Compañeros

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Con Luke pasamos el resto de la tarde en la playa; según él, aún no era momento para volver.

-¿Lo querías mucho?-preguntó de repente, luego de un momento de silencio, y cambiando totalmente nuestros temas de conversación anteriores. Lo miré con mi ceño fruncido, no de enojo, si no de confundida.- a él.-miró la pulsera que he mantenido toda la tarde en mis manos, jugando con ella.

-Luke, no creo que...-reformulé lo que le diría.-puede ser incómodo.-en su rostro se notaba como pensaba lo que acababa de decirle, mientras miraba la arena, finalmente levantó la vista hasta mi y negó.

-No... tranquila.-pensé unos segundos cómo decirle.-cuéntamelo como si fuera el Luke de hace unos meses atrás, como... un amigo más.- "hace un par de meses atrás" cuando aún no nos besábamos, o nos acercábamos a eso. Podía refutar lo de "un amigo más", ya que no éramos novios, así que seguía siendo un amigo, pero no como los demás, tenía grandes diferencias. Asentí a lo que el me dijo y volví a pensar lo que le diría.

-Creo que con él entendí eso de que quieres lo que no puedes tener o... no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes.-miré a Luke, el cual me miraba atento.- cuando mis padres supieron que estaba con él, no me dejaron seguir.-miré el mar.-tenía que terminar con él, porque supuestamente era una mala influencia para mi, decían que era flojo, que la escuela no le importaba y que se la pasaba todo el día con su skate; de cierta forma tenían razón, pero él no era mala influencia.-negué con mi cabeza.-y sus papás... me odiaban, ellos nunca supieron que estábamos juntos, para ello prácticamente yo era una cualquiera.-hice una pausa tratando de calmarme un poco.-ese día... habíamos inventado una excusa para salir y juntarnos a escondidas, pero se nos hizo tarde, así que me fue a dejar a mi casa...pero él nunca llegó a la suya.-apreté la pulsera, subí mis rodillas hasta mi pecho, quedando en posición fetal, y las abracé.

No mucho después sentí los brazos de Luke al rededor de mi cuerpo, me atrajo hacia su cuerpo y comenzó a acariciar mi cabello con una de sus manos, mientras que con la otra abrazaba fuertemente mi espalda, hasta que me calmé un poco.

-Mojé tu polera.-me alejé un poco de él y sequé las lágrimas que tenía en mis mejillas.

-No importa ¿estás mejor?-pasó un mechón de cabello detrás de mi oreja. Asentí ante su acción, mientras el posaba una de sus manos en mi cuello y acariciaba mi mejilla con su pulgar.

-Siempre te toca consolarme.-solté una pequeña risa.

-Por mi, está bien.

Luego de eso nos quedamos ahí, en la misma posición, hasta que ya no había rastro alguno de que yo había llorado.

Estuvimos conversando de, literalmente, cualquier cosa; Luke era genial para hablar de temas aleatorios y, la decir verdad, me hizo muy bien estar con él.

-Creo que ya es hora de volver.-alcé un poco la cabeza para lograr verlo, ya que, como él me tenía abrazada, mi cabeza la mantenía apoyada en su hombro.

Estábamos acomodados de una forma extraña de explicar, básicamente él estaba sentado mirando hacia el mar y yo estaba paralela al mar, estaba sentada entre sus piernas, con mis piernas sobre una de las suyas, como si fueran un puente, lo que permitía que el me mantuviera abrazada cómodamente, mientras yo apoyaba mi cabeza sobre su pecho.

El ante mi comentario bajó la vista hasta mi, para mirarme directamente a los ojos.

-¿Segura?-asentí.

-Ya estoy mucho mejor.-le di una pequeña sonrisa y él me apretó entre sus brazos.

-Entonces, vamos.-me sonrió. Ambos nos levantamos, nos sacudimos la arena y volvimos al garage.

After DeathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora