~III~Nobeless

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Aquel ligero sonido del tren avanzando sobre los rieles, era muy relajante para Scarlet que iba relajada leyendo uno de los libros que traía consigo, no faltaría mucho para llegar a la estación.

Los ventanales de su compartimento se movieron con sutileza, aquello llamó la atención de Scarlet que solo movió su mano para que las ventanas se abrieran, entrando de inmediato el búho plateado con la bolsa en su pico.

—Pero que te ha dado ese Dumbledore —se retiró sus lentes para la lectura, y recibió la bolsita, esbozó una sonrisa al ver su contenido—. Nunca cambia —gustosa tomo dos caramelos para darle una al ave y otra para saborearlo ella.

El silbato del tren dio anuncio de su última parada, recogiendo todo y colocándose la capucha para cubrir su rostro, salió de su cabina, siendo seguida por el búho que elevo vuelo para posarse en su hombro.

A lo lejos Hagrid esperaba ansioso en la estación, algunos empleados del colegio al igual se habían atrasado en su llegada, por ende la buscaba entre todas las criaturas y personas, hasta que logro distinguirla por aquel sellado familiar bordado en la capa.

— ¡Scarlet! —gritó con alegría al verla.

— ¡Hagrid! —respondió la dama con el mismo gozo, siendo levantada por el semi gigante al abrazarla—. Cuanto tiempo sin verte.

Reaccionando de su emoción, Hagrid bajo con cuidado a Scarlet, apenado por la acción—. El profesor Dumbledore me dejo a cargo de llevarte al colegio, pero debemos darnos prisa, están a mitad del desayuno.

—De acuerdo no perdamos el tiempo, por cierto Libasset te manda saludos —expreso Scarlet, continuando su camino hacia las carrozas.

El comedor estaba muy activo, debido al inicio de clases los estudiantes se hallaban llenos de energía con tanta algarabía de las conversaciones.

Ron intentaba arreglar su varita, uniéndola con cinta, había terminado quebrada después del lío con el sauce boxeador—. Dilo, estoy perdido —dijo el pelirrojo al ver que no tenía remedio su varita.

—Estas perdido —respondió Harry con algo de diversión por la expresión de Ron.

El sonido de un flash los distrajo, siendo a su vez cegados por una luz—. ¡Hola Harry!, soy Colín Creevey —dijo el joven aprendiz con emoción, mientras sostenía su cámara—. También soy de Gryffindor.

Ron y Harry se tallaban los ojos para poder recuperar la visión—. Mucho gusto, Colín —respondió Potter ya pudiendo ver un poco mejor.

— ¿Crees que tu amigo pueda tomarnos una foto?, tú sabes como prueba de que te conozco —dijo Colín con emoción, mientras que Hermione veía la escena algo incómoda, pero por el contrario de Ron, el pelirrojo reía por ello—. Es para mí papa, él es lechero ¿Sabes?, un muggle como el resto de mi familia, nadie sabía que yo podía hacer magia, hasta que recibí la carta de Hogwarts, pensaba que estaba demente.

Harry sonreía por el entusiasmo y la rapidez con la que hablaba el joven Colín, por su parte el pelirrojo sonreía aguantándose la carcajada— Imagina eso —dijo Ron.

La atención de casi todos en la mesa de los leones se concentraba en una lechuza que llegaba con prisa—. Ron, ¿No es esa tu lechuza? —aviso Dean interrumpiendo la conversación que tenían los chicos con Colín.

El ave descendió con torpeza, cayendo a la mesa y tirando el plato con papas fritas, todos en las mesas rieron por la escena, incluso Colín le tomo una foto a tan épica entrada del ave, Ron ignoro aquello para tomar el sobre, abriendo los ojos del miedo al identificar el color de la carta.

El hijo preferido «Dinastía Merlín»¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora