Momento especial

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Una vez que Hayden se había ido, ambos chicos se quedaron completamente solos. Theo volvió a la normalidad para luego voltear con cuidado y mirar a Liam a los ojos. Ambos sonrieron, sus reacciones químicas hablaban por ellos, pero aún así, el mayor tenía que hablar.

-Liam... Te amo... Y no permitiré que nadie te aleje de mí... -Susurró la quimera apoyando de forma suave su frente con la frente del pequeño.- Prométeme que pase lo que pase seguirás a mi lado... Por favor... -Suplicó el mayor con miedo y tristeza.

-Lo prometo, Raeken... Nadie podrá alejarme del idiota al que amo... -Contestó el beta entrelazando sus dedos con los del chico sin dejar de sonreír.- Ahora cállate o arruinarás el momento... -Agrega con voz suave como si le estuviera recitando un poea de amor.

-Ay, amor... Soy especialista en arruinar éstos momentos... -Bromea con una sonrisa.- ¿Así que soy tu novio? ¿Así sin más? ¿No me lo pedirás de forma dulce y tierna como en las películas? -Suelta la quimera para, segundos después, recibir un fuerte golpe de su pareja. Theo terminó en el suelo sosteniéndose el estómago de la risa y del dolor que le había provocado el golpe del chico.- Auch... ¿Por qué me maltratas si te amo?

-Te lo merecías por idiota. -Contestó orgulloso el beta con problemas de ira.- Por cierto, tú tienes que pedírmelo, no al revés. Aprende tu papel y yo aprendo el mío. -Agregó riendo el rubio con una sonrisa.

-Eres malévolo, Dunbar... -Murmura el castaño algo sonrojado.

-Gracias, guapo, aprendí del mejor bromista de Beacon Hills. -Comenta con una amplia sonrisa para luego ayudar a su chico a pararse sin borrar su sonrisa burlesca. -Ya, no lloriquees que eres muy guapo para hacer eso.

-Bien, quédate aquí y cierra los ojos. -Dijo el mayor sonriendo ampliamente.

-¿Qué? ¿Por qué quieres que haga eso?. -Interrogó confundido el más joven.

-¿Confías en mí, Liam? -Preguntó la quimera sonriente. Cuando el chico asintió, el mayor prosiguió a hablar.- Bien, cierra los ojos y nada de trucos sucios de lobo.

Cuando por fin el beta decidió cerrar los ojos, el castaño, sin decir nada, salió corriendo a una florería que estaba a unos pasos del edificio de Derek. Al llegar compró unos tulipanes que comenzaban siendo celestes y terminaban en un gris muy hermoso. Compró un ramo grande, ya que eran las únicas que tenía de esos tulipanes extraños para luego volver corriendo frente a su casi novio. Respirando lo más tranquilo que podía tomó la mano del rubio con delicadeza entrelazando sus dedos. Respiró hondo y le pidió que abriera los ojos, cuando el menor lo hizo se quedó en completo shock. Antes de que el chico hablara la quimera comenzó su discurso.

-Liam... Pequeño lunático con problemas de ira... Eres es el ser más importante de toda mi vida, estuviste para mí hasta cuándo ni yo podía estar para mí mismo... Estuviste en los buenos, malos y peores momentos, pero también en los más hermosos, porque todos mis buenos recuerdos son contigo... Quizás para ti no sea tan importante, pero para mí estar a tu lado es lo mejor que me pudo haber pasado en la vida... Eres el amor de mi vida, idiota... Y te amo... Pero ya no puedo seguir así... -Suspira bajo dejando confundido al chico frente a él. La quimera respira profundamente mirando al de ojos celestes con una amplia sonrisa.- Liam Dunbar... ¿Me harías el honor de ser mi novio?

El pequeño se había quedado sin palabras, nunca creyó escuchar todas esas cosas hermosas de la boca de Theodore Raeken pero así fue, y le encantaba. El mayor tuvo que esperar un poco por su respuesta en palabras, ya que el menor se había lanzado a sus brazos plantándole un dulce pero a la vez apasionado beso en los labios a su amante. Fue un beso en donde ambos se dijeron todo. Theo había pasado sus brazos por la cintura del rubio sin soltar el ramo de flores, mientras que el otro había pasado sus brazos por el cuello del contrario. Cuando llegó la hora de separarse Liam apoyó su frente contra la de su chico sin prohibirse mirarlo a los ojos con una sonrisa acompañada de un bello sonrojo y una dulce cara de tonto enamorado. Luego de admirar el rostro ajeno por unos segundos que parecían eternos, el pequeño optó por contestar.

-Me encantaría ser tu novio... Acabas de hacerme el chico más feliz del mundo... -Concluyó el pequeño sin dejar de sonreír.

La complejidad de estar a tu lado || THIAM ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora