~XXVII~Compras

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— ¡Wua! —gritó exasperada Lilith—. Esto es inaudito —el fuerte sonoro de su cabeza golpeando el escritorio al dejarse caer, provoco que la pila de libros cayera sobre ella—. ¡Auch!

¿Cuánto más estaría así? Llevaba una semana ¡Una semana! Kreuz era cruel con ella. Ahora si deseaba tener las clases teóricas. Pero el profesor Lockhart le dio libre para que aprendiera.

—Por queeeeeeee.

Observo su habitación, solo para tener con que distraerse. El lugar era grande. Algo vacío porque aún no se llenaba con objetos requeridos de su trabajo. Observo el suelo con los papeles y libros regados.

A la velocidad con que la Nobeless le daba libros para aprender seguro llenaba su habitación en menos de un año. Por suerte los muebles no estaban llenos, así que tenía donde acomodar por ahora.

"¡Al carajo!"

Iría al gran comedor a comer algo. Por suerte los elfos domésticos eran muy amables, en ocasiones iba infraganti una vez pasada la hora de toque, para comer algún que otro antojo.

— ¡Me volveré loca! —se rascaba la cabeza, llegando a despeinarse su cabello. Por suerte no había nadie por el corredor.

— ¿Apenas lo reconoce?

— ¡Wua! —casi perdía el alma en el proceso por el susto, aunque al notar bien se sintió aliviada—. Es solo usted.

Severus enarco una ceja—. Me disculpo por mi invalorada persona, pero puedo traerle a la profesora Kreuz, estaría gustosa de saber cómo va con sus estudios —la encarnación misma del sarcasmo.

—No, no, no, no, así estoy bien —respondió alarmada—. No tiene que preocuparse, créame estoy muy bien con los estudios. No hace falta irrumpir a la Nobeless.

Snape torció sus labios de gusto al verla reaccionar con miedo por solo escuchar el nombre de Kreuz. Aunque rápidamente se puso serio al escuchar lo último.

—Recuerdo muy bien que no solías llamarla por su estatus.

—Eh...bueno me entere porque ella, me explico junto con el profesor Lockhart. Me dijo el profesor que era una Nobeless —en ese momento la joven miro para todos lados.

La acción sorprendió al pocionista, Lilith se colocó de puntillas. Manteniéndose en equilibrio con el apoyo de sus manos sobre el pecho del ex mortifago. Sus rostros quedaron muy cerca—. ¿Es verdad que la profesora Kreuz es hija de un pecado?

Los ojos de Snape se dilataron. Más por la cuestión que por la acción de la bruja.

—"¿Kreuz, hija del pecado?" —aquello lo dejo unos segundos perdido.

—Oiga —susurro Lilith, haciéndolo reaccionar—. Es cierto o no.

El hombre quería ahorcarla ahí mismo. Cerro sus ojos por un momento, interiormente contaba ingredientes para calmarse.

—Podría... qui-tar-se —enfatizo cada silaba, tomando de la mano a la brujilla para quitársela de encima. Aunque podía percibir el aroma de la mujer embriagarle su nariz.

—Señorita Adams.

Como si hubieran invocado un fantasma, Snape observo a Kreuz, por primera vez la expresión imperturbable del pocionista se había descompuesto al tener a la persona que menos quería ver, observando la situación como testigo. Era como si Severus estuviera aterrado, sus ojos estaban más abiertos de lo habitual.

El hijo preferido «Dinastía Merlín»¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora