fue lo único que respondí antes de irme de ahí.


—Lo odio.

—¿A quién?

—A los dos. Uno me hace la vida imposible y el otro... también.

—No creo que sea tan malo. Solo es una canción.

—Con Jas. Me ha hecho la vida imposible desde que llegué.

—La muerte —corrigió Willie.

—Da igual. Él me odia. Varias veces he escuchado que se queja de la patética a la que tiene que cuidar  —Lo imité con una mueca.

—Sí, eres un poco patética.

—Patética tu no existencia.

—¿Podrías continuar con la película, por favor?

—Idiota —. Lo miré con una cara de pocos amigos que él ni siquiera notó por estar mirando la televisión, con la imagen de la película pausada.

Intenté concentrarme en la película, en serio, hasta que salió la maravillosa escena en la que Hades le recuerda que ella vendió su alma por un chico que luego se fue con otra.

—Ese chico es una mierda —acotó Willie, tras lo que yo esperaba, fuera un imperceptible suspiro de mi parte.

—No si ella ya no está.

After DeathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora